BARCELONA -- Joan Laporta, presidente del Barcelona, sacó adelante sin más contratiempos una Asamblea de compromisarios que aprobaron por abrumadora mayoría todas las propuestas presentadas por la directiva, desde el cierre económico del ejercicio anterior hasta el presupuesto de la actual temporada o la activación de las palancas con las que el club ha comenzado a revertir una situación económica que el presidente calificó de "gravísima" cuando se hicieron cargo de la dirección de la entidad.
Pero durante la celebración de la asamblea el mandatario tuvo tiempo para lanzar un dardo directo a los capitanes de la primera plantilla, además de otros jugadores con salarios muy altos, explicando que ninguno de ellos se avino a modificar sus contratos y rebajar sus salarios como se les pidió.
"Lo intentamos, hablamos con algunos jugadores para negociar una rebaja... Pero no se dio. No solo no salió, sino que hemos tenido que avalar 10 millones de euros que de haber existido esas rebajas no habrían obligado a hacer ese aval", reveló Laporta refiriéndose tanto a los capitanes Piqué, Busquets y Jordi Alba como a Frenkie de Jong y Mar-André Ter Stegen.
En este sentido, el director general del club, Mateu Alemany, apoyó las tesis del presidente sentenciando que a su llegada a la dirección del club "la situación ya era insostenible... Y tenemos algunos salarios fuera de mercado; jugadores imposibles de transferir y que nos gravan las cuentas y el fairplay".
El discurso, claro y contundente, de la dirigencia del Barça se refirió a los contratos heredados de la junta de Josep Maria Bartomeu que en agosto ya avisó que podían ser irregulares e intentó renegociar con los agentes de los futbolistas.
En aquel momento la directiva azulgrana consideró "cercano" un acuerdo con Gerard Piqué y también se mostró "optimista" con Sergio Busquets, mientras amenazaba sin disimulo a De Jong y abría la puerta a una renegociación con Ter Stegen.