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Dembélé desencadenado, protagonista en cuartos de final

Ousmane Dembélé no tiene térmimo medio. Capaz de lo mejor y de lo peor, el francés se puso esta vez el smoking y protagonizó una noche soberbia, redondeada con un gol magnífico después de enloquecer a la defensa de la Real Sociedad desde el primer minuto. Colocado en el extremo derecho, a su velocidad le sumó una toma de decisiones estupendas, sabiendo siempre cuando driblar, pasar, correr y combinar.

El público del Camp Nou, que siempre le mira con lupa, le premió con una merecida ovación cuando fue sustituido por Ansu Fati en la recta final, habiendo cerrado uno de sus mejores partidos desde que llegó al Barça. Si le diera continuidad a actuaciones de este tipo sería, sin duda, aspirante a todos los premios.

TER STEGEN Vio, temblando, como Kubo le estrellaba un remate en el travesaño en la primera mitad en la única llegada con verdadero peligro de la primera mitad. Después, en la segunda, estuvo algo más exigido, solventando con calma y jugando con los pies acertadamente... Hasta cometer un error impensable en un pase, casi al final, que provocó una ocasión de oro de la Real, que él mismo solventó con un rechace soberbio. Después, en tiempo añadido, volvió a tener una excelente respuesta a un disparo lejano.

Después de ver los dos primeros partidos de Copa desde el banquillo, Xavi decidió apartar de la titularidad a Iñaki Peña y devolverle al puesto. Y, otra vez, volvió a dejar la portería a cero enfrente de un equipo que llegaba al Camp Nou con nueve victorias seguidas a sus espaldas.

DE JONG Otra vez mariscal junto a Busquets y otra vez soberbio en su desempeño. Llevó el peso del juego ofensivo, repartiendo juego con prestancia, conduciendo con elegancia y fortaleza y, también, llegando desde la segunda línea, siendo protagonista de dos remates con mucho peligro.

Con un Barça tan necesitado de rebajar la masa salarial de su plantilla, su nombre estará hasta final de temporada en el plano por un posible traspaso que financieramente podría ser lógico. Pero que deportivamente, viendo su rendimiento, se adivinaría una catástrofe observando como va llegando a su momento óptimo.