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Florentino no recula, pero sí prepara el patíbulo para otros

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Hoy fueron Iker y Raúl, ¿cuántos nombres más habrá? (4:12)

Unos audios captados en el año 2006 al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, revelan duros ataques a los jugadores Raúl González e Iker Casillas. (4:12)

LOS ÁNGELES -- Alguien ha traicionado a Florentino Pérez. Porque, todo tipo con ínfulas torcidas y narcisistas de sentirse un Julio César, encuentra a su respectivo y vindicativo Bruto. Ocurre, tarde o temprano.

El Confidencial de España ha sido el confidente de esta vendetta contra el Tío Flore. De acuerdo con las grabaciones, él estalla enfática, nuevamente, la voz temida y temible en Valdebebas.

Cristiano Ronaldo es un imbécil”, ha expresado con ese matiz del omnipotente.

“Mourinho es un anormal”, ha sentenciado Florentino con ese pliegue de voz con la cuerda insensatez de un todopoderoso.

Antes había deshonrado a Iker Casillas y a Raúl González. “Las dos más grandes estafas del Real Madrid”, y en su embestida con esa rasposa y bífida lengua, se llevó por delante a Sara Carbonero, propietaria del tálamo nupcial del legendario arquero.

Las grabaciones que revela El Confidencial sólo confirman el alter ego, o el genuino personaje, que es Florentino Pérez. Las víboras cambian de piel, pero no la reptante letalidad de su veneno.

Las palabras son un arma peligrosa. Madame de Sévigné aseguraba que “hay palabras que suben como el humo, y otras que caen como la lluvia”. Cada palabra es un bumerang, puede hacer más daño de vuelta que de ida.

“Imbécil”, lapida a Cristiano. “Anormal”, acuchilla a Mourinho. “Estafas”, incinera a Iker y a Raúl. El bumerang está de vuelta, Tío Flore. El escupitajo que lanzó al cielo hace años, se estrella aún tibio en el rostro adulterado de ira de Florentino.

Porque, de eso hay que estar seguros. Hoy, el señor Pérez no teme a sus palabras. Olvídese de que sienta arrepentimiento, preocupación, inquietud o insomnio. Si no duerme, será porque orquesta su venganza.

“Que se reproduzcan ahora, tras haber transcurrido tantos años desde que tuvieron lugar esas conversaciones, entiendo que obedece a mi participación como uno de los promotores de la SuperLiga”, ha respondido el presidente madridista.

Es decir, no desmiente ni una sola de las palabras. No objeta ninguno de los cargos. No rechaza ninguna de las acusaciones. Cada puñalada trapera lleva el ADN de su perversión. El veneno de los Borgia. La cicuta babea.

Ciertamente hay que tener una colosal valentía o un desproporcionado cinismo para mantenerse granítico, impertérrito, ante la andanada universal. No habrá disculpas ni desistimientos. Para él, lo dicho, no era un juicio, era un veredicto.

El madridismo lo quema en la leña verde e inocua de las redes sociales. Él sólo se toma fotos en la Sala de Trofeos del Bernabéu, la morada de las 13 Champions y de más de 5 mil trofeos. Sólo él, después del General Franco, entregó tanta orfebrería a la Casa Blanca.

Y si no niega nada, ratifica todo. Y si no niega nada, reitera todo. Para él, entonces y hoy, los epítetos, intentando estercolar las carreras de Cristiano, Iker, Raúl y Mourinho, no han caducado. Como hiena decrépita, deglute sus propios despojos.

Y si Florentino no arredra ante las descalificaciones con sus calificativos a cuatro amados del madridismo, quien sí debe temer a la revelación de estas aseveraciones es quien las filtró a El Confidencial, medio que además debió seguir el rigor periodístico de verificar su legitimidad antes de hacerlas públicas.

Florentino sabe quién filtró las grabaciones. Porque él sabe mejor que nadie, en presencia de quién flageló, inmoló, embalsamó y enterró a Cristiano, Iker, Raúl y Mourinho. Y claro, los que falten en este ceremonial de injurias.

El poder, lo último que pierde es la memoria. Necesita tenerla fresca, para cuando llegue el momento de cobrar favores y coleccionar cadáveres.

Y Florentino mastica y masculla lentamente la venganza. Seguramente, al tiempo, con una contratación rimbombante, pantagruélica, dará un puñetazo y silenciará los coros de repudio. Mientras tanto, buscará nombres, y a cada nombre le acompaña una cabeza, y a cada cabeza un pescuezo, que será tronchado con la sevicia casi lasciva de la venganza.

Iker y Raúl trabajan hoy aún para el Real Madrid, es decir, bajo la bendición de Florentino Pérez. Casillas es embajador del club y presidente de la Fundación. González dirige al Real Castilla. ¿Qué llegará más rápidamente, su renuncia o la disculpa del Tío Flore?

Y si algún tipo audaz le grabó una conversación a Pérez, tal vez otro haya hecho lo mismo. Y otro. Y otro más. ¿Aparecerán nuevas embestidas desde la sombras? Tal vez esos “otros” esperarán a ver el destino del primero que osó escabullir esas grabaciones.

Pero, insisto, éste no es el linchamiento de Florentino Pérez. Él sobrevivirá a este su hobby íntimo de injuriar y difamar. Y sobrevivirán también los injuriados y los difamados, porque sus trayectorias silencian las abyectas palabras del dirigente.

El verdadero linchamiento vendrá cuando el presidente madridista sepa quién o quiénes, escurrieron los audios revelados. Es más, en este momento, Javier Tebas debe tener insomnio, mientras Florentino debe roncar como un oso feliz, bien alimentado, y en plena hibernación, aún en el estío.

Porque seguramente el dirigente madridista tiene a Nietzsche en su mesa de noche: “La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio”.