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Mauro Icardi deja el Inter y es la arriesgada apuesta del PSG

Mauro Icardi llegó finalmente a un acuerdo con el Inter de Milán para dejar la disciplina nerazzurra y recalar en calidad de cedido en el PSG durante una temporada. A partir de ahí, el argentino podría quedarse en el club parisino si los franceses hacen efectiva la cláusula de fichaje acordada por 70 millones de euros.

Parece mentira que tras el verano tan ajetreado que ha tenido el argentino, que parecía destinado finalmente a quedarse en el Inter a pesar de que su entrenador no contaba con él, acabe firmando por el PSG.

Durante todo el mercado se había hablado mucho de un posible traspaso a la Juventus, que llevaba años tras él, también del Napoli, que estaba buscando un delantero de garantías, y hasta del Real Madrid, el viejo sueño del argentino. Pero poco o nada se había oído sobre el interés del campeón francés que, acuciado por el desbalance económico al que se ve sometido ante las reglas del Fair Play de la FIFA, no podía realizar ningún gran fichaje si antes no soltaba lastre --entiéndase la tan cacareada venta de Neymar como eso mismo.

Al final, una cesión con opción de compra ha sido la fórmula que ha encontrado el PSG para hacerse con el fichaje del excapitán del Inter, lo cual ha dejado en mala situación a la Juventus. Es el único de los tres grandes de Italia que no ha hecho ningún gran fichaje en ataque.

Tanto el Napoli, que ha invertido en Hirving Lozano --y ha sumado la llegada del finalista europeo Fernando Llorente--, como el propio Inter, que consiguió el ansiado fichaje de Romelu Lukaku, han dado un golpe sobre la mesa.

La Juve por su parte, se ha tenido que contentar con la vuelta de Gonzalo Higuaín, que ya fue titular en la segunda jornada de la Serie A y con mantener en el equipo a Mandzukic y Dybala --a quien sí se esperaba en París si salía finalmente Neymar, por cierto--, junto al omnipresente Cristiano Ronaldo. A última hora, la llegada de Han Kwan Son cedido desde el Cagliari, en principio para el conjunto primavera, puede suponer una buena opción al lugar que ocupó el año pasado Moise Kean, pero poco más.

Por su parte, Icardi tendrá ahora que lidiar con el complicado vestuario del PSG.

En un lugar que se presume como una jaula de grillos, donde las relaciones entre Neymar y Cavani, por nombrar sólo alguna, ya han explotado en el pasado, la llegada de Mauro Icardi puede caer como una verdadera bomba.

Antonio Conte decidió no contar con el argentino tras su llegada al Inter de Milán para no tener que lidiar con los problemas que se desataron el invierno pasado y que acabaron de descarrilar al equipo interista en el campeonato doméstico. Luciano Spalletti no supo paliar la crisis abierta que se creó por culpa de los dimes y diretes de Icardi --por entonces capitán del equipo-- y su entorno, y aquello desembocó en una sanción al delantero, a quien se le despojó del brazalete y se le apartó del equipo durante un mes.

Con esas credenciales, poner un pie en el vestuario de un club de por si volátil y con conocidas personalidades y egos más que complicadas, se antoja como un acto poco menos que suicida por parte de la directiva parisina.

Sin embargo, nadie puede negar el potencial ofensivo que ha logrado acumular el PSG. Pensar que Cavani, Neymar, Mbappé, Icardi, Draxler, Di María y el español Sarabia pueden ser las opciones ofensivas de Thomas Tuchel cada semana para armar su equipo hará soñar a más un aficionado parisino. Pero para que todo funcione los jugadores tendrán que entender que los minutos se van a tener que repartir entre todos, lo que sin dudas creará fricción entre ellos.

En esa situación, será interesante ver cómo se desenvuelve una personalidad como la de Icardi, que junto a su esposa y agente Wanda Nara, están acostumbrados a hablar más de la cuenta y no siempre ha crear el mejor ambiente, que digamos.