El defensa de Tigres, Carlos Salcedo, mandó un mensaje a su compañero de selección Edson Álvarez luego de que su equipo había sido derrotado 3-0 por el América el sábado en el Estadio Azteca.
Salcedo alegó que Álvarez se burló y le había sacado la lengua al portero de Tigres Nahuel Guzmán, uno de los personajes más coloridos de la Liga Bancomer, en el silbatazo final.
"Hace ocho meses lloraba y todos lo consolamos cuando metió el autogol contra Suecia (en la Copa del Mundo) y ahora se viene a burlar (de Tigres)", dijo Salcedo a los reporteros en el estadio.
Salcedo también sugirió que Álvarez debería recordar esos días oscuros en Rusia e indicó que le dirá eso en persona cuando se vean.
¿Tuvo razón Salcedo al hacer un problema de algo, de lo que de otra manera no se habría hablado? Es fácil conceder que Salcedo tuvo derecho de decir las cosas, pero quizá hubiera sido mejor hacerlo en privado. Aunque, si en realidad Álvarez, de 21 años, se burló de Tigres, sabemos que no se trata de una conducta adecuada.
El dúo seguramente arreglará las cosas. La fricción es parte del fútbol y el ex defensor de la Fiorentina, Salcedo, todavía estaba atrapado en la descarga emocional después un partido de pesadilla para los Tigres. Salcedo, 25, y Álvarez son partes integrales del proceso de Qatar 2022 para El Tri.
Ambos poseen la mentalidad y el impulso de acero que México requiere para respaldar la creatividad de Diego Lainez, Hirving Lozano et al. Seguramente verán más allá de una disputa de la temporada regular y dejarán esto atrás.
Pero más allá de los titulares inmediatos, el incidente también puso en perspectiva, una vez más, cómo Álvarez ha utilizado esa devastación del Mundial para reinventarse y restablecerse. Álvarez fue una presencia asegurada contra Tigres, como ha estado toda la temporada y en la liguilla del Apertura 2018, que culminó con el joven anotando dos veces en el partido de vuelta de la final contra Cruz Azul para darle a América el título.
Antes de 2019, Álvarez no era un titular garantizado en el América, pero ahora no hay manera de desalojarlo del equipo. Pero, quizás lo más importante es que parece que Álvarez ha encontrado su posición ideal. El nativo de Tlalnepantla, Estado de México, ha declarado que prefiere jugar como central y jugó allí con Ricardo La Volpe, pero con Juan Carlos Osorio fue empleado como lateral derecho en la selección antes y durante la Copa Mundial.
Es un jugador plurifuncional y siempre lo será, pero es en el mediocampo donde Álvarez ha florecido últimamente y parece ser su posición a largo plazo. Miguel Herrera parece haber adaptado su sistema para que se ajuste a Álvarez allí junto al argentino Guido Rodríguez, posiblemente el mejor jugador de la Liga MX, quitando a un delantero del 4-4-2 que prefería la temporada pasada para permitir que Mateus Uribe tenga un papel más libre en frente de los dos centrocampistas centrales en un 4-2-3-1.
Jugando principalmente en el lado derecho de un doble pivote en el medio campo, Álvarez tiene un porcentaje de pases acertados de 82.2 por ciento, es el noveno lugar en entradas realizadas en la Liga MX esta temporada y su poderoso físico y resistencia para subir y bajar, le da un elemento de dinamismo al papel. También le permite un poco más de libertad que jugando como central y a Álvarez se le ha dado licencia para empujar hacia adelante y cazar el balón cuando el equipo no está en posesión. Con la pelota, Álvarez ha crecido.
La protección que Álvarez y Rodríguez le dan a la defensa del América, tanto aéreo como en el piso, hace que el equipo de Las Águilas sea difícil de derrumbar, como lo ilustró perfectamente el sábado, ya que Tigres intentó penetrar la defensa del América sin mucho éxito. El equipo visitante tenía el 63 por ciento de la posesión en el Azteca, pero solo logró la mitad de los tiros al gol que América.
El director técnico de México, Gerardo "Tata" Martino eligió a Álvarez como el joven jugador mexicano más preparado para mudarse a Europa y durante el receso internacional, no fue casualidad que él fuera el único jugador de El Tri en iniciar ambos juegos. Y lo hizo como contención detrás de dos interiores. Martino, como insinuó, quiere desarrollar y entrenar la opción de cambiar entre un 4-3-3 y 3-4-3 y en la base. Álvarez tendrá un papel absolutamente crucial en la posibilidad de retroceder para jugar en defensa y cambiar el sistema.
Si Álvarez puede adaptarse para desempeñar ese papel de pivote sin un jugador como Rodríguez a su lado, en el largo plazo sería el jugador clave en el proceso de Martino.