¿Emocionante la Jornada 17? Sí, aunque en esta batalla final hay una carencia de calidad que a veces sólo rescatan América y Pachuca.
LOS ÁNGELES -- Los Miserables, rockeros chilenos, lo sintetizan perfectamente: “Cambian los Payasos, pero el Circo sigue”, una referencia de las sorpresas que guarda la Jornada 17 del Clausura 2024 de la Liga MX, en la que América (32 puntos) aspira a la cresta y al trono, pero Toluca (32) y Cruz Azul aún acechan (30).
Mientras tanto, desde ese obeso pelotón de la adiposa mediocridad, aún pueden ser arrastrados varios a ese indeseable Play-In, el mamotreto que sustituyó al Repechaje. En combinación de resultados, podrían enfangarse del trámite hasta el mismo Cruz Azul.
La Jornada 17 puede enviar a Rayados (29), Tigres (28) y Pachuca (28) a esa jornada de desintoxicación, en la que de momento están recluidos Chivas (28), Necaxa (27), Pumas (26) y Querétaro (23). Y el León aspira a un desliz de los prófugos del asadero, los Gallos Blancos.
Claro, en la miserable fosa común del torneo ya se amontonan los fiambres, desde aquellos que apenas huyeron de la ignominia del sótano, y se acurrucaron fetal y lacrimógenamente en la indigencia del fracaso: Juárez FC, Santos Laguna, Mazatlán FC, Tijuana, Atlas, San Luis y Puebla.
Y hay ya obituarios escritos y sellados para la bazofia de la temporada, los tres últimos, que, humillados y sobajados, además deberán pagar una multa por su ruindad competitiva: Mazatlán, Juárez y Tijuana.
Claro, recuérdese que, en un dislate, en una osadía, o en una inconsciencia, Benjamín Salinas, el júnior de Ricardo Salinas Pliego, confesó pública y desenfadadamente hace once meses que “en los últimos años, ningún equipo ha estado pagando multas, jamás”, sostuvo con aplomo. Y de eso, ellos saben, porque los equipos de su Multipropiedad (Puebla, Mazatlán y 30 por ciento de Atlas), han sido parte del cochambre de la Liga Mx.
América es favorito para despegarse, visitando esta noche al desahuciado Puebla, cuya horda de cínicos tratarán de rescatar sus contratos tratando de ampararse en el desafiante #ÓdiameMás del rival. El Nido lleva dos sacudidas, con Luis Ángel Malagón como figura: ante Pumas (1-2) y en el empate con Pachuca.
Toluca y Cruz Azul miden fuerzas. Aspiran, si tartamudean las Águilas, al liderato general o al menos, en el caso de La Máquina a eludir la chusma de los relegados al Play-In.
De quienes asedian, sólo Rayados se verá inquieto por Necaxa, mientras que Pachuca y Tigres deberán patear los sacos huesos de despojos de Mazatlán y Tijuana.
En tanto, Chivas está en manos de la malicia mezquina del Atlas, que, en medio de su podredumbre futbolera, querrá al menos evitar ser el escalón para que su odiado vecino se escurra de manera directa a la Liguilla. Un Clásico que además demandará atención especial al empezar a provocarse los bravucones chacales de ambas barras.
Pumas con 26 puntos y Querétaro con 23 se encierran en la plaza maldita de La Corregidora, sin más aspiración que dejar segregado al León, este equipo baba de Jorge Bava.
Inevitable subrayar que de entre los menesterosos de la Multipropiedad, de entre los ocho clubes que agrupan, sólo podrán ir dos a la segunda fase del torneo: Pachuca y el que sobreviva, entre sus lamentables cifras con menos del 50 por ciento de efectividad, de entre Gallos Blancos y León.
Sí, Grupo Orlegi firma otro fracaso, ya sin peso en la Liga después de que su delfín Alejandro Irarragorri fuera defenestrado de los afectos de Emilio Azcárraga Jean. Grupo Azteca sigue incubando parásitos torneo tras torneo, con Mazatlán y Puebla reptando entre sus miserias.
Grupo Caliente podría clasificar sólo a Querétaro a menos que Grupo Pachuca pueda agregar a León a la ya segura presencia de Tuzos.
¿Emocionante la Jornada 17? Sí, aunque entiéndase que, en esta batalla final entre equipos aquejados de arteriosclerosis futbolera, hay una carencia de calidad que a veces sólo rescatan América y Pachuca.
Sí, es un cierre de fase regular sin grandes paladines ni colosos, acaso, como bien lo resumirían esos rockeros chilenos, Los Miserables, sólo “Cambian los Payasos, pero el Circo sigue”.