El Barcelona en efervescencia futbolística. Horas después de conocerse que la policía entró en las dependencias del club para llevarse documentación relativa al Barçagate, cuando el club es poco menos que un polvorín, con incluso Quique Setién señalado y Bartomeu superado por los acontecimientos, cuando el Real Madrid sumó una nueva victoria polémica que le acerca al título y se podría sospechar un derrumbe final en Villarreal... Ahí reapareció la mejor versión del Barça.
¿Demasiado tarde? ¿Por qué no ofreció esta imagen en Sevilla o Vigo? ¿Por qué no mostró una imagen colectiva de tanto nivel hasta llegar a Villarreal? El Barça goleó por 1-4 un partido que fácilmente podría haber acabado con un 2-7. Asenjo, en primera persona, lo evitó.
Alrededor del Barcelona existe la sensación, se diría que hace ya demasiado tiempo, de que el funcionamiento ideal del equipo se alcanza, se alcanzó, cuando Messi, el capitán, líder y crack incuestionable, se convierte en la guinda del pastel. Cuando el Barça funciona como un reloj es cuando Leo puede marcar la diferencia sin necesidad de convertirse en el salvador... Y demasiado a menudo, y hace demasiado tiempo, el capitán dejó de ser la guinda para ser, muy a su pesar y para desgracia del club, el pastel entero, lo que acabó arrastrando al equipo, alejándole de su propia personalidad futbolística.
El Barça mostró orgullo y demostró calidad. Tuvo contundencia y nunca rebajó su intensidad, no cambió la idea y se dedicó una noche feliz en la que Antoine Griezmann, de manera especial, tuvo un protagonismo destacado.
"Es importante para él. Ha sido un gran gol y es muy bueno para que coja confianza", destacó Gerard Piqué a la conclusión del partido. Para entonces ya hacía muchos minutos que el francés había abandonado el partido, sustituido por Ansu Fati a los 72 minutos, pero se había marchado después de disfrutar, por fin, de una noche redonda y feliz.
Necesitaba Griezmann una actuación así y necesitaba Messi mirar feliz a su alrededor, comprobar el acompañamiento global de sus compañeros y redondear una jornada indiscutible.
Una jornada que acabó con la denuncia del presidente Bartomeu por los "favores" que afirmó le concede el VAR al Real Madrid en este momento determinante de la temporada. Como colofón a, por fin, una noche feliz para el barcelonismo.