BARCELONA -- El Real Madrid permanece líder indiscutible en LaLiga. Aventaja en nueve puntos a un Sevilla que apenas ha ganado dos de sus últimos nueve encuentros y en 12 al Barcelona, que tiene un partido pendiente frente al Rayo Vallecano y confía en, por lo menos, hacerle lo más largo posible el final del torneo al equipo de Ancelotti.
"Les hemos ganado y hemos superado el goal average, pero pensar en el título sigue siendo muy difícil", reconoció el domingo Xavi, advirtiendo que al Madrid "le quedan nueve partidos y tendría que perder tres, que son todos los que ha perdido en la temporada. Eso, contando con que nosotros lo ganásemos todo". El desafío, de entrada, se sospecha prácticamente inalcanzable.
Prácticamente quizá, pero matemáticamente nada esta sentenciado y atendiendo al rendimiento de un Barça que ha encadenado cinco victorias consecutivas y el golpe moral que puede suponer para el Real Madrid el 0-4 del Clásico, en el Bernabéu la desconfianza aumenta.
"Nos han pasado por encima", se escuchaba lamentar a algún aficionado merengue mientras abandonaba el estadio de Chamartín, con una coinciencia general en que Xavi le había dado un repaso táctico a Ancelotti, quien no tuvo inconveniente en reconocer "que he fallado en el planteamiento".
Falló el Madrid, fue aplastado sin piedad por un Barça monumental, y lo que pretendía ser un paseo liguero hasta final de curso para centrar todos los esfuerzos en la Champions ya no es tal.
Le quedan nueve partidos y cinco de ellos los debe disputar cinco lejos de casa, visitando estadios tan incómodos, e incluso hostiles, como son el del Sevilla, Osasuna o Atlético de Madrid. El calendario no le dará tregua y el cansancio físico y mental, más aún tras el derrumbe del Clásico, le puede pasar factura.
El equipo merengue no encajaba cuatro goles desde que perdió por 4-1 en Mestalla, frente al Valencia, el ocho de noviembre de 2020 y permanecía invicto como local en la Liga desde que le derrotase (1-2) el Levante el 30 de enero de 2021.
A partir de ahí enlazó 24 partidos (17 victorias y 7 empates) sin perder en casa un partido de Liga y la solvencia que mostraba, no siempre acompañada de brillantez, le daba para pensar, más aún contemplando la depresión del Barça y la irregularidad del Atlético, en una recta final de campeonato feliz y tranquila.
No parece que vaya a ser así. Al menos a corto plazo. En las próximas cuatro fechas el equipo de Ancelotti solo jugará una vez en el Bernabéu frente al Getafe y deberá visitar a Celta, Sevilla y Osasuna. Si el Barça (cinco victorias consecutivas y cuatro de ellas marcando cuatro goles) mantiene la excelencia en la que se ha colocado bajo el mando de Xavi nadie puede apostar qué ocurrirá.
Cuatro meses ha necesitado Xavi Hernández para darle toda la vuelta al calcetín y confirmar que su Barça, con sabor al pasado, está de vuelta. Convertido en el primer jugador y entrenador azulgrana capaz de ganar por cuatro goles un Clásico en el Bernabéu (al 0-4 de este domingo se añade el 2-6 de 2009), el catalán simboliza la última revolución en un Camp Nou donde el cómo es tan importante.
El Madrid es un equipo necesitado de ganar, con brillantez o con suerte, por calidad, aplastamiento o rebelión, sin importar ese cómo que en azulgrana es fundamental.