El cuarto fin de semana de Agustín Canapino en IndyCar tal vez haya sido el más complicado desde su desembarco en la categoría. Hasta más duro que el de Long Beach, que cerró con abandono, pero llegó a liderar una vuelta. El durísimo trazado de Barber fue un jeroglífico para el argentino, quien desde el primer día debió trabajar mucho junto con el equipo Juncos Hollinger Racing. Los problemas de balance del entrenamiento lo condicionaron el viernes, pero la mejora del sábado fue un aliciente. “Quiero hacer una buena carrera y seguir sumando experiencia”, avisaba el Titán al cierre de la segunda jornada en pista. Finalmente, ya en la competencia, para el tetracampeón de Turismo Carretera queda el saldo muy positivo de haber dado las 90 vueltas de competencia y sumar bagaje para el futuro en cercano en la categoría que se ve por Star+.
Canapino finalizó 26°, último en pista, girando a su ritmo para sumar kilómetros en su primera incursión en un autódromo. Hasta ahora acumulaba dos callejeros y un óvalo. El neozelandés Scott McLaughlin fue el ganador en un gran duelo con Romain Grosjean, el expiloto de Fórmula 1 que sigue buscando su primer triunfo en la divisional estadounidense. El mexicano Pato O’Ward fue cuarto y lidera el torneo.
Los desafíos en el futuro inmediato de Canapino irán en ascenso. Mayo será un mes a puro Indianápolis, con el GMR del 13 (carrera con el mixto) y las míticas 500 Millas, para las que el Titán, como todos, deberán tener un lugar entre los 33, de los 34 inscriptos, en la clasificación para poder participar.