Boca Juniors superó a Palmeiras por penales tras igualar 1-1 en los 90 minutos, se metió en la final y se acerca al objetivo de la séptima CONMEBOL Libertadores. Chiquito Romero volvió a ser gigante, primero fue figura en los 90 y luego tapó dos remates desde los doce pasos para poner a su equipo entre los dos mejores de América.
Sufriendo, apretando los dientes y luchando con uno menos en la última media hora de juego. El tempranero gol de Cavani no ayudó a jugar un segundo tiempo más relajado. La expulsión de Rojo complicó aún más las cosas. Cuando el equipo no encontraba el norte y Jorge Almirón atentaba contra el equipo con sus modificaciones, Sergio 'Chiquito' Romero se volvió a vestir de héroe para poner a Boca de pie.
Primero en los 90 minutos. Fue determinante con cinco tapadas que cambiaron el destino del partido. La más impactante, sobre la hora: le atajó una tremenda chilena a Rony que era el gol de la final para Palmeiras. Estuvo rápido de reflejos, reaccionó y, con mano izquierda, impidió el gol.
Le ganó el duelo al '10' del Verde durante toda la noche y se guardó lo mejor para la tanda de penales. Una tanda que fue un oasis en el desierto para Boca, que fue ese pedacito de tierra para aquel bote desgastado y sin rumbo que navega por aguas turbulentas. Al igual que contra Nacional y Racing, como en el 2000 y 2001, las penas máximas dijeron presentes en el Allianz Parque, otra vez con Boca y Palmeiras de lado y lado.
La cosa no empezó bien para Boca. Edinson Cavani, que había marcado en los 90, falló su penal ante Weverton (que no atajaba uno hace cuatro años). Sin embargo, Chiquito dijo 'acá estoy yo' y puso paños fríos con una estupenda atajada ante Raphael Veiga.
El futbolista de Palmeiras escogió bien. Como buen zurdo, cruzó su remate pero lo hizo con violencia y superando la media altura, fórmula casi letal para cualquier arquero, menos para Romero, que estaba empecinado en tapar el disparo.
El '1' voló hacia su izquierda y, a mano cambiada, se quedó con el remate que tenía destino de gol. Su relevancia en el marcador no se quedó allí. Ante Gustavo Gómez, capitán de Palmeiras, extendió el dominio de Boca en la tanda. Esta vez se tiró hacia su derecha y, favorecido por la pésima ejecución del zaguero, contuvo el remate. El resto quedó en manos de los futbolista de Boca, que con Valdez, Valentini, Figal y Pol Fernández consiguieron el boleto para enfrentar a Fluminense en la gran final de la CONMEBOL Libertadores.
Romero volverá a dormirse sabiendo que fue héroe. Como ante Nacional, Racing y toda la Libertadores. La pieza clave de un equipo que tuvo carácter, fue superior a un gran equipo en los 180 minutos pero que no pudo llevarse la llave por la falta de eficacia.
El próximo desafío será Fluminense, el equipo de Diniz que juega muy bien a la pelota y que cuenta con estrellas de categoría en la zona ofensiva. Chiquito vs. Cano, el siguiente choque de titantes que tendrá al Maracaná como escenario el 4 de noviembre.