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¿Boca Junios puede ser campeón del Apertura con este nivel?

Pocas veces una fase final del fútbol argentino encuentra a Boca Juniors en un estado de tanto desorden emocional como futbolístico. Y sin embargo, ahí está: entre los ocho mejores del Torneo Apertura 2025, todavía con chances de gritar campeón. ¿Alcanza con eso? La gran pregunta es si este Boca, golpeado pero vivo, puede realmente quedarse con el título.

Boca y un semestre lleno de golpes

El resumen de lo que fue este primer semestre para el Xeneize parece escrito a puño cerrado. La eliminación temprana en la fase previa de la CONMEBOL Libertadores ante Alianza Lima fue el primer mazazo. Doloroso por lo futbolístico, y más aún por lo simbólico. Después, llegó el Superclásico. Otra vez el Monumental, otra vez derrota: 2-1 frente a River, y el ciclo de Fernando Gago explotó por los aires.

En total, Gago dirigió 30 partidos al frente de Boca, con 17 triunfos, 6 empates y 7 derrotas. Más allá de los números, su equipo nunca terminó de cuajar. El funcionamiento fue irregular, el plantel se mostró sin respuestas, y el proyecto, que había arrancado con la idea de juego asociado y protagonismo, se desarmó en la primera crisis seria.

Herrón, el bombero que apaga incendios en Boca

Con Gago afuera, Mariano Herrón volvió a ponerse el buzo de técnico interino. Ya lo había hecho antes, en esos momentos en que Boca tambaleaba. Ahora, le tocó asumir de nuevo con la presión a flor de piel. En su primer partido, el equipo logró un pobre empate 1-1 ante Tigre. El segundo juego de este ciclo fue por octavos sellando una clasificación agónica a cuartos de final: empate con Lanús y victoria en los penales.

El nivel, sin embargo, sigue siendo preocupante. Boca muestra una alarmante falta de confianza, con jugadores que no terminan de soltarse, y una estructura táctica que cambia más por desesperación que por estrategia. Y sin técnico confirmado en el horizonte, todo se siente atado con alambres.

¿Boca puede ser campeón igual del Torneo Apertura?

Sí, puede. Porque esto es el fútbol argentino, y si algo enseña año a año, es que nunca hay que dar por muerto a un grande. Boca tiene jerarquía individual, un plantel profundo con nombres importantes y una camiseta que pesa cuando hay que definir. Pero también tiene mucho por resolver. En el banco, en el campo y en la cabeza.

Ganar el Apertura no sería solo un título más: sería un bálsamo. Una forma de calmar la bronca tras la eliminación de la Libertadores, de sanar la herida del Superclásico perdido, y de empezar a reconstruir desde una alegría. Porque si hay algo que este club sabe, es levantarse. La pregunta es si puede hacerlo ahora, a tiempo, y con lo que tiene.

Por lo pronto una prueba de personalidad será el partido de cuartos ante un Independiente entonado. Ahí es donde el Xeneize, y sus jugadores, deberán demostrar su jerarquía. Estar a la altura de un clásico y ganarlo puede ser un envión anímico que lo deje con el ánimo en alza para semifinales y final, donde vaya paradoja puede enfrentar nuevamente a River Plate si el equipo de Gallardo pasa las fases del otro lado del cuadro.

Todo está por verse, mientras tanto Boca por el peso específico del escudo siempre es candidato a quedarse con el título.