River creyó que se podía. Pero enfrente estaba un Barcelona letal que en Yokohama hizo uso de sus virtudes y lo goleó, en aquel recordado partido del Mundial de Clubes de 2015 en el que los culés se impusieron por 3-0 con un gol de Lionel Messi y un doblete de Luis Suárez.
El resultado cuenta apenas una parte de ese partido. El Millonario venía de vencer al Sanfrecce Hiroshima por 1-0 (gol de Alario) y el Barca al Guangzhou Evergrande chino por 3-0, con un detalle no menor: Messi no había jugado por una molestia.
El equipo de Luis Enrique era poseedor de la gran MSN (Messi, Suárez, Neymar), pero la posible baja del astro argentino incrementaba las chances de River.
Sin embargo, Messi llegó en óptimas condiciones y fue titular. River, lejos de achicarse, le planteó un partido de igual a igual al mejor equipo de Europa presionándolo arriba, mientras Barovero sostenía el resultado con sus atajadas. ¿La más recordada? Una tijera a Messi a los 12', muy peligrosa abajo, que logró desviar con grandes reflejos. Y además de evitar el gol, le cumplió el sueño al hijo, quien con apenas 10 años le había pedido que le tapara un remate al 10.
Pero la pregunta de cuánto podía aguantar aquel equipo desde lo físico contra un rival de élite se contestó antes del primer tiempo. A los 40' se rompió el hechizo cuando Neymar le bajó una pelota a Messi, que muchos protestaban que la acomodó con la mano y entre Balanta y Maidana hizo una especie de tijera para pegarle con el interior del pie y vencer a Trapito. 1-0 y un festejo atípico para un Messi que le hizo un gesto de perdón a los hinchas, levantando su brazo izquierdo.
"Mucha gente de River viajó e hizo un sacrificio por ese viaje. Todos tenían una ilusión muy grande y a mí como argentino me tocó sacarles esa ilusión con el primer gol. Por eso, sentí algo raro y me salió pedir disculpas”, dijo tras el encuentro.
Estaba en lo cierto: el gol rompió el partido. En el segundo tiempo aparecería Suárez en el inicio del complemento (49') para darle un mazazo al Millonario y a los 68' cerraría la goleada.
“Perdimos ante un equipo fenomenal”, dijo Gallardo tras el partido. "No pudimos sostener el partido que queríamos hacer… Hay que reconocer cuando un equipo es superior. Jugamos contra un gran equipo que tiene jugadores que hacen la diferencia”, analizó.
"El triunfo es especial pero no porque hayamos jugado contra un equipo argentino, sino porque demostramos que somos los mejores del mundo", expresó en contrapartida Messi.
El gesto de Messi que Barovero nunca olvidará
Inmediatamente después de atajarle el remate a los 12 minutos, el arquero se acercó a la 'Pulga' y le dijo: "Cumplí el sueño de mí hijo". Pero jamás pensó que lo iba a escuchar.
Sin embargo, cuando terminó el partido lo estaba esperando en la puerta del vestuario del Barcelona.
Barovero no tuvo la suerte de tener la camiseta de Messi, porque ya estaba apalabrada para alguien más. Pero sí con Claudio Bravo, y ahí entro en acción el rosarino. "Agarró mi camiseta, ingresó al vestuario y cuando volvió, vino con la de Bravo y en la otra mano tenía sus botines y me dijo: ‘Son para tu hijo’. Es un recuerdo maravilloso”, reveló.
Gallardo, en retrospectiva: "Nos enfrentamos al mejor equipo de los últimos 20 años
El Muñeco recordó aquel partido en la previa del Mundial de Clubes del 2025 y se refirió al encuentro frente al Barcelona.
Para mí nos enfrentamos al mejor equipo de los últimos 20 años. Tenía todo. Sabías que te ganaban desde ya por la posesión, la calidad técnica, el desequilibrio individual. Y ante eso, ¿qué hacés? Salís a disputarlo, y ahí podés ser inferior. Lo de Estudiantes en 2009 fue otra cultura, otra historia. Nosotros podíamos permitirnos jugarle así porque somos River, no lo podemos perder de vista. Tenemos que pensar a lo grande. No por eso agarrar y cambiar todo.
Algunos hinchas de River no perdonaron a Messi
Una vez culminado el torneo, el 10 fue abordado por seguidores del Millonario en el aeropuerto que lo insultaron y hasta lo escupieron. Debieron interceder Mascherano y Luis Enrique para calmar las aguas.
“Siempre hay un tonto”, declaró Rodolfo D'Onofrio, entonces presidente de River, en alusión a los incidentes. Y reveló que el crack le confesó que estuvo "a punto de jugar en River", haciendo referencia a las pruebas que la Pulga hizo antes de emigrar a España.
