Chaleco López está listo para volver al desierto y la dureza del Dakar. Será su 13ª participación: las ocho primeras fueron en moto y las últimas cinco, en autos (side by side y prototipo ligero). Su bautismo fue allá por 2007, la última vez que la competencia organizada por la empresa ASO visitó África. Aquella vez, la aventura comenzó en Lisboa y luego pasó por Marruecos, Mauritania, Mali y Senegal. Las amenazas terroristas del grupo Al-Qaeda obligaron a cancelar la edición de 2008 y, para 2009, la competencia se mudó a Sudamérica. Desde 2020, a cambio de un jugoso contrato, el Dakar migró a Arabia Saudita. El chileno integra el grupo de corredores que disputaron la cita en los tres continentes y, en charla exclusiva con ESPN.cl, contó las características de cada una.
“Yo corrí en África en motos y era súper inhóspito. Allá no había nada. Si tenías algún problema, no había nadie, nada, nada. Ni auto, estabas solo en el desierto. Después llegó Sudamérica, que era una fiesta maravillosa. Hoteles, prensa, si te quedabas en un médano la gente te ayudaba, era otro mundo y muy competitivo. Ahora, en Arabia yo encuentro que le falta algo de magia. Pero voy a un desierto bien completo. No podría decir que falta navegación o algo. Técnicamente es muy completo. Obviamente falta la magia de Sudamérica, sí, pero técnicamente es un desierto que se me hace más fácil andar en Sudamérica que allá. Allá las dunas son más cortas, más naranjas, que entremedio tienen piedras, que acá en Sudamérica no existe. Acá es duna-duna-duna y piedra-piedra. Y el desierto es gigante, gigante, ¡gigante! Técnicamente, es de primera categoría, que le falta magia, mucha”, contó Chaleco.
Justamente Arabia Saudita es una tierra que le sienta bien a Chaleco. Allí ganó dos de las cuatro veces que corrió, pero la última (2023) fue un calvario. Las imágenes de su Can-Am arrastrado por las torrentosas aguas de un río se viralizaron. El piloto de Curicó contó la odisea de la edición pasada.
“En Chile tenemos un dicho que dice “uno baila con la bonita, hoy tocó la fea”. En 2023 nos tocó bailar con la fea todo el Dakar. Y lo sacamos adelante, lo sacamos adelante y nos encontrábamos problemas. Tuvimos un problema eléctrico que nos retrasó, casi nos lleva un río y fuimos empeorando y al final lo sacamos adelante. Hoy lo tenemos que enfrentar de una buena manera. Es una edición súper larga la de 2024. Tenemos que tener una estrategia, cuidar bien la máquina. Yo estoy preparado, tengo todo, pero hay cosas que uno no las controla”.