El delantero mexicano fue multicampeón con Alajuelense y explicó por qué hoy su presente y su futuro están lejos de la Liga MX
Ronaldo Cisneros no cambió de país solo para jugar. Cambió de escenario para reencontrarse. Lejos de Guadalajara, de Querétaro y del ruido que suele envolver a los delanteros que no terminan de explotar en la Liga MX, el atacante mexicano encontró en Costa Rica algo que se le había negado durante años: continuidad, confianza y títulos.
El 2025 fue el punto de quiebre. En apenas unos meses con Liga Deportiva Alajuelense, Cisneros levantó dos trofeos —la Copa Centroamericana de Concacaf y el Torneo de Apertura— y, más importante aún, se convirtió en protagonista. Marcó en finales, respondió cuando el contexto exigía jerarquía y terminó el semestre como uno de los delanteros más productivos del campeonato.
“Este título es para todas esas personas que ya no están y que trabajaron mucho para conseguirlo”, dijo tras la consagración, en un mensaje que trascendió lo deportivo. Para Cisneros, el campeonato no fue solo una medalla, fue una liberación. “Hoy, con nuestra gente, sacamos una victoria muy merecida por todo lo que hicimos durante el semestre”, añadió, consciente de que el proceso fue tan importante como el resultado.
En México, su historia fue distinta.
En Chivas nunca logró consolidarse del todo; pasó por préstamos, buscó minutos y cargó con la etiqueta de promesa inconclusa. En Querétaro, el gol volvió a ser esquivo. En Costa Rica, el panorama cambió desde el primer día. “La clave fue el club al que llegué. Encontré una institución hermosa, muy preparada, que cuida todos los detalles y que merecía este título”, explicó.
La confianza fue el punto de partida. Cisneros reconoció que el respaldo del cuerpo técnico y del entorno marcó la diferencia. En un fútbol donde el margen de error suele ser mínimo, sentirse respaldado le permitió soltarse, competir y responder. Los números lo reflejan: goles decisivos, presencia constante y un rol que nunca había tenido en el fútbol mexicano.
El impacto fue tan inmediato como contundente. En la final ante Deportivo Saprissa, el clásico rival, Cisneros abrió el marcador con un cabezazo que encaminó el título. Un gol que no solo inclinó una serie, sino que simbolizó su renacer futbolístico.
Sobre el futuro, el delantero fue claro y directo, un mensaje especialmente relevante para el público mexicano. “Mi prioridad es la Liga Deportiva Alajuelense y espero quedarme mucho tiempo por acá”, afirmó en entrevista a ESPN.
Incluso explicó que un regreso inmediato a México no está sobre la mesa, ni deportiva ni reglamentariamente. “Ni siquiera puedo jugar en México ahora mismo, porque ya tuve dos clubes en el año futbolístico”, detalló.
El caso de Cisneros vuelve a poner sobre la mesa una discusión recurrente en el fútbol mexicano: cuántos jugadores necesitan salir para reencontrarse. Costa Rica, como antes lo fue para otros exrojiblancos, se convirtió en el escenario donde el delantero dejó de ser promesa para convertirse en campeón.
Lejos de casa, Ronaldo Cisneros encontró algo que en México se le negó por momentos: la sensación de pertenecer, de ser importante y de ganar. Su ligamen aún es por seis meses más.
