En las manos de Juan Fossaroli cayó providencialmente una gorra que lanzó Ayrton Senna desde el podio y ahí empezó una historia inverosímil
Una vez, Juan Fossaroli tuvo una gorra del mismísimo Ayrton Senna, se convirtió en su posesión más apreciada, la atesoró. Una historia difícil de creer de principio a fin.
Juan Fossaroli es el reportero de pitlane de ESPN y ha cubierto más de 400 Grandes Premios de Fórmula 1 desde 1991, siempre enfocado en el mercado latinoamericano y argentino, particularmente.
Es un personaje muy conocido en el paddock, pero pocos se imaginan que detrás de ese rubio de cabello a la Guillermo Vilas tiene una anécdota que lo liga directamente con Ayrton Senna y a la gorra portada el ídolo en el podio, cuando ganó el Gran Premio de Brasil de 1993.
“Fue el 28 de marzo de 1993 para ser preciso. Gran Premio de Brasil, un gran premio que gana Senna por segunda oportunidad y la última, porque lamentablemente después en San Marino fallece en el accidente.
“En el Gran Premio de 1993 fue pura fiesta. En el podio, le entrega el trofeo y lo abraza a Senna, Juan Manuel Fangio, (tiene puesta) una gorra, y hay muchísimas fotos famosas que Senna se tira champagne y se baña, esa gorra es la que abrazó Juan Manuel Fangio.
“Entonces terminan los festejos, Senna muy contento, esta vez sin problemas físicos como en 1991, y agarra con su mano derecha la gorra bañada y en el costado decía Brasil 1993.
“Agarra la gorra, la tira, yo estaba viendo el festejo donde está la torre de fotógrafos, esa torre grande que hay en Brasil (Sao Paulo), sin hacer nada. Senna la tira y la gorra va a la altura del podio, directamente a mi mano. Es algo que lo cuento y cada que lo cuento me da una emoción porque yo digo no hice esfuerzo. No es que me tiré como un loco. Puse la mano y la tomé, lo juro por mis hijos”, narra emocionado Juan Fossaroli en una charla con ESPN.
Esa gorra con la leyenda “Goodyear” en dorado en el frente hizo un recorrido tipo “freesbee” de unos 35 metros desde el podio y la mano de Ayrton Senna a la mano de Juan Fossaroli.
Juan Fossaroli cuenta todo lo que sucedió con el objeto, después de conseguirlo en 1993.
¿Cuántas probabilidades hay de que caiga en tus manos en medio de una multitud la gorra con la que un piloto ganador de F1 festejó en el podio? ¿Cuántas probabilidades hay de que el piloto que lanzó la gorra hubiera sido Ayrton Senna?
Todo lo que rodea a Ayrton Senna tiene un halo de magia, todo que le perteneció pasó a ser una reliquia. El sueño de todo aficionado es poseer un souvenir firmado por el fallecido tricampeón brasileño puede ser algo que llegue a tu vida de la manera más inesperada y providencial. Eso le pasó a Juan.
“Cuando ven que agarro la gorra, me empezaron a gritar todos los fanáticos, pero yo me la meto debajo de un chaleco.
“Me acuerdo en ese momento estaba en la cabina Fernando (Tornello, narrador de la F1 desde hace más de 4 décadas) y yo estaba muy feliz. Le digo a Fernando, ‘Tengo la gorra’. Y Fernando dice ‘¡Dámela!’, porque también le gustaba Senna como a todos nosotros, pero yo la guardé.
“Tiempo después, Senna pasa por Buenos Aires, hay una conferencia prensa y voy con mi gorra. Senna sabe que la tengo, voy a ver si me la firma. Llego a la conferencia y le comento: ‘Ayrton, tengo la gorra de Brasil ¿me la puedes firmar? Senna agarra un maletín que tenía, lo abre, pone la gorra adentro y lo cierra. Me dice ‘Es mía esa gorra’ y yo me quedé helado. Te juro, me quedé helado, pero era una broma. A él le gustaba hacer muchas bromas. Me la devuelve y yo le pido si me la puede firmar, pero no tenía un plumón, pero él saca uno color dorado y escribe Ayrton Senna 93. Me da la gorra y yo feliz. Bueno, lamentablemente al año siguiente fallece ”, prosigue Fossaroli con la narración.
Como relató Juan, no mucho tiempo después Ayrton Senna murió a las 2:17 de la tarde del 1 de mayo de 1994 en el circuito Dino y Enzo Ferrari de Imola, aquel infausto Gran Premio de San Marino donde también perdió la vida un día antes el austriaco Roland Ratzenberger.
Así que esa gorra se volvió más valiosa para él y personas que sabían de ella le ofrecían literalmente decenas de miles de dólares por ella, pero imposible desprenderse de ella por dinero.
“En un momento me habían ofrecido 25 mil euros por la gorra”, explica.
Un día 16 años después de que había caído en sus manos, Juan Fossaroli tuvo una pesadilla y cuando despertó se dio cuenta que no había sido un sueño, su gorra había desaparecido.
“En el 2009 me mudo (de casa), yo la tenía en un estante y siempre le quise hacer como una vitrina de vidrio. Pero como viajaba a todas las carreras era difícil, no es que la dejé tirada, estaba en un estante.
“Me mudo, pero no quiero agarrar la gorra de entrada porque después no sabe dónde la ponen y la iba a tomar hasta el último momento. Y bueno, la mudanza, el cansancio, todo me hizo olvidar la gorra en ese estante y al otro día, cuando dejamos todo vacío, la gorra permaneció ahí y mandamos una persona limpiar para entregar la casa y yo totalmente inconsciente, no me acordaba, estaba durmiendo.
“Yo pensé que fueron dos días después, se nota que soñé con la gorra o pensé la gorra donde está me levanté a la media noche y la busque por toda la casa, por toda la casa, por cajas, y no la encontré. Llamamos a la señora que limpió y dijo ‘vi esa gorra arrumbada y la boté a la basura’”, así como quien cuenta una tragedia, Juan Fossaroli vuelve a vivir ese oscuro momento.
“Estaba furioso porque, en parte tuvo culpa (la señora de la limpieza), porque nadie tira algo que no es de uno.
“Le creí obviamente, porque no va a saber la señora que era de Senna, firmada. Mucha gente me ha dicho que es cómo vas a dejar ese trofeo, pero, al contrario, fue como decir bueno, lo dejo para lo último.
“La tuve 16 años y, para no tener esa depresión que me sigue dando cada que hablo de la gorra, pienso que como llegó así del cielo, se fue de una manera también así un poco mística.
“Tal vez terminó en un camión de basura, en un parque quemada, pero ojalá que haya alguien le hubiera usado y sin saber que era de Senna y toda esta historia y la haya disfrutado por lo menos.
“Era una propiedad muy importante y más con todo lo que sucedió posteriormente porque Senna no pudo ganar en Brasil nunca más por el accidente se convirtió en leyenda. No lo sabíamos en ese momento. Así que me tocó tener una parte de su historia en mis manos”.
Así que la próxima vez que veas a Juan Fossaroli trabajar en un Gran Premio, recuerda que ese pobre hombre fue dueño de la gorra con que Senna abrazó a Fangio en el GP de Brasil 1993 y la perdió.