"En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, secretario técnico del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas".
Estas palabras, redactadas a vuelapluma en una servilleta tras un partido de tenis, han pasado a la historia del fútbol. Rexach, director deportivo del Barça en ese momento, las escribió de manera apresurada con el objetivo de asegurar a Jorge Messi que el club catalán estaba comprometido a fichar a su hijo. Rexach firmó la servilleta como responsable del club catalán y los agentes Minguella y Gaggioli pusieron también su sello para ejercer de testigos.
El padre de Messi llevaba un tiempo nervioso ante la tardanza del Barcelona en tomar una decisión. En el Camp Nou había un debate sobre la conveniencia de fichar a un joven de solo 13 años pero Rexach apenas necesitó ver a Messi en acción unos minutos para darse cuenta de que tenían que cerrar el acuerdo lo antes posible. Entonces, cuando surgió la posibilidad de que el argentino fichara por otro equipo, el entonces director deportivo del club catalán tomó los mandos de la operación y redactó un contrato en una servilleta para calmar a los nervios de la familia Messi.
Messi terminmó su vínculo contractual con el Barça en 2021 y se despidió con el récord de 782 partidos oficiales disputados con la camiseta blaugrana que ostenta y como máximo goleador de la historia del club con 674 goles.
ESPN habló con los tres hombres que firmaron la servilleta, así como con el entonces del presidente del Barça, Joan Gaspart, para recordar ese momento de improvisación que sirvió para cambiar la suerte del club catalán durante las próximas dos décadas.
1. DESCUBRIENDO A MESSI
Messi fichó por Newell’s Old Boys en 1994 cuando tenía seis años y hoy en día se pueden ver videos virales que demuestran que a esa edad ya tenían grandes habilidades. Sin embargo, en ese momento, las noticias no corrían tan rápido y el joven niño nacido en Rosario era relativamente desconocido fuera de su ciudad natal. A medida que fue creciendo, se fue corriendo la voz, pero los clubes argentinos, incluido River Plate, decidieron pasar la oportunidad de ficharlo debido a las dudas generadas por su pequeña estatura y sus problemas crecimiento. Messi necesitaba un club que pagara su tratamiento hormonal, pero ninguno parecía dispuesto.
La suerte de Messi cambió en 1998 cuando el agente argentino Gaggioli, residente en Barcelona, recibió una llamada de dos de sus contactos de Rosario: Fabián Soldini y Martín Montero. Dos años después, en septiembre de 2000, Gaggioli, con la colaboración de Minguella (un reputado agente que había trabajado ya con el Barça en muchos fichajes como el de Diego Maradona) y Rexach lograron llevar a la familia Messi al Barcelona.
GAGGIOLI:
Todo comienza en el año 1998, cuando mis compañeros Fabián Soldini y Martín Montero, que llevan la escuelita fútbol de Rosario, me hablan de este niño. Messi solo tenía 11 años cuando me llamaron por primera vez para hablarme de él. Mi idea era esperar un poco, hasta los 12 o 13, porque todavía era demasiado pequeño. Nunca escondieron que tuviera que ponerse las vacunas y tras un tiempo empezaron a mandarme vídeos. Cuando comenzó a prosperar el tema, organicé una reunión en Buenos Aires y vino (el agente) Juan Mateo desde Porto Alegre. Hablamos sobre la posibilidad de llevarle un vídeo a Minguella para que le buscase una prueba con el Barcelona. La familia de Messi le dijo a Soldini y Montero que querían un club grande para poder ir todos a una, para poder moverse con toda la familia, y tenían decidido que irían a la ciudad en la que yo vivía, que era Barcelona, aunque podría haber sido Madrid ya que por aquel entonces tuve una propuesta laboral que no acabó de prosperar.
MINGUELLA:
Una de las personas con la que más confianza tengo en el mundo de fútbol desde siempre es Juan Mateo. Fue él quien me llamó por teléfono emocionado porque había encontrado un talento fuera de lo normal en Rosario, que jugaba en las inferiores de Newell’s, y que cuando agarraba la pelota iba siempre directo a la portería rival. La tecnología no era la actual, que te puedes conectar en cualquier lado del mundo y prácticamente lo ves todo al instante. Así que se encargó de grabar una serie de vídeos y me los envió a casa. Cuando puse la cinta en el reproductor y vi las imágenes casi no me lo podía creer. Era un jugador muy pequeñito, pero con una calidad excepcional que llevaba la pelota enganchada en el pie y siempre iba directo a la portería rival.
REXACH:
Horacio Gaggioli me habla de Messi por primera vez. Creo que fue en Montevideo. Yo había estado en Brasil viendo jugadores y cuando estaba en Montevideo, ya de regreso a Barcelona, me dice que tengo que cambiar de planes y viajar a Rosario para ver a un fenómeno. Cuando le pregunto por su edad y su posición en el campo y me dice que tiene 13 años mi primera reacción fue quedar bien, intentando darle largas... Pero su entusiasmo al hablarme de él me deja parado, así que, quizá tomando una decisión que podría ser criticada en ese momento, le propongo que monte un viaje a Barcelona con el chaval y sus padres para que le podamos ver durante un par de semanas.
GAGGIOLI:
Para febrero de 2000 yo ya había visto un vídeo de cómo jugaba Lionel y supe que el chico era una locura. Tuve la posibilidad de ir a trabajar a Madrid y lo hubiésemos ofrecido al Madrid o al Atlético, pero al final me quedé en Barcelona y Rexach aceptó hacerle una prueba. Cuando lo vi por primera vez no daba crédito de lo pequeñito que era. Así, del 16 de septiembre al 30 de septiembre, viajaron a Barcelona para hacer la prueba.
REXACH:
Yo, personalmente, no supe de Messi hasta que le vi aquella tarde. No sabría decir la fecha exacta. Fue en el campo junto al Miniestadi y montamos un partidillo de entrenamiento con chavales del infantil y del cadete. Cuando él llegó a Barcelona, yo ya había informado que iba a venir un niño para hacer unas pruebas, pero tuve que irme de viaje, creo que a Australia y no estuve al tanto del caso hasta mi vuelta. Después, supe que había estado probando en diferentes partidos, pero sin que nadie se atreviera a tomar una decisión.
Lo que no olvido es que un recorrido de 3-4 minutos, el que tardas en dar la vuelta al campo, tardé en hacerlo más de 15 porque me quedaba parado y ensimismado mirándole, viendo lo que hacía con la pelota, con sus movimientos, sus regates y su visión. Supe que era él, sin que me lo dijeran, porque era por mucho el más pequeño de todos y se le veía algo muy diferente. Entonces llego al banquillo, me siento, y les digo a los dos entrenadores que había allí: “Fichadlo. Ni lo penséis. Y si alguien pregunta decidle que es decisión mía, directamente”.
GAGGIOLI:
Jorge Messi, Soldini y yo vimos la prueba juntos. Al instante comenzó a destacar. Tocaba la pelota como nadie y, pese que existían ciertos nervios, Lionel pronto las disipó. Fue una maravillosa experiencia. Rexach siempre dijo que al minuto de verlo ya estaba convencido y que el club lo tendría que haber fichado incluso sin él haberlo visto.
GASPART:
Yo no sabía ni quién era Messi. Sería muy fácil decir que sí, que me enamoré de él desde el primer día, pero no es así. A mí de Leo me habla Rexach y él es quien tiene que llevarse todo el mérito. Me viene y me dice que no podemos dejar escapar a un chaval excepcional, que ha viajado desde Argentina y que es distinto a todo lo que hemos visto. Y cuando un director deportivo de la categoría de Rexach, que sabe ver el fútbol de una manera muy concreta, te dice eso... No solo le di permiso, sino que le animé a hacerlo. Y repito, sin saber nada de Leo.
Yo tenía la costumbre de ir muchos sábados por la mañana a los campos que había junto al miniestadi para ver partidos del fútbol base. Un rato de un juvenil, otro rato un infantil... pero la verdad es que no recuerdo haber visto a Messi hasta tiempo después, quizá medio año, cuando ya tenía enamorados a todos los técnicos del fútbol base.
2. EL RIESGO DE PERDER MESSI
Pese a que Rexach estaba convencido de que el Barça debía fichar a Messi, el club catalán titubeó bastante después de aquella prueba de septiembre. Las dudas sobre hacer una inversión en un chico tan joven continuaban. La familia Messi vivía entre Barcelona y Buenos Aires y, a medida que pasaban los días sin noticias del Barcelona, empezaron a inquietarse. La Navidad se acercaba y los agentes involucrados en intentar traer a Messi a España comenzaron a pensar en llevarlo a otros clubes. Real Madrid y Atlético de Madrid aparecieron en la sombra.
GAGGIOLI:
Rexach siempre estuvo convencido, igual que el desparecido Joan Lacueva, que fue el que acabó pagando el inicio del tratamiento. Tuvimos muchas reuniones con el Barça, pero el club no se decidía. Decían que era una locura ficharlo. Las cosas en el Barcelona no estaban nada bien porque el club estaba casi en bancarrota. Montero vino en noviembre para tratar de desbloquear el tema, pero no lo consiguió. Entonces me llamó y me dijo que hablase con Rexach para decirle que ya no se podía aguantar más. Y me comentó que, si no íbamos a firmar con el Barcelona, probaríamos con el Madrid o el Atlético.
REXACH:
En ese momento no sé si había otros equipos interesados en él. Pienso que no. Hay que pensar que era muy joven y que no habían apostado por él en Argentina; pero teníamos aquí, en casa, a un chaval muy diferente a todo lo que habíamos visto antes. Era, no sé, como un regalo, una oportunidad única por mucho que pudieran pensar que había riesgo. A mí me lo decían: “Oye Charly, que tiene 13 años y no sabemos qué puede pasar”. La gente no se la juega con un chaval tan joven, me repetían que era un gran riesgo en un momento delicado para el club, pero me di cuenta que teníamos que ficharle para evitar que se fuera a otro sitio y después nos pudiéramos arrepentir. A veces te la tienes que jugar y yo estaba convencido de que no nos íbamos a equivocar.
MINGUELLA:
River Plate lo tuvo a prueba unos días, pero parece ser que no acabaron de decidirse por él. Por eso, cuando salió la posibilidad de viajar a Barcelona, el padre del jugador no se lo pensó mucho.
La prueba fue un partido con chavales de la edad de Messi y un equipo de categoría superior. Hablamos de organizarlo después de un tiempo comentándole a Rexach que el chico estaba en Barcelona y que lo mejor que podía hacer era verlo. Charly era un hombre de confianza del presidente y una leyenda del Barça, así que no había nadie mejor que él para dar el visto bueno. Rexach reaccionó al momento de verlo jugar. A los pocos minutos ya dijo que se tenía que firmar, que era algo único. También estuvieron en ese partido Quimet Rifé, varios exjugadores del Barcelona y algunos integrantes del fútbol base. Era un jugador diferente al resto y se confirmaba lo que había visto en los vídeos que Juan Mateo me había enviado desde Argentina. Buscó siempre la portería rival.
GASPART:
Yo no supe nada de las pruebas ni tampoco consulté con nadie después de hablar con Rexach. Ya digo que fue una decisión suya. Bueno, la última palabra fue mía, como presidente, pero el mérito fue de Charly.
Su fichaje se produjo pocos meses después de la salida de Figo, que fue muy dura para el club y que merecería un libro por sí misma. Todo lo que ocurrió aquel mes de agosto no se lo deseo a nadie y como se puede entender, en ese momento, Messi no era una prioridad en el club.
Sí recuerdo que las condiciones logísticas eran diferentes porque el padre, Jorge, quería vivir en un piso con Leo y no que Leo viviera en La Masía como el resto de chavales de la cantera. Y siendo una excepción, Rexach me dijo que no debíamos poner trabajas y debíamos hacerla.
3. LA FIRMA DE LA SERVILLETA
A principios de diciembre, el padre de Messi, empezaba a impacientarse. La falta de noticias del Barcelona le hizo creer que no estaban dispuestos a fichar a su hijo. Rexach, pensando que el club estaba a punto de dejar escapar una oportunidad única, intervino para asegurarse de que Messi fuera atado por el club catalán.
REXACH:
Jorge pensaba que le estaban mareando. Pasaban los días y no se hacía nada. Yo no estaba y no sé exactamente cómo fueron las cosas, pero cuando decidí que nos lo quedábamos, Jorge ya no lo tenía nada claro. Supongo que no se fiaba. Parecía tan desesperado que una noche, estando junto a Minguella y Horacio en el club de tenis Pompeya, hablamos por teléfono y me dijo: “Si esto no se arregla pronto nos vamos. Tengo que volver a Buenos Aires y no veo nada”. Entonces es cuando, sobre la marcha, lo decidí todo.
El tema de utilizar una servilleta es porque era lo único que tenía a mano. Vi que la única manera de tranquilizar a Jorge era firmando algo, dándole alguna prueba, así que pedí una servilleta a un camarero y lo escribí: “En Barcelona, a 14 de diciembre de 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, Secretario Técnico del FCB, se compromete bajo su única responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”.
Le dije a Jorge que ahí estaba mi firma y que había testigos, que con mi nombre no se jugaba y que me responsabilizaba directamente del tema, que no había más que hablar, que tuviera paciencia unos pocos días porque a Leo ya podía considerarlo jugador del Barça.
MINGUELLA:
Nos reunimos en el Club de Tenis Pompeya, situado en Montjuïc. Estuvimos un rato charlando después de jugar un partido de tenis. También estaba Horacio Gaggioli y llegamos a la conclusión de había que hacer algo. En una genialidad de Rexach, al no tener un papel del club a mano, agarró una servilleta, hizo el escrito y firmamos todos.
Acto seguido hablé con Jorge Messi, que estaba en el Hotel Plaza de Barcelona junto con Lionel, para decirle que uno de los hombres del presidente había firmado un documento y que el chico iba a quedarse. Los Messi estaban bastante desesperados ante el silencio que el Barça había mantenido, pero en ese momento comenzó a aclararse todo.
GAGGIOLI:
Mis abogados dijeron que la servilleta era un papel jurídicamente válido y cambió la vida de todos. El documento está guardado en un banco de Andorra. Es un documento histórico y tiene que estar muy bien protegido. Dicho eso, hay que remarcar que al existir ese documento, el Barça envió una carta a la familia Messi para invitarles a venir a Barcelona. Joan Lacueva envió una carta de unas diez líneas diciéndoles que, en febrero de 2001, toda la familia debía viajar a Cataluña.
GASPART:
El tema de la servilleta fue una forma moral de dejarle claro a Jorge que no había nada de lo que preocuparse. Era la manera de evitar problemas o malentendidos. Oficialmente no servía de nada, pero era un paso previo a la firma del primer contrato, que lo hizo Paco Closa.
4. DEBUT Y TRATAMIENTO
La servilleta fue solo el comienzo del final de la saga. Tuvo que pasar casi otro mes hasta que Messi fue fichado de manera oficial por el Barcelona y no pudo hacer su debut competitivo hasta marzo debido a problemas con el registro. El día 7 de ese mes del año 2001, Messi, con el número 9 a la espalda, hizo la primera aparición oficial, marcando un gol en un partido contra el Amposta. En el club pronto se dieron cuenta del diamante que tenían en sus manos y no pasó tampoco demasiado tiempo hasta que los grandes de Europa intentaron seducirlo. Messi, sin embargo, agradecido de que el Barcelona hubiera aceptado financiar su tratamiento hormonal, se mantuvo siempre fiel al equipo catalán.
REXACH:
No debutó hasta tiempo después porque era extranjero y no podía jugar partidos de competición oficial hasta que su padre estuviera censado oficialmente en Barcelona. Había que arreglar los papeles para que pudiera jugar como asimilado, pero, la verdad, para entonces, yo ya estaba tranquilo y Jorge también.
MINGUELLA:
Hubo unos pequeños problemas burocráticos que quedaron solventados en marzo, cuando hizo su debut. Era extranjero y menor de edad por lo que debía tener una autorización. Recuerdo que, pese a que se entrenaba con el Infantil A y lo normal hubiese sido que actuase en el Cadete B, tuvo que debutar en el Infantil B.
GAGGIOLI:
Newell’s se negó a pagar el tratamiento, al igual que River Plate. Lacueva pagó la primera fase y luego el Barcelona se hizo cargo de todo. Una vez que empezó a jugar con regularidad empezaron a llamar grandes clubes como la Juve, el Inter, el Liverpool o el Madrid. Sin embargo, el que más estuvo cerca de ficharlo fue el Arsenal. Llegamos a comer con Arsene Wenger. Fue en la época en la que Cesc Fàbregas, íntimo amigo de Messi desde aquella época, decidió dejar el Barca e irse a Londres.
REXACH:
¿El tratamiento? Mira, yo me encargue de que se fichase, lo demás ya eran cosas del club. Está claro que tenía un coste, pero tampoco era tan desmesurado y me despreocupé del tema. Yo dije: “Está fichado y ya os arreglaréis con lo demás”, dando a entender que el club tenía asumir ese asunto.
GASPART:
No pasó nada especial con el tratamiento de crecimiento, con las hormonas. No hagan caso de lo que se pueda decir malintencionadamente. Se aprobó el fichaje con las connotaciones especiales que tenía y, a partir de ahí, se llevó a cabo un día a día normal.
Lo que sí sospeché durante un tiempo es que alguien quería meter mano ahí, que había otro club, no hace falta decir cual, que andaba detrás suyo. ¿El Real Madrid? Me parece que es evidente, claro.
No tuve la ocasión de disfrutar a Messi como presidente. No tuve la suerte de beneficiarme de él, como tampoco de (Andres) Iniesta, (Víctor) Valdés, Xavi (Hernández) o (Carles) Puyol, aunque algunos ya habían debutado con el primer equipo y fui especialmente cuidadoso en conseguir que tanto Puyol como Xavi se quedasen en el club cuando pudieron marcharse; o de hacer entrar en razón a (Louis) Van Gaal cuando quiso echar a Valdés".
Cuidar de manera especial a los chicos de la casa es fundamental y lo ha sido siempre en el club. Me queda la satisfacción íntima de que la relación de los Messi, de Jorge y de Leo, con el Barça siempre ha sido muy cercana. Entendieron la apuesta que el club hacía con Leo y su agradecimiento ha sido evidente.