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Los aspectos clave que deben mejorar Erik Ten Hag y el Manchester United lo antes posible

¿Podrá Erik Ten Hag cambiar la suerte de su plantilla tras un horroroso inicio de temporada? IAN KINGTON/AFP via Getty Images

Era principios de diciembre de 2013. El Manchester United acababa de perder 1-0 ante el Newcastle United. Con ese resultado, el campeón reinante registraba dos derrotas consecutivas jugando de local por primera vez desde 2022, siendo la primera victoria del Newcastle en Old Trafford desde antes de la conclusión de la Guerra de Vietnam. En su primera temporada reemplazando a Sir Alex Ferguson, David Moyes había llevado a los Red Devils a sumar solo 22 puntos en 15 partidos. Casi a mitad de temporada, el United era noveno, cuatro puntos más cerca de la zona de descenso que del primer puesto.

Casi todo les salía mal, tal como lo confirmó el técnico y el club en uno de los tuits más grandes de la historia publicado por la cuenta oficial de un equipo, justo en los primeros tiempos de Twitter. Sin memes, sin extrañas ironías a medias solo entendidas por quienes pasamos todo el día actualizando nuestras cuentas, sin tener que explicar contextos. Sólo una simple muestra de perfección: "David Moyes afirma que el #mufc debe mejorar en una serie de aspectos; incluyendo pases, creación de oportunidades y defensiva".

Ahora bien, redactamos un artículo sobre cómo el Manchester United no había podido avanzar más allá de la era Moyes... hace tres años. Sin embargo, ese tuit de 2013 podría ser mucho más relevante hoy en día que cuando fue publicado. Luego de dos partidos disputados de la actual campaña, el United es colista de la tabla de la Premier League, producto de dos derrotas en par de encuentros y diferencia de gol de -5.

Si el nuevo director técnico Erik Ten Hag desea cambiar la suerte de su plantilla, su equipo debe mejorar en una serie de aspectos clave; incluyendo pases, creación de oportunidades y defensiva. ¿Cómo lograrlo?

Pases

Durante su ciclo a cargo del Ajax, los equipos entrenados por Ten Hag armaban jugadas agresivamente desde la zaga, atrayendo a los rivales hacia ellos para después romper la presión con hábiles combinaciones de pases o por ejemplo, con Frenkie De Jong regateando a todo el equipo por sí solo.

Muy al pesar de Ten Hag (y el Barcelona), el United no tiene en sus filas a Frenkie De Jong. Y el jugador con el arquetipo más cercano a De Jong que ha tenido el United, el francés Paul Pogba, ahora juega con la Juventus. Por eso, durante sus primeros dos encuentros, el United ha intentado pasar el balón desde la zaga, fracasando estrepitosamente. Contra el Brentford, entregaron el balón a menos de 40 metros de su propia puerta en seis ocasiones: tres de ellas provocaron balones perdidos y dos terminaron en goles.

En estos dos primeros encuentros de la campaña de Premier, los Red Devils han entregado el balón en 15 ocasiones a 40 metros de su portería, con ocho de ellas conduciendo directamente a remates. En el torneo pasado, permitieron un promedio de 1.6 de esos balones perdidos que terminaron en remates por partidos.

Obviamente que el término "pases" es una definición vaga, y entran en juego una gran cantidad de factores para determinar si el pase fue completo. No hay dos pases creados de la misma forma, ni tampoco se generan dentro de un vacío. El jugador en posesión del balón debe ser capaz de reconocer el pase, para después ejecutarlo con el grado apropiado de precisión técnica. Sin embargo, el receptor también debe encontrar espacios y ser capaz de recibir el balón, intercambiando responsabilidades para su próxima acción, una y otra vez. El pase es un arte colectivo, una cadena de decisiones y reacciones que generan nuevas decisiones y reacciones.

Un gran problema para el United, si sigue intentando jugar de esta forma, es que no hay nadie que sirva como base de la cadena de posesiones.

En el arco, David De Gea nunca se ha sentido cómodo con el esférico a sus pies y en sus últimas cinco temporadas defendiendo la portería del United, ha completado menos del 70% de sus pases. Comparémoslo con aquellos equipos con los que el United desea competir: Alisson (Liverpool) ha conectado el 84.9% de sus pases en la Premier League; mientras que Ederson, guardameta del Manchester City, ha completado el 86.6% de los suyos. Cuando una posesión llega a los pies de De Gea, tiene mayores probabilidades de terminar en un balón perdido que cuando le sucede al Liverpool o al City.

Sin embargo, esta debilidad se agrava por el hecho de que el United no ha fichado al volante defensivo que todos le han aconsejado que fiche durante la mayor parte de la última década. Si bien es natural considerar que la principal importancia de este jugador teórico radica en su habilidad para proteger la línea defensiva sin el balón, el United también requiere de un jugador que pueda mantener vivas esas posesiones más largas en las primeras fases de la jugada. En la mayoría de los grandes equipos, el mediocampista más replegado no es necesariamente el que hace pases peligrosos que rompen líneas al mejor estilo de Andrea Pirlo. Por el contrario, es el que hace el simple pase lateral fuera de la presión para mantener viva la posesión.

Fred y Scott McTominay nunca han sido pasadores confiables; en consecuencia, Ten Hag probó a su delantero centro de la primera jornada (Christian Eriksen) como volante defensivo en el encuentro contra Brentford. Y el experimento no le salió bien:

Eriksen es un pasador creativo fantástico; lleva el balón hacia el área contraria mejor que nadie con la excepción de Lionel Messi. No obstante, el danés nunca ha completado sus pases a un ritmo particularmente alto: apenas suma 77.1% en las últimas cinco temporadas. Haciendo comparaciones similares a las de párrafos anteriores: Fabinho ha completado el 88.3% de sus pases desde que fichó por el Liverpool, mientras que Rodri suma 92.2% desde su llegada al Manchester City.

Por ahora, al menos, Eriksen no parece entender del todo los espacios que debe ocupar en este rol, o cómo un balón perdido en tu propio tercio final es mucho más costoso que del otro lado.

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Creación de oportunidades

Si bien no pierde el esférico en su propia área, al United no le ha ido tan mal moviendo el balón hacia el tercio final. La siguiente tabla compara el porcentaje de pases completados de un equipo fuera del tercio final con el porcentaje de posesiones ininterrumpidas que llegan al área rival. (Nota: los datos utilizados para redactar la presente nota no incluyen el encuentro del lunes entre Liverpool y Crystal Palace).

El United está prácticamente igualado con el Arsenal y sólo es superado por Aston Villa, Chelsea y Manchester City cuando son comparados en ambas estadísticas. Como ha logrado llevar el esférico hacia el tercio final a un ritmo relativamente alto en sus primeros dos encuentros, el United ha intentado un montón de remates: 32, apenas uno menos que los 33 del City, líder de la Premier en este departamento. El problema radica en que han sido tiros mayormente mediocres. Su promedio de distancia de remates es de 17.3 yardas, cuarta mayor cifra en la liga inglesa, y su promedio de goles esperados por remate también se encuentra entre los peores del circuito.

A pesar de intentar la segunda mayor cantidad de remates en la competición, el United sólo ha convertido un gol. No ha sido afortunado y no marca más goles; sin embargo, su xG de 2.3 sigue siendo el undécimo mejor registro luego de dos encuentros disputados. Debido a que ha caído en desventaja en sus dos partidos, el United ha pasado la mayor parte de sus cotejos iniciales contra equipos que ya no intentaban optimizar la cantidad de goles marcados y, por el contrario, se centraban en organizar jugadores detrás de balón.

Considerando sus problemas a la hora de ejecutar los patrones en el armado de jugadas, quizás no sorprenda ver que la plantilla de Ten Hag tampoco ha logrado ejecutar los movimientos de precisión necesarios para romper una defensiva cerrada en el tercio final. La mayoría de sus pases que generaron disparos fueron de circulación lateral del balón, en vez de balones de alto valor hacia el área rival.

Es interesante ver que el United de Ten Hag ha sido más efectivo en el mismo aspecto que, a veces, lo era al mando de Ole Gunnar Solskjaer: cuando mueven el balón rápidamente.

Stats Perform define al ataque directo como "una secuencia de juego abierto que se inicia dentro del área del equipo atacante y tiene al menos 50% de movimiento hacia la portería del rival, terminando en un remate o toque en el área contraria". En dos encuentros, el United ha generado cinco ataques directos, empatado en el liderato de la categoría con el Fulham.

Defensiva

Es cierto. Les ha ido sumamente mal en este aspecto. Luego de dos partidos jugados, así se ubica el United en una serie de estadísticas clave:

  • Goles en contra: 6 (empatado en el puesto 18)

  • xG permitidos: 3.11 (15)

  • Remates permitidos: 28 (15)

  • Remates permitidos en jugadas a balón parado: 11 (empatado en el puesto 18)

  • Toques permitidos en el área: 51 (empatado en el puesto 15)

Y todo lo anterior ocurrió a pesar de que el United ostenta promedio del 65% en sus partidos: tercer mejor registro de la liga. Básicamente, la forma de defensa más efectiva del United hasta ahora ha sido asegurarse de no jugar a la defensiva. Una vez que pierden el balón, intentan recuperarlo en zonas altas de la cancha; no obstante, han creado 15 pérdidas de balón a 40 metros del área rival, undécima mejor marca de la Premier. Y su acción defensiva promedio ocurre a 38.92 metros de su área, quinta marca más profunda en Inglaterra.

La traducción: su defensiva ha estado por debajo del promedio, si no peor, en prácticamente todas las formas posibles hasta ahora.

Entonces... ¿qué pasará?

Pueden ver que ésta es una especie de ciclo tóxico. Con su plantilla actual, el United parece estar mejor equipado para asumir una mentalidad táctica más rápida y basada en las transiciones cuando está en posesión del balón. Pero si quiere ser más efectivo dentro de ese estilo, requiere fichar jugadores que se sientan cómodos sin el balón por largos periodos; todo ello, con la finalidad de crear espacios y eventualmente conducir a la transición e iniciar el ataque.

Ten Hag no tiene muchos jugadores de ese estilo (y no parece quererlos en su plantel); por ende, le ha dado prioridad a mantener el balón. En realidad, el United no cuenta con futbolistas para jugar efectivamente de esa forma. Ello redunda en posesiones más lentas, que permiten que los rivales ubiquen jugadores por detrás del balón y se produzcan costosas pérdidas de balón en el tercio defensivo.

En un esfuerzo para crear cierta cantidad de momentos de transición y mantener el esférico alejado de su tercio defensivo, el equipo intenta hacer presión alta. Pero mientras Cristiano Ronaldo siga jugando partidos con la camiseta del Manchester United, los Red Devils no contarán con una presión efectiva, lo que implica que la presión se rompe y, de repente, esos eslabones débiles a la defensiva se encontrarán inmersos en una de las situaciones más complicadas del fútbol moderno: contraataques de alta velocidad en espacios amplios.

Ten Hag no tiene gran culpa de esto, al menos no por ahora. El técnico intenta que el Manchester United juegue el estilo futbolístico (posesión fluida, junto con una presión de alta potencia que fija el balón en el tercio final) que caracteriza a los equipos que ganan títulos en el año 2022. El problema es que el United no ha armado una plantilla pensada para jugar de esa forma, porque no ha armado una plantilla que tenga intenciones de jugar de alguna forma en particular. Por el contrario, ha reunido una costosa colección de figuras, sin pensar en cómo podrían compaginarse, cómo podrían amplificar las fortalezas de cada uno y protegerse de las debilidades.

En todo caso, el United ha creado una plantilla de jugadores que parecen empeorar cuando juegan juntos.

En vez de un sincero esfuerzo por rearmar el club con alguna especie de plan a largo plazo, que eventualmente les permita competir con los técnicos y equipos de captación de talentos de (por ejemplo) Manchester City y Liverpool, pasaron todo el verano buscando fichar jugadores con alguna especie de conexión con su actual técnico. Para un club que puede darse el lujo de fichar a prácticamente cualquier futbolista del mundo, habría sido una coincidencia única en un siglo que todos los mejores jugadores que lograron fichar tienen en común su formación en la Eredivisie neerlandesa.

No culpo a Ten Hag de ello: la mayoría de los entrenadores son terribles cazatalentos y cualquier club saludable habría implementado un proceso para evitar que eso suceda. Se arma un gran equipo identificando los jugadores apropiados para el entrenador correcto, capaz de mejorar a dichos jugadores. Eso no se logra comprando algunos jugadores que el técnico afirma querer.

En vez de maximizar resultados con una filosofía táctica a corto plazo, Ten Hag intenta cambiar por completo la mentalidad del United de una forma que él cree que los llevará a alcanzar éxitos a largo plazo. No sabremos por un tiempo si esta es la mentalidad correcta, y si Ten Hag sigue con una variante de dicha filosofía, es probable que el resto de esta temporada venga cargado de frustraciones. Si existe alguna probabilidad de que las ideas de Ten Hag eventualmente funcionen, el United tendrá que ser paciente y también capaz de identificar la clase de jugadores con posibilidades de formar parte del próximo gran United, liderado por su actual entrenador, en armonía con el estilo de juego que ostente.

Pero he aquí el problema: ¿por qué alguien debería esperar que eso ocurra? Tenemos 10 años esperando y esto no ha hecho más que empeorar.