Las altas y bajas de Pumas durante la gestión de Jesús Ramírez fueron gestando su salida del cuadro universitario
Jesús Ramírez dejó de ser el director deportivo de Pumas este miércoles. A través de un comunicado, el club anunció su salida luego que el directivo presentara su renuncia irrevocable debido a los malos resultados del equipo.
Sin embargo, fueron varios los movimientos claves que llevaron al fracaso deportivo que encabeza Andrés Lillini y que hasta el fin de semana pasado, durante la jornada 6 de la Liga MX, los auriazules ganaron su primer partido en el certamen.
Pese a todo, los tres puntos apenas maquillaron la planeación de la plantilla para este torneo y es que la partida de Jesús Ramírez obedeció a movimientos claves como el desmantelamiento gradual del equipo tras alcanzar las semifinales en el primer torneo con Lillini al frente.
La primera debacle fue la salida de Carlos González en el mercado de transferencias invernal. El ariete se fue a Tigres por poco más de 5 millones de dólares y eso sirvió para pagar las deudas que el club tiene, pero dejó un vacío en la producción ofensiva.
Para el Guard1anes 2021, ya sin González, Pumas fue la peor ofensiva del torneo con apenas 10 goles producidos. Desde entonces, la afición pidió una respuesta a la nula producción ofensiva.
Luego, para este Apertura 2021, se fueron Juan Pablo Vigón, también a Tigres, y Johan Vásquez, quien emigró a Italia para unirse con el Genoa. La salida de Vigón fue un golpe, ya que era el capitán y quien comandaba el vestuario, además de ser uno de los ejemplos más importantes para los canteranos.
En tanto, Johan partió a Europa a cumplir su sueño europeo, pero dejó un hueco difícil de reemplazar en la defensa central, ya que se quedó solo Nicolás Freire y tuvieron que echar mano de la cantera y apresurar procesos de jóvenes que aún les faltaba algún rasgo para enfrentar los retos de la primera división.
Luego estuvieron los refuerzos que trajo. El primero fue Gabriel Torres, quien llegó para suplir la baja de González, pero en 18 juegos y 1,024 minutos, solo suma un gol, lo que lo tiene relegado a la banca y con las críticas constantes.
Además, trajo a José Rogeiro e Higor Meritao de la cuarta división brasileña a un precio muy bajo; sin embargo, la afición consideró que un equipo de la importancia de Pumas no merece refuerzos de tan poco perfil.
Washington Corozo y Christian Battocchio también se sumaron al club, pero debido a su poco aporte, los resultados fueron nulos. Incluso, lesiones y bajas por enfermedad también hicieron que Andrés Lillini modificara su once en múltiples ocasiones.
Todo culminó el domingo pasado cuando la afición protestó en el Estadio Olímpico Universitario y pidió resultados, además de la salida de la directiva, a quien acusó de no hacer nada bueno por el club.
Estos fueron los motivos principales que llevaron al fracaso deportivo del proyecto de Jesús Ramírez, quien este miércoles dejó Pumas como presidente deportivo.