El aficionado mexicano revela que ha sido un proceso de cuatro años, con mucho trabajo personal y mucho crecimiento
DOHA -- Gilberto Martínez dice “es como el fin del maratón”, cuatro años después de que su historia se esparciera por el mundo, de retuit en retuit, al ir a la Copa del Mundo de Rusia del 2018 en honor a su familia, que falleció en un accidente. En Qatar 2022, vivió la vibrante final entre Argentina y Francia, que terminó con el título para Lionel Messi y la Albiceleste.
“Lo hablaba con mi novia, es como el fin del maratón, que inició hace cuatro años, hoy acaba. Ha sido un proceso de cuatro años, con mucho trabajo personal. Con mucho crecimiento y hoy estoy contento, feliz, pleno, todo está bien en mi vida. La sanación real empezó en el Mundial pasado”, comenta Gilberto Martínez, en entrevista con ESPN.
En 2018, Gilberto contó que un día de abril le avisaron que, en Estados Unidos, el automóvil en el que viajaba su esposa Verónica y sus dos hijos, Diego y Mía, se había involucrado en un accidente. Ninguno sobrevivió al percance.
“Todo, han sido cuatro años largos, de mucha experiencia, de mucho aprender, de mucho entender, con momentos muy buenos, no te puedo decir un momento específico, fue un maratón largo, de cuatro años, con mucha terapia, para poder llegar a la felicidad plena”, narra Gilberto Martínez, en Doha, Qatar.
Cuatro años más tarde, la vida de Gilberto Martínez cambió. Él también se dedica a cambiar vidas. Tiene una fundación que se formó en honor a su familia, en la que ayuda a 110 niños y frecuentemente es buscado por la gente, para recibir un consejo de cómo superar el duelo.
“La verdad no te lo puedo decir, desde el minuto uno juré que eran hilos que se manejaban de arriba. Sirvió para arrancar una fundación, mucha gente se me acercó para hablar de un proceso de muerte, gente que no me conocía, que me buscaba para tener ayuda, que les dijera mi experiencia, que les dijera qué había hecho para superar una tragedia como la que viví. Todo lo mueven de arriba”.
En Qatar 2022, Gilberto no tenía planeado venir a la Copa del Mundo. De un momento a otro, tuvo la idea de estar en la final entre Argentina y Francia, y cerrar ese ciclo que inició hace cuatro años.
“No sé si es una resurrección, no tengo una palabra definida, ha sido un proceso largo, muy complicado, es como seguir honrando, es como el final del maratón, la historia se hace viral, explota y comienzo a platicar, asimilar cada vez más y pasaron cosas increíbles para muchas personas”.
Viene acompañado de su novia, y le manda saludos a Rex y Ro, además que en la espalda, en una playera, sigue rindiendo tributo a los suyos: Veronica, Diego y Mía.
“¿Te acuerdas de la camisa del Mundial pasado?, decía ‘Diego, Vero, Mía, siempre conmigo', ahora traigo otra con mi novia que dice “Diego, Vero, Mía, siempre con nosotros’”.
