BARCELONA -- Pelé y el Barcelona fue un amor inexistente. Más que imposible. Nunca se produjo porque no existe constancia que el club azulgrana alguna vez pretendiera, estudiara o ni tan solo se planteaRA el fichaje del astro brasileño. Y eso a pesar de que visitó tres veces, en plenitud, el Camp Nou mostrando, ya en la primera de ellas (1959), un poderío descomunal.
Atado al Santos por las leyes brasileñas de la época y cuando el futbol no era todavía el espectáculo mediático global de la actualidad, de Pelé ya se conocía su grandeza cuando en una de sus giras europeas el Santos se estrenó en el estadio azulgrana el 28 de junio de 1959. Apenas tenía 18 años pero era ya un fenómeno tras haberse exhibido durante el Mundial de Suecia de un año antes.
EL ESTRENO
El Santos realizaba una gira de 19 partidos en 27 días por Europa. Diez días antes había perdido (5-3) en el Bernabéu frente al Real Madrid de Di Stéfano con ocasión de un partido de homenaje a Miguel Muñoz,
Llegó a Barcelona tras golear (7-1) al Inter de Milán en Valencia. Las crónicas relataron que el Camp Nou no se llenó y, también, que aún dolido por la derrota frente al Real Madrid, el Santos se tomó el choque como una especie de revancha personal frente a un Barça que una semana antes había conquistado la Copa para cerrar el curso con el doblete.
El mejor equipo de España, dirigido por Helenio Herrera, frente al virtuosismo brasileño liderado por un jovenzuelo... Que pasó como un ciclón por el estadio azulgrana. Ganó el Santos por 1-5 con doblete de Pelé, en una auténtica exhibición, marcado por el catalán Martí Vergés que nada pudo hacer frente a la soberbia actuación del joven astro.
LA REVANCHA
Para entonces se había especulado en Madrid con el interés del Real por hacerse con su fichaje, y en Valencia su nombre estaba apuntado también desde hacía ¡más de un año! en una rocambolesca y extraña historia del fichaje monstruoso que nunca se produjo... Pero del Barça ni una noticia.
Al cabo de un año el Barça, campeón de Liga, eliminado por el Athletic Club en la Copa y derrotado por el Real Madrid en los cuartos de final de la Copa de Europa, cerró la temporada con un amistoso ante el mismo Santos el 2 de julio de 1960. Pelé ya coleccionaba títulos, gloria y elogios como estrella del equipo paulista y la selección de Brasil y su regreso al estadio causó un gran revuelo mediático...
Pero esta vez el Barça, y su portero Ramallets, se tomaron cumplida revancha de la goleada del año anterior. Al descanso vencía el equipo azulgrana por 4-0 pero el despertar santista en el segundo tiempo fue excelente, llegándose al final con victoria local (4-3) y no produciéndose el empate por la magnífica actuación de Ramallets. Aquella tarde, según las crónicas, Pelé pasó casi de puntillas por el estadio.
LA PENÚLTIMA
Se retiró Kubala, fue traspasado Luis Suárez al Inter, se cerraron en España las fronteras para fichar a jugadores extranjeros en 1962 y entre una cosa y otra el nombre de Pelé no se contempló nunca en la agenda azulgrana, a pesar de que en su tercera visita al Camp Nou, otra vez un 2 de julio, aunque esta vez de 1963, el muchacho ya tenía dos títulos mundiales con Brasil (aunque en Chile su protagonismo fue menor) y era considerado el número uno del mundo.
Una semana antes el Barça había ganado la Copa de España al Zaragoza (3-1) y el retorno del astro fue otra vez un gran acontecimiento... Y otra vez una pequeña decepción. Su virtuosismo y títulos con el Santos y la selección le precedían pero el Barça, inmerso ya en su gran crisis de la década, se tomó el partido con mucha más seriedad que un rival que venía de jugar hasta doce amistosos en tres semanas y ganó el duelo por 2-0 sin que el ya mítico Pelé tuviera demasiada incidencia en el encuentro.
EL CARRANZA
Para entonces, claro, pensar en su fichaje era imposible para cualquier club español por el cierre de las fronteras apuntado y aunque los clubes italianos, muy pujantes económicamente, habían reclutado a estrellas hispanas como Luis Suárez, Del Sol o Peiró, no podían hacer frente al fichaje de Pelé, por cuanto el poderío financiero de los clubes sudamericanos era contrastado.
Pelé permaneció siempre en el Santos hasta su marcha al New York Cosmos en 1975, pero un año antes volvió a verse las caras con el Barça. Ya con 34 años y retirado de la selección brasileña, el entonces famoso Trofeo Ramón de Carranza de Cádiz dibujó un torneo estelar llamado a enfrentar a las dos figuras del momento: el pujante Johan Cruyff que había ganado la Liga con el Barcelona y había maravillado en el Mundial de Alemania, y al astro que, ya en retirada, mantenía una figura mediática, y aún deportiva, sobresaliente.
Barcelona-Palmeiras y Espanyol-Santos fueron las semifinales, el aperitivo esperado para la gran final... Y desembocaron en dos sorpresas mayúsculas: mientras el Palmeiras eliminó al Barça, el Santos fue goleado (4-1) por los periquitos. Así, de esta manera, los dos grandes se vieron en la final de consolación el 1 de septiembre de aquel 1974.
Dos goles de Neeskens y sendos de Marcial y Asensi provocaron la goleada azulgrana por 4-1, descontando para el Santos Pelé de penalti, en un choque sin historia... Pero que certificó una especie de cambio de reinado y que dejó para los libros la histórica fotografía de Cruyff y Pelé antes del comienzo del choque.