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Boston Red Sox y Mookie Betts: Las dos opciones disponibles

La tibia temporada baja de MLB este año está dominada por los rumores de cuáles equipos contendientes que ganaron sus divisiones en el 2018 pero quedaron fuera de la postemporada en 2019, Boston o Cleveland, podrían cambiar sus mejores jugadores -- Mookie Betts y Francisco Lindor, respectivamente - ahora, antes de que llegue a la agencia libre (próximo noviembre para Betts y la siguiente temporada baja para Lindor). El panorama financiero de Cleveland tiene sus propios problemas, pero Boston no debería tener problemas para pagarle a Betts - quien parece que quiere irse a la agencia libre -- más de $30 millones anuales para pasar el resto de sus mejores temporadas con los Red Sox. Sin embargo, aquí vamos a analizar los argumentos a favor de cambiar a Betts ahora para atender la deficiencia que tiene la organización en pitcheo abridor, pese aque eso significaría salir de su mejor jugador, y uno de los más populares.

Los Red Sox no están en una gran posición competitiva ahora mismo; su rotación para el 2020 depende de dos veteranos, Chris Sale y David Price, cuya salud y durabilidad son grandes interrogantes. Ninguno de ellos lanzó 150 entradas la pasada temporada; ambos tuvieron la peor efectividad de sus carreras y ambos terminaron la temporada en la lista de lesionados. Sus abridores saludables que volverán al ruedo son Eduardo Rodríguez y... Nathan Eovaldi, si cabe algo de optimismo. Los Red Sox tuvieron efectividad colectiva de 4.70 la pasada temporada, lo que los coloca en la media de la liga, y se podría proyectar que serán peores que eso en el 2020 a menos que traigan mucha ayuda externa.

Su sistema de fincas está en recuperación tras tocar fondo en el 2018, pero no hay un solo lanzador abridor prospecto en su sistema que esté listo para ayudar al equipo grande de inmediato. Sus dos mejores abridores prospectos, Tanner Houck y Bryan Mata, ambos tienen números inconsistentes y tienen problemas con sus lanzamientos, los que los podrían llevar al bullpen. Thad Ward es probablemente su mejor candidato a ser abridor, pero terminó la temporada 2019 en Clase A alta y probablemente no llegaría hasta el equipo grande hasta mediados del verano o más tarde. Jay Groome y Noah Song podrían ser abridores a largo plazo, pero ambos están muy lejos, ya que Groome acaba de regresar de una cirugía Tommy John y Song fue seleccionado en el pasado draft procedente de la Academia Naval en junio. Sin tener un gasto significativo en jugadores que no están actualmente en la organización, es difícil imaginarse a los Red Sox teniendo una rotación contendiente en las próximas tres temporadas.

Ese es el tema central del problema aquí: Los Red Sox son un equipo de mercado grande que puede tener casi cualquier nómina que quiera, pero está operando como si su presupuesto fuese limitado. Están comprometidos con más de $140 millones para el 2020, sin incluir los $25-30 millones para Betts y una cantidad equivalente para otros jugadores elegibles a arbitraje en su roster. Si traen a todo el mundo de vuelta, estarán cerca de los $200 millones - de nuevo, ellos pueden pagar esto - y seguirían cortos de al menos dos abridores de calidad para tener una rotación contendiente, suponiendo que no obtengan 30 buenas aperturas tanto de Price como de Sale. (Aun así, serían esos dos, Rodríguez y tal vez Eovaldi, que ninguno de ellos estuvo efectivo o saludable como abridor el año pasado). Ellos podrían tener una ofensiva tremenda el año que viene con los jugadores que ya tienen, pero podrían terminar muy por debajo del promedio de la liga en prevención de carrera si Price y Sale lanzan igual o por debajo de cómo lucieron en 2019 - o si no lanzan del todo.

Esto deja a los Red Sox con dos opciones por elegir:

Ellos podrían intentar gastar todo lo que puedan para extender algunos años más su ventana de contendiente, al firmar dos abridores agentes libres de calidad en este invierno por probablemente $40-50 millones anuales en total, o intentar firmar a uno de ellos y conseguir en cambio otro abridor utilizando los prospectos que tienen. La agencia libre parece más probable para esta estrategia, ya que la cosecha de abridores que podrían estar disponibles en un cambio porque se acercan a la agencia libre y con los dejados en libertad es bien débil, siendo Mike Minor y Robbie Ray los únicos dos que podrían estar en el mercado y que son lo suficientemente buenos como para mover la aguja para Boston.

Su otra estrategia sería aceptar ser no contendientes por un año o dos, dada la fortaleza que exhiben los Yankees y los Rays, y la probabilidad de que los Blue Jays seguirán mejorando a medida que progrese su reconstrucción, y utilizar a Betts como carnada para conseguir ayuda en el pitcheo a largo plazo.

Si ellos consiguen dos lanzadores que se proyecten como piezas importantes en la rotación del equipo para el periodo 2021-25, eso podría justificar a largo plazo el acuerdo. No se puede argumentar que el equipo estaría mejor tras perder el WAR de Betts que es de 7 por año, pero sí se puede decir que estarían mejor dado el resto del talento que tienen en la organización, con dos abridores con WAR de 3 con salarios mínimos por varios años, y la nómina que les quedaría tras el cambio de Betts para complementar al equipo en otro lugar. En un escenario completamente hipotético, si ellos cambian a Betts a Atlanta por dos de los jóvenes abridores que tiene ese equipo en sus fincas, para luego utilizar esos ahorros para firmar a Zack Wheeler, probablemente ellos estarían mejor posicionados para ser contendientes en 2021 y más allá que si se quedan en Betts y no atienden sus problemas en la rotación.

Una vez más, todo esto se basa en dos suposiciones. Una es que los Red Sox no puedan aguantar una nómina por encima del límite del impuesto de lujo, algo que es ficticio. La otra es la suposición de que incluso si ellos estuvieran dispuestos a sobrepasar ese límite ellos aún podrían conseguir los dos abridores estelares que necesitarían para ser contendientes en el 2020, lo que estoy seguro que es una evaluación justa dada la gran cantidad de equipos que estarían en la batalla por conseguir los servicios de Gerrit Cole, Stephen Strasburg, Wheeler y Hyun-Jin Ryu. Los Red Sox es una organización de altos ingresos que constantemente debería tener una de las nóminas más altas de todo el deporte, y si ellos vuelven a ser contendientes en 2021 o 2022 o algún punto luego de eso, deberían estar en el mercado para buscar a los mejores agentes libres cada año - en búsqueda del próximo Mookie Betts que llegue a la agencia libre, donde sea que este llegue.

Las restricciones autoimpuestas por los Red Sox a su nómina se evaporarán luego de la temporada 2022, cuando los contratos que le dieron a Price, J.D. Martínez y Eovaldi se terminen, lo que liberará casi $70 millones. Este no es un argumento para que renuncien a sus gastos hasta ese entonces, pero también podrían volver a cargar cualquier fichaje antes de ese punto para tratar de pagarle más a los agentes libres en el 2023 y más allá, o adquirir a una estrella más joven en las próximas temporadas y extenderle su contrato más allá de su agencia libre luego del 2023.

Sin embargo, todo esto es en aras de ganar, no por ganar dinero. Si la meta de los dueños es simplemente ganar dinero, entonces por supuesto que deberían cambiar a Betts, que tiene 27 años, por talento más joven y entonces simplemente no hacer las adiciones externas que les he detallado aquí. Los Red Sox se mantendrían competitivos pero no contendientes a menos que tengan una gran suerte en el mercado de cambios, o si varios de sus mejores prospectos alcanzan el estrellato antes de lo estimado.

Cambiar a Betts en cualquier paquete de jugadores que no traiga la promesa de atender su problema de lanzadores abridores no haría sentido, e incluso un cambio que si lo atienda podría terminar saliendo mal si los lanzadores se lastiman o lucen mal. Por ejemplo, Michael Kopech, fue por un momento el mejor lanzador prospecto en todo el deporte cuando Boston lo cambió para adquirir a Chris Sale, pero no pudo hacerse justicia al perder una temporada por su cirugía Tommy John en septiembre de 2018. Sin embargo, el cambio correcto de Betts es probablemente la mejor oportunidad de los Red Sox de evitar un apocalipsis en su pitcheo en los próximos años y para devolverles su condición de contendiente un poco antes de lo que podrían haber llegado allí estrictamente a través de la firma de lanzadores como agentes libres.