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Joan Laporta sacó a Ronaldinho del PSG y comenzó una 'época dorada' en Barcelona; ahora intenta evitar que PSG haga lo mismo con Messi

Para contratar al brasileño, Laporta tuvo que usar otra estrella del futbol. La candidatura liderada de Laporta sabía que necesitaba tener un impacto para ser tomado en serio en las elecciones de verano de 2003

Joan Laporta ganó las elecciones el pasado domingo y asumió la presidencia del Barça hasta finales de 2026. Será el segundo ciclo de Laporta en el cargo en un nuevo intento de volver a encarrilar al club en el aspecto deportivo y económico. Y mucho de eso pasa por el resultado en París.

Fue en el PSG, en julio de 2003, donde Laporta encontró el gran pilar del éxito de su paso por el Barcelona. Un jugador de gran calidad y suficiente carisma para cambiar el ambiente del Camp Nou y protagonizar una nueva época dorada en Cataluña. Su nombre: Ronaldinho Gaúcho.

En crisis y a la sombra del Real Madrid, en pleno apogeo de los "Galácticos", el Barça acordó pagar alrededor de 32 millones de euros por el centrocampista ofensivo brasileño, entonces de 23 años y jugador destacado del París Saint-Germain, equipo que aún no contaba con el dinero de Qatar Sports Investiment (QSI).

Solo que, para contratar al brasileño, Laporta tuvo que usar otra estrella del futbol. La candidatura liderada de Laporta sabía que necesitaba tener un impacto para ser tomado en serio en las elecciones de verano de 2003. Y lo hizo.

Los dirigientes de la campaña de Laporta tuvieron la idea de convocar una rueda de prensa y anunciar que habían llegado a un acuerdo con el Manchester United por el centrocampista David Beckham, estrella a la que también pretendía el Real Madrid. La cantidad: 45 millones de euros.

Sin embargo, todo eso fue solo un engaño.

Lo que hizo el conjunto catalán fue ponerse en contacto con Peter Kenyon, presidente del United, y preguntarle el precio del jugador. Con la respuesta, Laporta y sus aliados fingieron interesarse por un jugador sobrevalorado, como forma de demostrar que tenían la ambición necesaria para sacar al Barça de la crisis deportiva.

"Cuando anunciamos el acuerdo con Beckham, estábamos superando a nuestros oponentes en las urnas. Ya habíamos dado nuestro primer "sprint" en la carrera electoral, pero fue la negociación la que impulsó nuestra victoria, porque era una muestra de credibilidad", reveló Marc Ingla, futuro vicepresidente de marketing del Barcelona, en el libro "Barça - La construcción y trayectoria del mejor FC Barcelona de todos los tiempos" de Graham Hunter.

Beckham nunca vistió la camisa blaugrana. Semanas después, el inglés fue presentado como jugador del Real Madrid, otro galáctico que haría compañía a Luis Figo, Zinedine Zidane, Raúl y Ronaldo.

Ronaldinho, por su parte, vivió un periodo absolutamente histórico en Cataluña. Junto a Samuel Eto'o, Deco y otros, llevó al Barcelona a ganar el campeonato de España y la Champions League.

De ese equipo, aunque sin tanto espacio, un chico argentino era tan habilidoso como introspectivo en el día a día. De él dependería hacerse cargo del '10' de Ronaldinho en 2008 y liderar la próxima era ganadora, más grandiosa que la anterior.

Esto es lo que une el pasado y el presente de Laporta. Primero buscó en el PSG la solución a los problemas del Barcelona sobre el terreno de juego, hoy, 18 años después, el abogado vuelve para evitar que la plantilla francesa haga exactamente lo mismo y tome a Lionel Messi como la nueva estrella de su proyecto deportivo.

A Messi le restan cuatro meses en su contrato con el Barça. En estos momentos, el argentino podría firmar un preacuerdo con cualquier equipo interesado, pero, consciente del poder que tiene entre manos, prometió posponer la decisión de su futuro hasta final de temporada. Tiene la oportunidad de quedarse en el Camp Nou o trasladarse a París o Manchester, donde el City de Guardiola supervisa atentamente cada movimiento.