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Liverpool cae ante el Atleti y se suma a la maldición del campeón

El Liverpool cayó a las primeras de cambio, tras superar la fase de grupos, y se sumó a la maldición de los octavos de final, eliminatoria en la que, durante la pasada década, se cayeron de la competición hasta cuatro campeones consecutivamente y en un cruce que volvió a ser maldito la última temporada, cuando el Real Madrid fue destronado en el Bernabéu por el Ajax.

Del 2-0 en el minuto 94 tras el gol de Firmino que encendió Anfield, al 2-3 con que sentenció la remontada, épica, Morata en el 120', transcurrió una prórroga infernal y que será recordada por siempre alrededor del Metropolitano. Una soberbia actuación de Oblak, una exhibición de Marcos Llorente, bigoleador y asistente, y una clasificación histórica. La que sentenció la caída del campeón del torneo, que por segundo año consecutivo y sumándose al Real Madrid, se fue a casa.

En casa, en el templo de Anfield y en una noche épica, quedó eliminado el campeón Liverpool, después de 120 minutos que pasarán a la historia del torneo por la intensidad con que se vivió, y sufrió, un duelo en el que el Atlético sobrevivió, en la prórroga, cuando estaba absolutamente KO, derrumbado ante el empuje de un rival que puso en el escenario toda su rabia y en el plano la majestuosidad de un Oblak que se multiplicó para mantener con vida a su equipo.

La portería acabó por ser definitiva. Oblak salvó al Atlético en la misma medida que Adrián no pudo mantener al Liverpool, demostrándose a la postre que la baja por lesión Alisson fue clave en la suerte de la eliminatoria. Los dos zapatazos de Llorente, cuando a la desesperada descontaba los minutos su equipo, convirtieron la pesadilla en éxtasis, redondeado en el último suspiro por Morata… A pase del indiscutible Llorente.

Y el Atlético jugará los cuartos de final, otra vez, provocando la caída del campeón, como hizo el Ajax hace un año con el Real Madrid en una eliminatoria fatal que no sucedía desde que entre 2005 y 2008 los campeones fueran destronados en este mismo primer cruce.

Al Porto, campeón en 2004, le echó en 2005 en octavos de final el Inter de Milán; el Benfica hizo lo propio un año después con el Liverpool, el propio Liverpool echó al Barcelona en los octavos de 2007 y en 2008 el Arsenal echó al Milan también en esta misma eliminatoria.

A partir de ahí, el campeón siempre superó los octavos de final, excepto en la temporada 2012-13, cuando el Chelsea, campeón en aquel momento, fue destronado ya en la fase de grupos, quedando tercero en el que se clasificaron Juventus y Shakhtar.

En 2020 volvió la maldición. El Atlético, el campeón del sufrimiento, el hacedor de milagros imposibles (y de derrumbes inesperados), logró lo nunca imaginado en Anfield. Se presentó contra todo, sobrevivió agarrado a la majestuosidad de Oblak y cuando, en la prórroga, estaba arrodillado y entregado al KO, se rebeló de manera impensable para lograr una clasificación histórica.

Adiós Liverpool…