Pese a las protestas de Flamengo, que tenía intenciones de utilizar el estadio Maracaná para un partido del Brasileirao ante Red Bull Bragantino, la Confederación Sudamericana de Fútbol confirmó la sede de disputa de la final de la CONMEBOL Libertadores para el 4 de noviembre.
El presidente del organismo central, Alejandro Domínguez, se reunió en la sede central con el presidente de Fluminense, Mario Bittencourt; el vicepresidente del club Boca Juniors, Juan Román Riquelme; el embajador de Brasil, Jose Antonio Marcondes y el representante de la embajada de Argentina, Francisco Ballinoti. Además de los miembros del Consejo, por parte de la CBF, su presidente Ednaldo Rodrigues y del lado de la AFA, el presidente Claudio Tapia.
¡Este 4 de noviembre queremos brindar a todos los hinchas una verdadera fiesta! Demostremos con cada gol, y en cada abrazo, que nuestras diferencias nos hacen únicos.
— Alejandro Domínguez (@agdws) October 20, 2023
El fútbol nos une, no nos divide. Luchemos contra el racismo y la violencia.
¡Nos vemos en Río de Janeiro!... pic.twitter.com/4tjKfRpuUc
Rodrigues estuvo presente además para terminar de cerrar la polémica con Flamengo, que quería utilizar el estadio el sábado (28/10) o domingo (29/10), algo que finalmente no prosperará.
Además de Domínguez, estuvieron presentes por CONMEBOL el Secretario General, José Astigarraga; la Secretaria General Adjunta y Directora Jurídica, Monserrat Jiménez; el Secretario General Adjunto de Fútbol y Director de Desarrollo, Nery Alberto Pumpido; el Director de Competiciones y Operaciones, Frederico Nantes; la Directora de Relaciones Interinstitucionales, Leila Rachid; el Gerente General de Competiciones CONMEBOL, Guillermo Tobias; el Gerente de Seguridad, Gustavo Morelli; el Presidente de la Comisión Médica CONMEBOL, Osvaldo Pangrazio y el Asesor de Transformación Corporativa de la CONMEBOL, Mario Zanotti.
En la reunión se trató el traslado y hospedaje de los equipos, los campos de entrenamiento habilitados, los sectores y trabajo de la prensa, los dispositivos de seguridad y también la logística y operativa para garantizar un espacio acorde para las hinchadas.
También se habló del flagelo del racismo en Brasil, algo que preocupa y mucho a las autoridades. Se especificaron penas que podrían ir desde los dos a cinco años de prisión
“Nuestro compromiso contra la violencia y el racismo es firme e innegociable. El fútbol es una fiesta de la gente donde no tienen cabida estos actos repudiables. Defenderemos los valores positivos de este noble deporte y exhortamos a toda la familia del fútbol sudamericano estar unida en esta lucha. Estoy seguro de que viviremos una final inolvidable”, señaló Domínguez, quien lideró la reunión e invitó a los clubes finalistas a disputar un encuentro con respeto al rival y sin violencia.