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Pellegrini podría ser el mejor candidato disponible para el Chelsea

LONDRES -- Un partido de copa también puede servir como entrevista de trabajo. Manuel Pellegrini estará trajeado cuando sus jugadores salgan uniformados a hacer el intento de extender la búsqueda de la cuádruple gloria contra el Chelsea el domingo. El premio del Manchester City por una victoria sería un lugar en los cuartos de final de la FA Cup. Y el de su DT podría implicar una estancia más prolongada en Stamford Bridge.

La perspectiva de que Pellegrini se una al Chelsea no se presenta tanto como un caso de amor eterno con una pareja de ensueño, sino más bien como la unión que podría producir un programa computarizado de gestión de citas. El club necesita un director técnico. Él es uno de los siete que tienen un título de la Premier League y, por diversas razones, cada uno de los otros seis puede descartarse. Algunos de los técnicos más codiciados de Europa --Pep Guardiola, Carlo Ancelotti, Luis Enrique, Jurgen Klopp-- ya están comprometidos en otros lugares.

Si Massimiliano Allegri, Antonio Conte y Diego Simeone --a menudo mencionados como los principales candidatos-- permanecen con la Juventus, Italia y el Atlético de Madrid, respectivamente, el Chelsea podría quedarse pescando con más esperanza que expectativa. El Chelsea ya ha agotado el suministro de potenciales DTs y ahora sólo le queda hacer un segundo repaso, pero ni siquiera tiene un candidato plausible para una reaparición, a menos que Roman Abramovich encuentre a Claudio Ranieri ganando la liga y consiga una reunión extraordinaria.

Pellegrini sabe lidiar con ser la segunda opción, como lo demuestra su carrera en el City. Realista como es, sabía que no era ningún Guardiola. No se encuentra en la Lista A, pero podría ser el mejor de la Lista B.

Su problema inicial puede ser de percepción. La personalidad deliberadamente adusta de Pellegrini significa que es un hombre de pocos enemigos, dejando de lado a José Mourinho. Si bien contratar a un hombre que privó de trofeos al Chelsea durante su tiempo a cargo de un rival local podría resultar polémico, no es un Rafa Benítez. Tiene un carácter menos divisorio, y su ejercicio podría no estar condenado desde el principio.

Sin embargo, a menos que gane la liga esta temporada, lo cual parece cada vez menos probable, o la Champions League, lo cual parece más improbable aún, Pellegrini podría llegar con la imagen de descarte del City. Eso puede ser un obstáculo para un club con las aspiraciones del Chelsea. La cuestión no es si el técnico aceptaría el trabajo, sino más bien si lo considerarían como candidato.

Pellegrini tiene 62 años, pero aún no está listo para retirarse. No quiere volver a Sudamérica, y se ha descartado a sí mismo de la lista de posibles sucesores de Jorge Sampaoli, otro supuesto candidato del Chelsea, en el seleccionado de Chile. Podría generar interés entre los clubes de segundo nivel de La Liga y, con su herencia italiana, podría ser empleado en la Serie A. Sin embargo, ninguna de estas opciones tiene el prestigio, la posibilidad de ganar títulos o, probablemente, la remuneración que podría ofrecer el Chelsea.

Como lo ha demostrado durante su ejercicio en el City, Pellegrini tiene las credenciales de un cuidador de lujo. El Chelsea ya goza de los beneficios de uno en Guus Hiddink. Su reinado podría ascender a otra regencia en King's Road. Al igual que Hiddink, es amable. No aliena. El Chelsea, como el City, tiene una cultura en la que los mejores jugadores se quedan mientras los técnicos van y vienen. Eso podría continuar bajo Pellegrini. No le gusta desmantelar planteles. Su enfoque inofensivo puede ser un atributo.

Hace falta una mentalidad particular para lidiar con la idiosincrasia del Chelsea. Pellegrini se ha mostrado decidido a ignorar todo lo que consideró como especulaciones de los medios --inclusive los reportes, correctos, de que el club quería que Guardiola lo sucediera-- en el City, y este comportamiento de avestruz podría ayudarlo a hacer frente a la política bizantina de Stamford Puente. Si Mourinho se metiera detrás de escena, como lo hizo Benítez en el Liverpool, Pellegrini permanecería en la oscuridad.

Esto lo convierte en un DT amigable para los propietarios. Es un hombre de compañía, quien tiene opiniones más fuertes de lo que a menudo parece, pero se las guarda para sí mismo. Este enfoque apolítico y poco controvertido está casado con una marca de fútbol ofensivo que significa que su conjunto del City podría terminar como el máximo goleador de la división en cada uno de sus tres años en el timón.

En definitiva, podríamos decir que es dos tercios el técnico ideal de un presidente, sobre todo de uno que no quiera un entrenador que domine los titulares. Sin embargo, el otro tercio es la parte más crucial para los clubes de elite. Es donde la diferencia que existe entre los entrenadores de clase mundial y los que se encuentran un escalón más abajo parece ser un golfo abierto.

Se vuelve más evidente en los partidos contra los equipos más prestigiosos, y Pellegrini tiene un punto de 15 contra el resto del Top 4 de la Premier League esta campaña. Ha logrado triunfos tácticos en la Liga de Campeones, contra el Bayern Munich, la Roma y el Sevilla, pero estos han sido superados en número por los fracasos. Desde hace tiempo que el Chelsea tiene la sensación de que Mourinho podría superar a Pellegrini en táctica y astucia. Esto quizás sea injusto, pero las victorias del chileno suelen atribuirse a sus jugadores. Rara vez se plantea la idea de que el chileno es un genio de la dirección. Muy pocas veces mostró un toque seguro cuando más importaba. Es por eso que sólo tiene dos trofeos para mostrar después de 13 temporadas en Europa.

En cambio, persisten las dudas sobre su criterio. Los fichajes más promocionados por Pellegrini --Álvaro Negredo, Jesús Navas, Martín Demichelis, Willy Caballero-- no han sido grandes éxitos. El portero ciertamente puede considerarse como un fracaso. Tanto en reclutamiento como en táctica, Pellegrini no ha ofrecido ese elemento extra que puede resultar decisivo en el nivel más alto. Los últimos 18 meses dan la impresión de que sus jugadores no siempre han estado lo suficientemente motivados.

Los próximos tres presentan un gran desafío para un DT cuyo legado y futuro están en juego. Dejar el City con un solo título de liga y el puntaje más bajo desde 2010 se vería como un fracaso, incluso si el Chelsea no tiene más para mostrar por los últimos tres años, y el Manchester United, menos. A diferencia de sus rivales caídos, el City se encuentra en vías de clasificar para la Champions de la próxima temporada. Sin embargo, las solicitudes de trabajo rara vez se presentan con sugerencias de que, aunque las cosas se deterioraron bajo la supervisión del candidato, el declive fue más pronunciado en otros lugares.

No obstante ello, en cierto sentido, esto podría ser parte del atractivo de Pellegrini. No sería la mejor opción, pero sí la menos peor entre las disponibles. Es un elogio que deja mucho que desear, pero el problema de Pellegrini es que los cumplidos que atrae tienden a ser calificados con salvedades. Es por eso que, si termina en Stamford Bridge, será el candidato de compromiso del Chelsea.

Richard Jolly es escritor de fútbol para ESPN, The Guardian, The National, The Observer, el Straits Times y el Sunday Express.