El Barcelona se desangra de mala manera en un final de temporada infame y desesperante. El día que jugó en Frankfurt se le apagaron los plomos y desde entonces todo ha ido de mal en peor. Ganó con fortuna en el campo del Levante y pidiendo la hora en Anoeta... Y entre todo ello enlazó tres derrotas en el Camp Nou. Lo nunca visto en el estadio azulgrana.
Eintracht, Cádiz y Rayo Vallecano han ganado consecutivamente al Barça en el Camp Nou, provocando que el equipo de Xavi haya conseguido este récord negativo. Sí es cierto que llegó a enlazar tres derrotas seguidas el equipo azulgrana, pero fue en el final de una temporada e inicio de la siguiente. Cerró el curso 1997-98 perdiendo ante Betis (1-3) y Salamanca (1-4) y perdió el primer partido, de Supercopa, en la campaña 1998-99 ante el Mallorca por 0-1. No, sin embargo, en el plazo de diez días, tan terribles como históricos.
El Barça ha perdido la consistencia y la paciencia. Peor aún, la grandeza en su juego y el ánimo en sus gradas, donde destaca una grada de animación, elogiada sin reservas por Xavi, que se dedica a cantar y animar sin atender al propio juego del equipo, contagiando al resto del estadio, tan ocupado en protestar el arbitraje como en despreciar al rival (se hizo con el Rayo como días antes con el Cádiz) y hasta acordarse del Real Madrid... Así está el barcelonismo.
Que el arbitraje no fue amable es cierto. Que en el minuto 89 Gavi sufrió un más que penalti también es verdad... Que el Barcelona tenga que agarrarse a estas circunstancias cuando se enfrenta a un rival como el Rayo es poco menos que un chiste, un chiste malo.
El equipo madrileño, excelso en la primera vuelta y derrumbado en la segunda hasta que venció al Espanyol en Cornellá, solo había vencido una vez en el Camp Nou (hace 22 ños) y solo tuvo que rematar una vez entre palos para volver a conseguirlo. Desde el minuto 10 y hasta el 100 el partido azulgrana fue un desastre, su juego una caricatura y su mala suerte, también, una evidencia.
Caído en una pesadilla sin fin... El Barça clama por alcanzar el final de temporada de la mejor forma posible. Asegurando un puesto de Champions, aunque sea aún segundo. Así está el club. Al borde de un ataque de nervios.