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Ni Grealish, ni Haaland ni Foden, Gündogan es el hombre clave de Manchester City

Pep Guardiola habrá imaginado un partido similar al que se dio el Selhurst Park, pero le dio las llaves de "la máquina" a los hombres equivocados y Manchester City tuvo que trabajar más de lo deseado para vencer al Crystal Palace.

El equipo de Patrick Vieira resultó mucho más duro y ordenado de lo esperado para los Citizens. Con un bloque defensivo muy compacto, casi impenetrable.

En su plan original, el entrenador catalán confíó en Jack Grealish y Phil Foden, por izquierda y derecha, respectivamente, para tratar de romper y llegar con profundidad. Pero no funcionó. City tuvo la pelota, pero no pudo generar peligro ni mucho menos sacar ventaja. Erling Haaland se aburrió, la tocó poco y nada en el primer tiempo.

No le llegaba por arriba al noruego y cuando salía a buscarla, recibía de espaldas y no conseguía quedar de cara al arco. ¿Cuándo pudo llegar mejor? Cuando buscó abrir el camino por el centro y para eso se asoció con Ilkay Gündogan.

El alemán tiene más sacrificio que Grealish y Foden y otra visión desde el centro para asociarse y elegir mejor. Esa primera corrida de Haaland junto a Gündogan, que lo dejó de cara al arco fue apenas un indicio.

La salida de Foden por Julián Álvarez a los casi 58 minutos también le sumó profundidad al equipo de Pep. Con el argentino en cancha, Manchester City empezó a buscar más por adentro, Grealish desapareció por un buen rato, y el ataque lo manejaron entre el alemán y campeón del mundo.

Probaron más desde afuera, se asociaron y movieron constantemente por todo el frente, hasta que Gündogan generó un penal casi inocente por parte del Palace. Lo ejecutó Haaland. Fue el desahogo del goleador y el click en el partido para el City.

A partir de allí, se hizo un partido más dinámico, con más espacios, aunque con menos tenencia para los de Pep. La victoria no peligró. Pero le costó casi 80 minutos abrir, cuando llave siempre estuvo ahí.