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Barcelona: Los errores que Xavi no debe repetir la próxima temporada

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Real Madrid se queda con el Clásico y sentencia LaLiga (4:57)

Real Madrid ganó sobre el final con un gol de Jude Bellingham 3-2 vs Barcelona para quedarse con el Clásico y sentenciar LaLiga. (4:57)

El hecho de que Xavi siga en el Barça es una apuesta por la continuidad y para que la reconstrucción del equipo no empiece de cero nuevamente; sin embargo, está obligado a no repetir errores costosos que ha tenido en su gestión de casi dos años y medio.


La continuidad de Xavi Hernández como entrenador del FC Barcelona es una buena noticia para la institución.

Si bien es cierto esta temporada el equipo se quedará con las manos vacías y en el balance de la gestión del técnico hay más amargura que algarabía, poco a poco se están sentando las bases para que el Barça retome el protagonismo.

Es una realidad que el club no puede conformarse con derrotas honrosas, enaltecer que llegó a Cuartos de Final de la Champions League o que le dio pelea al Real Madrid en LaLiga, por ello la próxima campaña resulta imperante que Xavi Hernández demuestre que ha tomado nota de las experiencias amargas, principalmente.

Se va a volver a equivocar, evidentemente, el error humano es parte del juego; sin embargo, hay varias situaciones clave en las que no puede reincidir.

1. FIN A LOS PRETEXTOS

A lo largo del presente año futbolístico el estratega azulgrana extravió la autocritica en innumerables ocasiones.

Tras desastrosas actuaciones culpó al sol, al estado del terreno de juego, al ambiente en el estadio —incluso en casa—, a que los jugadores estaban afectados por los comentarios en la prensa, a los arbitrajes y hasta que los sorteos —en la Liga de Campeones— no les resultaron favorables.

Xavi debe de estar por encima de todos los imponderables que se le puedan presentar al Barcelona, pues se trata de un equipo grande en el que las excusas resultan inaceptables.

2. NO A LOS AMIGUISMOS

En su momento Xavi habló de frente con leyendas como Gerard Piqué y Jordi Alba para comunicarles que su rol en el equipo sería secundario debido a que apostaría por otros futbolistas.

Priorizó el aspecto deportivo por encima del respeto a las jerarquías y hasta de una cercana relación con jugadores que fueron sus compañeros y con quienes compartió innumerables glorias.

Sin embargo, el entrenador no ha hecho lo mismo con Sergi Roberto, por citar el ejemplo más ilustrativo. El mediocampista terminó su ciclo en el club hace un buen rato, pero ni él ni Xavi parecen percatarse de ello.

La aferración del técnico por contar con un jugador que en todos sus años en la institución nunca logró dar el salto de calidad para pertenecer a la élite, resulta incomprensible.

En los partidos de alta exigencia —entiéndase Champions League o clásicos—, Sergi Roberto es rebasado prácticamente en todo: intensidad, velocidad, ritmo, aunado a que su aporte tanto a la defensiva como en ataque es muy pobre.

No se trata de un mal futbolista, pero en el Barça ya no dará más de lo que se le conoce y que en honor a la verdad, no es mucho.

Mejor apostar por los jóvenes que tienen todo para entrar en una dinámica competitiva al más alto nivel. Fermín López, por referir a uno de ellos.

3. TEMPERAMENTO

Imágenes como la expulsión que protagonizó el estratega en el partido de vuelta ante el París Saint-Germain no pueden repetirse.

La serie se puso cuesta arriba con la roja a Ronald Araújo y el mensaje desde la banca fue negativo en todos los sentidos.

Primero Xavi decidió prescindir de su mejor hombre, Lamine Yamal, y después en un exabrupto indigno de su jerarquía fue echado de la banca, con lo que el equipo se quedó sin el hombre que debía transmitirle confianza y entereza ante la adversidad.

No fue la única expulsión que sufrió a lo largo de la temporada, pero sí la más penosa, por ello está obligado a no repetir esas bochornosas imágenes.

4. MENSAJES EQUIVOCADOS

En días recientes Xavi destacó que el Barça hilvanó una serie de resultados positivos desde que anunció que al término de la campaña se marcharía del club.

En un equívoco mensaje, el entrenador consideró que su amague, amenaza o real intención provocó la motivación o el despertar de los futbolistas, cuando es innecesario llegar a esos extremos.

No se le puede aplaudir que grite a los cuatro vientos que se baja del barco cuando el panorama es adverso, porque luego llega el arrepentimiento y el líder de la plantilla queda mal parado.

5. FICHAJES ERRÓNEOS

Es de sobra conocido que el Barcelona vive una gravísima crisis financiera que le impide pugnar por fichajes estratosféricos y/o de un nivel extraordinario.

Dicho lo anterior, una cosa es que el club tenga poco dinero y otra que acabe contratando a “lo que caiga”.

Luego de que Sergio Busquets decidió marcharse, estuvieron en la mira varios jugadores para tratar de llenar un hueco gigante, y tras caerse las opciones A, B, C y D, Xavi y la dirección deportiva eligieron a Oriol Romeu.

No es un elemento de ‘nivel Barça’ y su incorporación respondió más a una decisión desesperada que a un fichaje pensado y necesario.

Y por el estilo hay otros casos como los de Marcos Alonso o no se diga Ferran Torres por el que se pagó una millonada (55 kilos) y su paso por el club ha sido decepcionante.

Xavi y compañía no pueden darse el lujo de equivocarse de nuevo. Si tienen poco dinero y las opciones son limitadas, es obligatorio apelar a la inteligencia deportiva y realizar elecciones acertadas.

CONCLUSIÓN

Pese a que se diga que el madridismo celebra la continuidad de Xavi Hernández en el conjunto azulgrana debido a sus múltiples tropiezos en casi dos años y medio como técnico del club, su permanencia es positiva.

Tiene capacidad, es una leyenda del Barça, defiende los valores de la institución porque los conoce a la perfección y cree ciegamente en ellos, además de que apuesta por los jóvenes.

Suman varios años y faltan algunos de ‘vacas flacas’ económicamente hablando, por ello es imprescindible que el arquitecto que comanda la reconstrucción siga la obra.

De momento no hay mejor hombre que Xavi para llevar las riendas del equipo. La apuesta por su permanencia es un acierto de Joan Laporta.