BARCELONA -- Lionel Messi rompió la baraja evitando que su futuro deportivo, y personal, se convirtiera en el culebrón del verano... Cuando ya llevaba varias semanas siéndolo.
El 9 de mayo, cuando se publicó que había cerrado un acuerdo con el Al Hilal de Arabia Saudita, transmitió su único desmentido público y oficial.
Y desde su equipo de prensa se especificó a ESPN que la decisión se tomaría "al acabar la temporada con el Paris Saint-Germain”. Eso ocurrió el 3 de mayo y, dicho y hecho, cuatro días después se acabó la novela.
Nunca se sabrá si Leo ya tenía de antemano decidido marcharse a Estados Unidos, como algunos insinúan desde el Barcelona sospechando que el argentino y su entorno han 'jugado' con el club, o si el Barça utilizó a Leo a sabiendas de que no podría, o no querría, incorporarle. Usar su figura para ir retocando la plantilla. Y, a saber, al final decirle, como hace dos años, que no podía ficharlo.
¿Por qué Miami? ¿Qué decidió a Messi elegir la MLS y descartar ese 'Last dance' en el Barcelona o una, supuesta, oferta multimillonaria árabe? Leo, en su entrevista del miércoles, aclaró las razones de su decisión. 'Su verdad', al menos. Si en algo coinciden las versiones del jugador y del Barça es que "el timming" no era el mismo visto desde ambos lados. Uno, Messi, tenía prisa (o decía tenerla); el otro, el club, necesitaba (lo sigue necesitando) tiempo antes de presentarle, oficialmente, una oferta para firmar.
A partir de ahí, sin embargo, hay varias dudas por resolver. Varios datos que no cuadran y una sospecha: el futbolista tenía bastante, o muy, asumido su fichaje por el Inter Miami CF, y el Barcelona tenía, también, bastante asumido que su regreso era utópico.
LOS MENSAJES
El 31 de marzo Rafael Yuste, vicepresidente del Barcelona, soltó de improviso una bomba. "Sí, estamos en contacto con Messi”, afirmó públicamente, anunciando poco menos que el club iba a trabajar en su retorno.
Desde entonces se fueron repitiendo mensajes, filtraciones, noticias y toda clase de especulaciones a las que el futbolista, y su entorno, respondió con silencio y apenas aclarando un par de veces que Leo, contra lo dicho y publicado, "no ha hablado con Laporta".
LAS RAZONES DE MESSI
"No quería tener que esperar a ver qué iba a pasar. No quería dejar mi futuro en manos de otros”, explicó Leo el miércoles, revelando la prisa que tenía por anunciar su destino sin tener que depender de qué pudiera hacer el Barça. Tomando esa afirmación como real, choca con otra verdad: Messi, si quería, podía disponer de todo el tiempo del mundo para decidir. Le habría esperado el Inter, le habría esperado Arabia y le habría esperado cualquier club que estuviera mínimamente interesado en su fichaje.
Marcharse a Miami le ayuda a "salir del foco", otra de las razones esgrimidas. Vivir, deportivamente, con mayor tranquilidad de la que tendría, sin duda, en un Barcelona y evitar ser usado como una coartada para echar del club azulgrana a otros jugadores, algo necesario para hacerle el espacio salarial obligado.
Leo no se fía de Laporta y es entendible que así sea después de lo que sucedió en agosto de 2021. Viendo las enormes dificultades financieras a las que se enfrenta un Barça al que ni las palancas han dado el aire necesario se entiende mejor que el argentino haya preferido esquivar una aventura que ni sabía, aún, si podía darse.
Familiarmente no hay nada, para los Messi, como Barcelona. Pero puestos a elegir otro lugar para vivir está claro que Miami es una elección perfecta y que su adaptación a Florida se adivina mucho más ágil, rápida y feliz de lo que fue en París. Y económicamente, cuidado, tampoco es una oferta menor la que ha acabado aceptando el '10'.
A falta de saberse oficial y públicamente las condiciones de su contrato, entre Adidas y Apple los ingresos de Leo serán ya monumentales, además, también, de la opción de adquirir una franquicia en la MLS y del salario, el más alto de la historia de la competición, que le pagará el Inter Miami.
EL BARÇA
¿Y el Barça? ¿Cómo queda el club después de toda la novela? De entrada, después de hacerse pública la entrevista con Messi ofreció un comunicado en el que quiso mantener las formas, desearle toda la suerte... Y avisar que sabía de su decisión desde la reunión entre Jorge y Laporta del lunes.
De puertas adentro, entre la directiva y ejecutivos, varias de las declaraciones de Leo sentaron especialmente mal. Dolió que pusiera en duda a algunos de los colaboradores del presidente y hay quien considera que los Messi han jugado con el club, teniendo claro, desde el principio, su destino.
El Barcelona le pidió tiempo a Messi y Messi no le concedió ese tiempo al Barcelona porque tampoco quería ser el responsable último de que alguno de los jugadores de la plantilla tuviera que salir contra su voluntad para que él pudiera entrar. Ni que para hacer frente a su fichaje se volviera a rebajar el salario de otros.
Ni llegar al mes de julio con todo abierto sabiendo que por mucho que LaLiga hubiera validado el plan financiero del club eso no significaba, ni por asomo, que se abriera la puerta a su retorno sin más condicionantes.
LA CONCLUSIÓN
Se acabó la novela y mientras Messi va preparando su desembarco en Miami, convertido en la mayor incorporación a nivel mediático de la historia de la MLS, el Barcelona debe regresar a la realidad, dura realidad, para retocar su plantilla y mejorarla en la medida de lo posible, atendiendo a las dificultades económicas a que se enfrenta en las próximas semanas.
Ahora, sin perder tiempo, se filtra que Neymar se ofrece al Barça, cuando el brasileño ya sondeó tal posibilidad hace un mes. Y reaparecen en el plano Ilkay Gündogan, Joshua Kimmich, Martín Zubimendi y quien sea menester... A pesar de que, con o sin Messi, el club azulgrana está en una situación entre difícil y desesperada.
Y en ese escenario el '10', por mucho amor que profese al Barça, ni quería ni podía arriesgarse a pensar en regresar.