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De festejo: Antonio Mohamed cumple 50 años

Se llama Antonio Ricardo Mohamed Matijevich. Seguramente por eso, todos le dicen simplemente Turco. El hombre surgido de Huracán, nacido en Villa Soldati, cumple hoy 50 años. Y es sinónimo de fútbol.

Desde sus comienzos, primero en el Instituto Cristo Obrero, de Soldati, y luego en las Inferiores del Globo hasta su debut en Primera, el Turco siempre fue distinto. Por su habilidad con la pelota, la desfachatez a la hora de jugar y por su personalidad extrovertida. El pelo largo o teñido, la camiseta afuera del pantalón… Pinta de atorrante de potrero con una habilidad descomunal.

Huracán siempre fue su casa. Tanto, que el amor por el conjunto de Parque Patricios terminó muy rápido con lo que podría haber sido un romance con un grande como Boca. En 1991, tras ascender con Huracán y ser figura de ese logro para devolver al club a Primera, llegó al xeneize. Pelo largo, calzas, cierto aire de superioridad, en una caja de resonancia como lo es Boca, hicieron que ya de entrada lo miraran de reojo.

Pero todo colapsó cuando una tarde Boca enfrentó a su querido Huracán, en La Bombonera, nada menos. Al saltar al campo de juego lo primero que hizo fue saludar a la gente del Globito, que lo ovacionó desde la tribuna visitante. Y de alguna manera ignoró a la hinchada de Boca.

Nunca se lo perdonaron. Pero hubo más. Durante el partido quedó marcado por una jugada en la que se “demoró” en definir y en vez de patear al arco optó por un pase al costado, sin trascendencia… Fue el comienzo del fin de su paso fugaz por Boca. Su trayectoria como jugador dentro de la Argentina siguió por Independiente, pero el éxito llegaría en México.

Repasemos: allí jugó para Toros, América, Monterrey, Marte, Irapuato, Atlante, Atlético Zelaya y Zacatepec. En el país azteca disputó un total de 293 partidos, marcando 93 goles. En Toros Neza es ídolo absoluto: el partido homenaje tras su despedida del fútbol fue con esos colores, en un encuentro especial y emotivo, ya que también se recordó a su hijo Faryd, quien murió en un accidente automovilístico en Alemania cuando se jugaba el Mundial de 2006.

En la Selección, allá por 1991, se dio el gusto de formar parte del plantel de Alfio Basile que se consagró en Chile 1991, durante la Copa América. Al igual que en su carrera como jugador, la trayectoria como DT se destacó por su paso por México, donde ganó tres Ligas (Tijuana, América y Monterrey) y una Copa de México (Monterrey). Una Copa Sudamericana con Independiente en 2010 se suma a la lista de logros.

En el medio de todo, claro, siempre estuvo Huracán. Si bien en 2007 logró el ascenso a Primera División, luego tuvo otras dos experiencias sin mucho éxito, en 2013 y 2018. La última se dio en circunstancias especiales: estaba por firmar con Boca, justamente, pero la llegada del nuevo mánager Nicolás Burdisso, quien se inclinó por Gustavo Alfaro, en ese entonces en Huracán, le impidió darse ese gusto. Hubiera sido, tal vez, una justa revancha.

El actual entrenador de Monterrey mantiene a pesar de los años la frescura de siempre, aunque ahora, maduro y con el apoyo de la meditación, reconoce que está más relajado y dándole importancia a las cosas que realmente lo merecen. El fútbol, por supuesto, es una de ellas.