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España se refugia en su identidad en busca de respuestas

LA ROCHELLE -- La campeona se blindó en la isla de Ré y expulsó los malos presagios a fuerza de convencimiento. Entre Georgia y la República Checa, España se busca a sí misma, consciente de que solo encontrándose podrá recuperar el papel de favorita del que muchos la han descabalgado.

"Es un pequeño toque de atención que nos tiene que servir, pero mejor que el pinchazo fuera el martes a que sea contra la República Checa", convino Sergio Ramos, central con galones por su trayectoria y convencido de las opciones de la Roja.

Alrededor de la selección española, sin embargo, parece instalada una cierta confusión tanto por la irregular cara mostrada en los amistosos frente a Bosnia y Corea del Sur como, sobretodo, por el inesperado, y desolador para algunos, KO ante Georgia.

Del Bosque mantiene un tono calmado y tranquilo, de puertas afuera, que le presentaría como el mejor mandatario mundial ante una crisis nuclear. No elude sus preocupaciones pero aparta la precipitación en sus análisis.

Y lo que una parte de la crítica podría acoger como síntoma de debilidad, otra lo recibe como una muestra de la madurez que se adivina, por fuerza, alrededor de un equipo cuya columna vertebral tiene el gen ganador marcado a fuego.

BUSCANDO AL 9

La Rochelle y la Isla de Ré están separadas por un puente imponente de tres kilómetros que sobre el océano Atlántico separa una ciudad tranquila y turística de un paradisíaco escenario convertido en auténtico búnker.

Y es en ese búnker, alejado todo lo posible del ruido mediático que se vive en torno al equipo, donde Del Bosque y sus ayudantes deben encontrar la tecla para liberar el espíritu de la campeona.

Con el foco puesto en el debate que se arrastra desde hace meses por conocer si Casillas resistirá o De Gea le asaltará el puesto a la hora de la verdad, ni la zaga ni el centro del campo ocupan la discusión que sí lo hace la delantera. Se echa en falta el gol y el debate está servido.

Con Busquets como único ancla del equipo junto a Iniesta y Cesc en funciones de volantes o con Bruno tomando el relevo de Xabi Alonso para jugar con doble pivote, el asunto de la zona ancha ocupa...

Pero la preocupación se dibuja delante, donde ni el excelente tono mostrado por Nolito (cuatro goles en dos partidos) aparta del plano una cierta desconfianza en la figura de ese '9' que no se vislumbra como en el pasado.

Fernando Torres y David Villa fueron los dos últimos centrodelanteros con los que España vivió feliz. Adaptados como un guante al fútbol de combinación que impuso Luis Aragonés y continuó Del Bosque, su movilidad y entendimiento con los volantes y centrocampistas explicaron los éxitos.

Y ponen de relieve la falta que se adivina en su sucesión. Diego Costa, un '9' más clásico y peleón, fue la primera gran apuesta fallida (un gol en diez partidos) y solo parece ahora Morata en disposición de tomar ese relevo ansiado.

Aduriz apenas remató una vez ante Georgia y es el delantero de, todavía, la Juventus, quien está llamado a ocupar la plaza junto a Nolito y Silva entrando por las bandas. Obviamente, se confía y se sonríe por el estado del delantero del Celta...

Pero se espera que el '9' acuda al rescate del gol para desencallar a una España que a cuatro días de estrenarse en Toulouse busca la salida del laberinto.