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Pumas bateó a Luis Miguel Salvador, pero el tráfico lo rescató

El inicio de Luis Miguel Salvador como futbolista fue complicado, probó suerte con los Pumas de la UNAM, equipo que en corto tiempo le dio las gracias, por lo que determinó incursionar con los Potros de Hierro del Atlante, sin imaginarse que a días de haber llegado, el tráfico en la Ciudad de México sería la catapulta para una carrera en el profesionalismo.

Salvador inició su actividad en este deporte desde pequeño y formaba parte de un equipo llamado Cristóbal Colón, paulatinamente trató de escalar peldaños, en busca de encaminarse a la Primera División del futbol mexicano.

"Primero jugaba en la selección del Colegio Cristóbal Colón, luego en la del Club España, ambos en la Ciudad de México, y para 1986 me fui a probar con los Pumas de la UNAM. Me consiguió una prueba el señor Gambino Lombana, quien era directivo del club España y era muy cercano a la Universidad, a los Pumas", explicó el ahora directivo de Venados.

"Estuve en Pumas alrededor de un mes y, curioso, me dijeron que no tenía posibilidad porque le pegaba más o menos con la pierna izquierda y mal con la derecha, cuando soy totalmente derecho, lo sentí como una manera muy elegante de decirme que no tenía lugar", indicó.

Luis Miguel Salvador dijo que ese pasaje resultó decepcionante para él porque tenía el deseo de ser jugador profesional, pero a pesar del apoyo de Lombana simplemente la explicación fue desilusionante.

Sin embargo, ese hecho no le hizo bajar los brazos en busca de cumplir su sueño y para 1987 le dieron la oportunidad de incursionar con los Potros de Hierro del Atlante, por lo cual acudió al Velódromo de la Cuidad de México, donde observaban a los aspirantes del plantel.

"Las pruebas se hacían a las ocho de la mañana porque a las 10:00 empezaba la Reserva Profesional, en ese tiempo el entrenador era Víctor Manuel Vucetich, entonces primero entrenábamos nosotros", expresó.

Luis Miguel Salvador tenía el compromiso de estar puntual en las prácticas para ser analizado por el entrenador, pero jamás se imaginó que un retrasó por el tráfico de la Ciudad de México le abriría las puertas para enfilarse al futbol profesional.

"Llegué el primer día, el segundo, el tercer día, pero para el cuarto, por cuestiones de tráfico de la ciudad, no llegué a las ocho al entrenamiento del equipo de prueba, apenado lógicamente me acerco con el profe Vucetich a ofrecerle una disculpa y para explicarle lo que había pasado.

"Imagínate, estaba a prueba y no llego, era una situación difícil, pero Vucetich me dijo no te preocupes, entrena hoy con la Reserva Profesional y desde ahí me quedé con ese equipo, por el retraso me quedé y ahí empieza el proceso", añadió.

Salvador recordó que no tuvo debut con la Reserva Profesional, ya que jugó con el Cuautla de la Segunda División, equipo que estaba a punto de descender, y lo incluyeron en los jugadores con los que la directiva trataba de salvar al conjunto, pero fracasaron en el intento.

Para 1988, el directivo José Antonio García adquirió a los Potros Neza, jugaron en la Liga de Ascenso, se coronaron y siguió su camino hasta debutar en Primera División con el Atlante en 1989, en un encuentro ante Monterrey disputado en el estadio Tecnológico.

"Ese año jugué muy poco y Atlante desciende, Toño García reúne al grupo que habíamos jugado en Toros Neza, pero ahora con la misión de ascender al Atlante y otra vez nos vamos a Liga de Ascenso, ese mismo año ascendemos al jugar la final contra Pachuca y desde ahí el presidente dijo que éramos la base del equipo y llegan jugadores de complemento, por lo que así empieza mi carrera en la Primera División", agregó.

El ex delantero jugó en el máximo circuito con Atlante, Monterrey, Celaya y después regresó al Atlante para decir adiós al futbol y en su palmarés está el campeonato conseguido con los Potros de Hierro en la temporada 1992-1993.

Su desempeño le permitió llegar a la Selección Mexicana, con la cual se coronó en la Copa Oro en 1993, participó en la Copa del Mundo Estados Unidos 1994 y en la Copa América Uruguay 1995, en la cual llegaron hasta los cuartos de final.

De esa manera, Luis Miguel Salvador se abrió camino en el futbol profesional, sin imaginarse que por un retardo de tráfico el estratega Víctor Manuel Vucetich le daría oportunidad de jugar con el Atlante.