Luka Doncic se enfrentó tres de los mejores defensores perimetrales de la NBA; Beverley Kawhi y Paul George y los hace ver como conos
Luka Doncic le ha robado el alma a los Clippers. Desde un punto de vista de inteligencia basquetbolística es alucinante, porque a los 22 años parece que descifró el código que a otros les toma toda una carrera en la asociación y la mayoría nunca lo hace. Tiros desmoralizantes. Le mandaron soldado tras soldado.
En el juego 1 Ty Lue decidió no defenderlo con George o Leonard para no desgastarles las piernas rumbo a la ofensiva. Para el juego 2 no tuvo otra alternativa el coach de los Clippers. Cuando lo defiende, Beverley se sirve cómo y cuando quiere, como buffet dominical y resulta que ahora él quien le ‘abla basura al bocón más grande de la liga gritándole: “eres muy p$%&/ pequeño y no me puedes defender”.
El niño rubio de pelo engomado ahora es quien amedrenta al bully y a los bravucones. Se adueñó del cerebro de los Clippers. Y cuando viene el doble equipo disecciona y lee la estrategia defensiva como Tom Brady en la línea.
Los Clippers por su parte se siguen viendo como un grupo de estrellas que todavía no entienden sus papeles; los protagónicos se esconden como actores de reparto y los de reparto en extras. Si Dallas los eliminan, habrán ganado solo una serie de playoffs en dos años luego de haber hipotecado el futuro y dando las perlas de la virgen para llevar a Paul George, encima Kawhi Leonard pudiera irse al final de la temporada.
Doc Rivers se estará retorciendo de la risa porque fue el chivo expiatorio luego del fracaso en la burbuja. La tormenta perfecta está en camino para los Clippers y están muy cerca de regresar a su eterno rol perdedor y todo porque el Baby Bird, el galán de Dawson’s Creek acabando con la temible e intimidante pandilla de Los Ángeles