Cuando Adam Jones engarzó una recta enviada por Héctor Rondón (98 millas por hora y a la altura de las letras), para disparar un cuadrangular y empatar las acciones en el Clásico Mundial de Béisbol la pasada primavera, los norteamericanos se alegraron, los venezolanos se hundieron en su tristeza, y un joven de 31 años en Caracas tuvo una preocupación única:
¿Yo acabo de hacer eso?
El joven era Octavio Hernández, un periodista venezolano con conocimientos de sabermetría a quien se le había encargado hacer informes de scouting de los oponentes de la selección venezolana. Utilizando perfiles PITCHf/x (por vía de Brooks Baseball), datos de Statcast (mediante Baseball Savant), los conocimientos que ha cosechado tras una década de leer sitios web norteamericanos especializados en estadísticas, y un poco de su propia investigación, pudo entregar docenas de informes con un modelo de formulario de cazatalentos de los Tigres de Detroit que se le había entregado en confidencia. No tenía idea si el gerente general de la Selección de Venezuela, Carlos Guillén, tomó los informes en serio, o si los peloteros habían cambiado sus pitcheos gracias a ellos. No obstante, sabía bien lo que había recomendado en su informe con respecto a Adam Jones: "RECTA BIEN ARRIBA".
"Fue un golpe bajo a mi autoestima", expresa Hernández con respecto al cuadrangular. A la vez, se sentía orgulloso que Rondón había lanzado el pitcheo "correcto" de acuerdo a sus estimaciones... Y estaba atónito, pensando que había jugado un rol en un enfrentamiento entre dos estrellas de las Grandes Ligas. Era similar a ver una película de Hollywood y tener a los personajes súbitamente romper el muro invisible de la pantalla y llamarlo por su propio nombre.
Hernández procedió a hacer una vaga defensa de sus teorías en una cuenta Twitter manejada por él:
.@chinocmp El AVG de Adam Jones Vs pitcheos a 96MPH o más el año pasado fue .186. Aquí el AVG por zona frente a ese tipo de envíos: pic.twitter.com/W9sO2xFNxE
— SABR Criollo (@sabrcriollo) March 16, 2017
La sabermetría, con toda su carga de especulación, había llegado a Venezuela.
Si bien el análisis avanzado es ahora práctica común en el béisbol de Grandes Ligas, el resto del deporte (ligas foráneas, independientes y los niveles aficionados) aún se encuentran en relativa oscuridad con respecto a esta carga de datos. El fútbol americano tiene ese equipo de secundaria que nunca hace una patada, y el baloncesto tiene esa escuela que sólo hace disparo de tres. Aparte de las Mayores y sus afiliados menores, el béisbol está libre de este tipo de recursos.
El mayor obstáculo al utilizar la información es no tener la información. En las mayores, y en gran parte de las menores, cada lanzamiento no solo es grabado, sino que además se dispone de docenas de puntos de información sobre el mismo. Pero en el resto del deporte las muestras son pequeñas, los anotadores son poco confiables, la tecnología tiene presencia mínima y los presupuestos de los equipos causan risa.
"Puedes tener una idea a partir de la data disponible en Estados Unidos si el pelotero se encuentra dentro del béisbol organizado, pero uno casi nunca escoge entre dos jugadores en afiliación", dice Anthony Rescan, quien hace análisis estadístico para los Sydney Blue Sox de la Liga de Béisbol australiana, la cual es independiente. "Usualmente me toca analizar a dos tipos con trabajos en horario de oficina en Sydney".
Quizás no hay otro sitio en el mundo en el cual el béisbol está tan incorporado a la identidad cultural de un país como en Venezuela y la República Dominicana, países en los cuales se producen jugadores de Grandes Ligas en una proporción mucho mayor a la de Estados Unidos. La sabermetría se ha colado de forma lenta pero persistente. De muchas maneras, el ascenso del mundo de los números en América Latina es idéntica al ascenso de sus peloteros en las Mayores durante los últimos 20 años: Hay emprendedores que sueñan con vender mejores datos a los clubes, hay estrategas que se incorporan a las gerencias de equipos y quieren hacer valer sus criterios, y existen evangelizadores que quieren popularizar el uso de estas estadísticas. Aquí les presentamos tres casos:
El estratega
Octavio ni siquiera jugó al béisbol cuando crecía, convirtiéndolo prácticamente en el único chico del área de Puerto La Cruz que no pasaba las tardes alrededor de un diamante. Fue un destacado tenista, lo cual le hizo acreedor de una beca para estudiar comunicación social en la Universidad Santa María, que es privada. Estando en la universidad consiguió su primer empleo en el periodismo, cubriendo política, sucesos y economía. Entonces, su periódico requería de alguien que cubriera béisbol.
Aún sin jugar, se había enamorado de este deporte de niño - al estudiar, cada mañana, un pizarrón estadístico. Corría el año de 1993, y el héroe nacional Andrés Galarraga estaba persiguiendo un promedio de bateo de .400 con los Rockies de Colorado. Hernández revisaba una y otra vez las estadísticas de las Grandes Ligas a fin de ver el progreso de Galarraga (quien había llegado a los .400 a mitad de temporada) y John Olerud, quien tuvo una carrera paralela a la de Galarraga, jugando con los Azulejos de Toronto. No solamente estudió los números de Galarraga, sino los del resto de las Mayores. No solo aprendió a entender las estadísticas sino a amar al béisbol.
Luego de hacer análisis al estilo FanGraphs como parte de su cobertura del béisbol, se le pidió servir a su país en el Clásico Mundial de Béisbol de este año. Y el mes pasado, el gerente general de los Leones del Caracas José Manuel Fernández le contactó. Él y el presidente del equipo, Luis Ávila, querían contratarlo como asistente del gerente general.
"Un par de semanas atrás estuve en una marcha, una manifestación, aspirando gases lacrimógenos, porque tenemos un sistema político que está destruyendo a todo el estado. El pensar en béisbol por las noches me hace sentir un poco culpable." El periodista venezolano Octavio Hernández
Los Leones son considerados los Yankees de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, la liga invernal de ese país. Han ganado más campeonatos que cualquier otro equipo, tienen mayor fanaticada, han aportado a las Mayores estrellas de la talla de Galarraga, Omar Vizquel y Asdrúbal Cabrera y en 2006 acabaron con la sequía de 16 años de un título para Venezuela en la sumamente competitiva Serie del Caribe. La oportunidad de trabajar con ellos, peloteros de tan alto nivel, servir a una fanaticada estimada por Hernández cercana a 7 millones de venezolanos, era impensable.
Sin embargo, Hernández tuvo dudas. Venezuela ha estado cayendo en el abismo del colapso institucional. Luego de años de mala gerencia en su industria petrolera, el Estado ya no puede proveer servicios básicos. Protestantes y la policía militarizada han chocado por meses en escenas llenas de caos. Docenas han sido asesinados en medio de las manifestaciones y posteriores allanamientos, hay cientos de heridos... En una ciudad considerada entre las más peligrosas del mundo.
"Un par de semanas atrás estuve en una marcha, una manifestación, aspirando gases lacrimógenos, porque tenemos un sistema político que está destruyendo a todo el estado", dice Hernández. "El pensar en béisbol por las noches me hace sentir un poco culpable".
"Sin embargo, recuerdo que... No, el béisbol no es necesario para la humanidad, pero podemos aportar al análisis de la humanidad, la forma de pensar de la humanidad, con la forma en la cual analizamos al béisbol. Si analizáramos la política en la forma en la cual analizamos al béisbol, quizás no estaríamos de esta forma. Si estuviéramos más concentrados en los hechos, seríamos una mejor sociedad".
Así procede entonces con sus planes: calcular factores inherentes a los estadios en toda la liga a fin que su organización pueda hacer una mejor labor de evaluación de peloteros: incorporar estadística reciente de béisbol en los entrenamientos y estrategias de su equipo, compartir informes de los evaluadores de talento estadístico con sus peloteros, 75 por ciento de los cuales tienen que ver con la pelota organizada en Estados Unidos.
Sin embargo, hay obstáculos. Mientras conversamos vía Skype, se interrumpe la corriente eléctrica, y me dice que esto ocurre cada vez que llueve (hay aproximadamente 135 días lluviosos al año en Caracas). Esto interrumpe su intento de cargar video de unas audiciones de pitcheo. Su mal servicio de internet lo ha hecho intentar esto durante cuatro horas. Gracias en parte a la economía (la cual ha experimentado una catastrófica devaluación de la moneda local en el mercado negro) no cuenta con incentivos financieros a fin de motivar a los peloteros que jueguen con su equipo. Dice que algunas organizaciones ni siquiera permitirán que sus peloteros vayan a la liga venezolana, por motivos de seguridad.
Obviamente, está el obstáculo más terco de todos, el mismo que Paul DePodesta tuvo hace 15 años: que sus jugadores y staff de coaches ignorarán sus noveles estadísticas.
Esto no le preocupa. "¡Pusimos al hombre en la luna!", indica. "Bueno, no los venezolanos. ¡La humanidad! Podemos con esto".
El emprendedor
El padre de Héctor Acevedo ha sido scout durante 30 años. Héctor, al igual que "todo dominicano", jugó béisbol, pero al llegar a la edad en la cual los adolescentes dominicanos consiguen contratos con organizaciones de Grandes Ligas su papá le dio un consejo: "No firmes, Héctor. No eres lo suficientemente bueno".
Así que no lo hizo. Asistió a la universidad y estudió administración de empresas, luego se convirtió en entrenador de pitcheo con una academia privada en la República Dominicana. Varios de sus estudiantes ahora juegan en ligas menores en Estados Unidos, pero la carrera de su padre se convirtió en su sombra. "Siempre sentí que necesitaba hacerme de un nombre propio", dice.
En 2015 se involucró en la sabermetría, luego de tomar un curso de EDX impartido por un conferencista de la Universidad de Boston. A principios de año, voló a Phoenix para asistir al seminario de la SABR, en el cual, como pudo constatar con alegría, hubo ejecutivos de organizaciones de Grandes Ligas deseosos de hablar con él.
Esto se debe al hecho que está intentando (hasta ahora, sin éxito) de aportar la tecnología de PITCHf/x, TrackMan, neurociencias, sensores de swing y más a la República Dominicana. Desea construir un laboratorio de ciencias del deporte en el cual los jugadores pueden aportar los datos de swing y pitcheos con los cuales los clubes de grandes ligas evalúan a sus propios peloteros.
De una manera, América Latina es el último lugar en el mundo en el cual sobrevive el cazatalentos puro. En Estados Unidos, ya no importa cuánto le gusta un pelotero a cierto evaluador; si él no está allí cuando le toca a su equipo seleccionar en el draft, pues no hay nada que pueda hacer. Sin embargo, en República Dominicana, el cazar talentos sigue siendo una forma de arte, no sólo de la evaluación sino de la persuasión: persuadir al jugador y persuadir a tu jefe.
Esto también ocurre en un país que no es hostil a la data como tal, sino indiferente, según Acevedo.
"No somos un país organizado", dice. "La data es una forma de organización, de orden. No contamos con eso aquí. No mantenemos registros. En Estados Unidos, usted puede saber 'oh, mi abuelo era de Escocia', hay registros muy viejos. Nosotros no sabemos de dónde son nuestros abuelos. Ustedes siempre han podido decir, 'Oh, 70 por ciento de las personas comen bananos en la mañana'. No tenemos eso. No es que no nos parezca chévere. No forma parte de nuestra cultura".
"Últimamente usan muchas encuestas en la política, pero la gente las ve como corruptas porque los políticos compran a los encuestadores. En la política hay encuestas, y en el béisbol hay jonrones. La data es medida en 60 yardas, cuán fuerte puedes lanzar y cuantos cuadrangulares bateas en práctica de bateo. Esos son los datos".
Esos datos, afirma, son utilizados en los mejores casos para desestimar a algunos jovencitos, y en el peor de los casos pueden ser manipulados por entrenadores y scouts. "Hay mucho dinero yendo a los jugadores incorrectos", dice. "Si hay suficientes datos que puedan ser analizados por los norteamericanos en una oficina, esos tipos de situaciones no ocurrirían tan seguido".
Hasta ahora, Acevedo se ha mostrado incapaz de mejorar el sistema. Ha contactado a TrackMan y Sportvision (la empresa que desarrolló PITCHf/x), y ambas le pidieron ver su plan de negocios. Varios equipos le han devuelto sus llamadas, y eso ha sido alentador para él: "Entiendo que soy solo un entrenador, no Pedro Martínez, y que tenemos muchos tipos malos metidos en este negocio aquí".
Su meta es desarrollar un negocio, con el fin de ayudar a hacer el mercado más eficiente a fin que los chicos que realmente se merezcan una firma la consigan. Además, trata de hacer que las cosas sean más organizadas dentro de la cultura dominicana. En Quisqueya, el béisbol es la gran estrella que todos contemplan y le desean se convierta en meta de vida, pero sólo un puñado de chicos conseguirá un contrato. Para el resto, indica Acevedo, puede seguir siendo una experiencia educativa. Les puede mostrar el poder de las matemáticas.
El otro día, Acevedo se encontraba con su padre y otro scout, y su progenitor empezó a molestarle. "¿Quién necesita estadísticas?", cuenta que su papá le indicó. "Solo necesitas ver un swing. Las estadísticas son una mie---".
"Pero realmente creo que tiene un mérito", dice Acevedo. "Creo además en el scouting. Pero no nos podemos mentir. Vemos grandes cosas que el análisis está aportando al béisbol. Puede ocurrir también aquí. No creo que vaya a fallar".
El evangelizador
En 2008, la Liga Venezolana publicó la Enciclopedia del Béisbol, una historia de este circuito. Vino con un CD suplementario con estadísticas de todos los peloteros que han participado en la LVBP desde los años 40, hasta la temporada 2005-06.
Esta data fue publicada en formato PDF. El buscar un pelotero en particular era difícil. El utilizar las estadísticas para hacer análisis amplios era imposible. José Montilla, un ingeniero de sistemas en Venezuela, decidió hacer algo al respecto.
Montilla había jugado al béisbol en partidos callejeros cuando joven y "la verdad, era muy malo", escribió en un correo electrónico. No está seguro en afirmar el momento en el cual se enamoró del béisbol, sólo que se trató de un caso de ósmosis cultural. "Quizás tiene que ver con la venezolanidad. Amamos el béisbol en Venezuela. Hablamos de béisbol en cada esquina del país, siete días a la semana. A través de los años, me he interesado cada vez más en la historia y las estadísticas que en el juego en sí. Esto no significa que no me guste este deporte, sólo que ahora conozco una faceta que es aún más atractiva para mí".
Convirtió ese archivo PDF en texto plano y lo utilizó para armar una base de datos de estadísticas de la LVBP. Primero fue para su uso personal. Luego en 2009, las subió a una página web llamada planetabeisbol.com, dedicada a los sabermétricos venezolanos. Después, las mudó a su página propia. Esta base de datos fue especialmente valiosa para los periodistas venezolanos, por lo cual no requirieron de mucho tiempo a fin de escribir sobre el trabajo de Montilla. Juan Vené, uno de los periodistas deportivos más leídos en el mundo de habla hispana, lo destacó en su columna. "¡Las estadísticas del béisbol venezolano ya no son un misterio!", escribió, alentando a Montilla a fin de seguir alimentando su base de datos. "Hay muchos nombres interesantes y enormes, y un divino romance".
De hecho, Barry Bonds jugó en Venezuela: bateó siete cuadrangulares en 160 turnos a los 21 años de edad, y Montilla tiene su foto vistiendo la camiseta de los Navegantes del Magallanes. Greg Maddux lanzó en Venezuela, lanzando 96 entradas de liga invernal luego de su temporada de novato con los Cachorros. Miguel Cabrera ha jugado suficientes partidos, equivalentes a una temporada completa en Venezuela, amasando números que no aparecerán en su boleta de votación del Salón de la Fama, pero valen todo para sus compatriotas.
Montilla comenzó a llenar las lagunas de la enciclopedia. Ahora actualiza su data cada mañana. Invierte, de acuerdo a sus estimados, seis horas diarias en el proyecto, a costillas de su verdadero empleo y su tiempo libre. Paga derechos de licencia por las estadísticas, y recibe ayuda de las ocho gerencias de los equipos de la LVBP. "Este sitio, hasta ahora, no ha generado un solo bolívar de ganancias", afirma.
Este trío no se encuentra solo. Los Leones del Escogido (en la liga invernal dominicana), los Toros de Tijuana (en la Liga Mexicana) y los Industriales de la Serie Nacional de Cuba han empleado analistas estadísticos. El capítulo venezolano de la SABR se abrió en 2013; el de República Dominicana en 2015.
El año pasado en la convención de la SABR en Miami, tres periodistas de ESPN Deportes y Ozzie Guillén formaron parte de un panel que discutió la cobertura del béisbol para los aficionados hispanos. "Tratamos de educar a la gente sobre la sabermetría en español con términos que no existen", dice Leonte Landino, productor de ESPN Deportes y jefe del capítulo venezolano de la SABR.
"¿Cómo le dices a nuestra audiencia que un jugador lidera la categoría de VZR? No está pensando en una estadística, sino en un aparato que tiene en su casa", agrega Ernesto Jerez, narrador de béisbol en español para ESPN Deportes.
Los narradores de béisbol en inglés tuvieron el mismo reto con las audiencias norteamericanas hace 10 años. Ahora, el WAR se puede leer en el reverso de las barajitas de béisbol.