<
>

El extraño caso de Lucas Pérez

En este mundo, en esta industria, este relato parece irreal, inclusive en esta época navideña y reyes magos.

Se trata de un chico modesto de La Coruña que dio sus primeros pasos en equipo regionales de Galicia. Siendo un joven aún, llamó la atención de varios clubes de tercera y segunda división, pero fue el Atlético de Madrid, evidentemente de primera, el equipo que se ganó la confianza de Lucas Pérez y su familia. Ahí, ganó minutos y experiencia alineando para el Atlético B y C. Sin embargo, al no ser considerado para el primer equipo, fichó para el Rayo Vallecano B, con el que tuvo destacadas tardes de fútbol, llegando a subir al primer equipo en varias ocasiones.

El zurdo de Monelos, tuvo frente a él su primer gran reto. Problemas económicos del club lo obligaron a ver más allá; su mirada llegó hasta los Montes Cárpatos, un cambio radical en su carrera al emigrar a Ucrania con todo lo que esto significaba.

Dos años en el Karpaty y algo menos en el Dinamo de Kyev, fueron suficientes. Llegó la hora de probar suerte en el PAOK de Salónica, la Super Liga de Grecia.

Pese a tener contrato multianual, Lucas Pérez sólo jugó una temporada en Grecia, ya que logró ser cedido al equipo de sus amores, Deportivo de la Coruña. Aquí comenzó el romance entre un futbolista nacido en un barrio local y su equipo.

Desgraciadamente, terminado el préstamo, Lucas Pérez retornó al PAOK, marcando goles importantes en la Europa League aquel verano de 2015, se presentó el primer milagro para Lucas, volver al Depor un mes después tras el pago del traspaso definitivo del futbolista.

Con contrato en vigor por cuatro años, de los cuales había pasado solo uno, y habiendo hecho goles importantes y hasta portando el gafete de capitán, Lucas fue vendido al Arsenal en muchos millones de euros, una cifra cercana a los 20 millones. El delantero gallego pelearía con el francés Giroud la titularidad en el cuadro Gunner.

La expedición a la Isla del fútbol fue corta, 12 meses, pese a sus buenos números (22 partidos, 8 goles).

Aquí otro milagro. Lucas Pérez regresaría en calidad de préstamo al Depor para ayudar a salvar la categoría, cosa que al final, no sucedió.

Esto forzó su salida nuevamente al balompié inglés, ahora al West Ham. Un año en Londres fue suficiente, territorio español a la vista, Deportivo Alavés su destino. Tras dos años en Alaba, Lucas Pérez fichó por el Elche donde permaneció medio torneo. Su nuevo equipo, Cádiz, donde permaneció año y medio. Ahí pudo hacer algunos goles, uno de ellos muy importante para la afición e institución, el que le marcó al Barcelona en el Camp Nou. Primera ocasión que el cuadro gaditano vencía al Barcelona en su estadio.

Aquí comienza lo más interesante de esta historia. Para dejar al Cádiz y llegar al Depor, el propio club y el futbolista pagaron su salida. Ni más ni menos que un millón de euros entre los dos, pasando de jugar en primera para jugar…en la tercera división de España.

En este mundo, en esta industria, este relato parece irreal, inclusive en esta época navideña y reyes magos.

Año y medio de contrato como jugador cuyo principal objetivo es el ascenso, y un convenio de colaboración una vez retirado.

La vida futbolística de Lucas Pérez comenzó en los campos, en las calles de la Coruña. Su carrera ya en forma no fue así, pero la pelota da muchas vueltas, y para él no hay lazo más fuerte que el amor por el equipo de tu ciudad, de tu barrio.

El dinero ya no es tema, ni la categoría. Jugar para la Coruña significa todo para Lucas, sentando un precedente tan importante como increíble en una industria llena de intereses y mercaderes en todas sus áreas.

¡Aplausos!