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Gareth Bale no tiene fecha para reaparecer

MADRID --Gareth Bale quiere estar listo para la visita a Wembley de la próxima semana ante el Tottenham, pero Zinedine Zidane no lo tiene tan claro.

Gareth Bale ha cumplido un mes fuera de las canchas tras sufrir una lesión mientras disputaba el encuentro de Champions League entre Borussia Dortmund y Real Madrid el 26 de septiembre. Apenas esta semana comenzó a trabajar en el césped, de manera individual; el viernes, a tocar balón, y ni su técnico, Zinedine Zidane, se atreve a dar una fecha concreta para que pueda empezar a entrenar con normalidad.

A escasos cuatro días de que el Real Madrid visite al Tottenham en Champions League, las posibilidades de que el atacante merengue pueda participar en el encuentro frente a su ex equipo son mínimas.

“Van mejor; luego valoraremos la semana que viene. Todavía no han entrenado con el equipo. Veremos el lunes y decidiremos lo que vamos a hacer. No puedo decir si van a estar. No depende de mí; depende de ellos, de cómo evolucionen”, dijo Zidane, refiriéndose a Gareth Bale y el también lesionado Keylor Navas en rueda de prensa tras el entrenamiento del sábado, el último de cara al encuentro de este domingo frente a Girona.

El partido que se disputará en Montivili será el quinto que el galés se perderá debido a su lesión, un “edema en el sóleo de la pierna izquierda” según informó el club, y que también le impidió participar en los encuentros de eliminación mundialista de la selección de Gales a principios de octubre.

Aunque el club se reservó el tiempo de baja, se calculaba que en el mejor de los casos, el jugador podría participar en el encuentro de la próxima semana ante Las Palmas, el último antes de la pausa por jornada internacional.

El jugador, propenso a las recaídas, ha sufrido 17 lesiones desde su llegada al club en 2-13-14, varias en la zona del gemelo izquierdo. Razón por la que los médicos del club podrían impedir la aceleración de su regreso. Eso sin contar con que cada baja de Bale por lesión desata una situación incómoda en el club, que hace lo posible por restarles importancia en aras de evitar lo que, invariablemente, termina por suceder: que la fragilidad del jugador vuelva a ser un motivo de polémica en Madrid.

La temporada 2017-18 está resultando un pequeño calvario para el jugador. Comenzó como blanco de las críticas – y las rechiflas - por su forma física y su falta de gol (mal, por lo demás, que parece estar afectando al equipo entero). Antes de que cayera en Alemania, el técnico invirtió semanas justificando como resultado de esos “cuatro meses fuera” tras pasar por el quirófano en noviembre del año pasado.

Pero llegó el partido de Dortmund, donde posiblemente dio la mejor actuación desde que había iniciado la campaña contribuyendo con un tanto y una asistencia a la victoria por 1-3, tan solo para dar un paso atrás en su progresión en un momento, además, desafortunado para su carrera internacional, ya que no pudo ayudar a Gales para evitar su eliminación rumbo al Mundial.

Bale ya sabe que no estará en Rusia. Y que en Madrid, una fracción de la prensa local no deja de señalarle por su irregularidad, o malentendida falta de “adaptación” y “compromiso”, algo que solo ha acelerado que a su afición se le agote la paciencia.

Tenía la esperanza encontrar consuelo en el choque ante el equipo que lo convirtió en estrella. Su estado anímico, argumenta Zidane, “no está mal”. Que no es lo mismo que exultante.

“Anímicamente no está mal; está mejor. Trabaja en campo, no con nosotros todavía, pero ya trabaja en campo y luego veremos lo que va a pasar la semana que viene”, señaló el entrenador.