La selección uruguaya ganó los dos partidos jugados en eliminatorias y pasó a depender de sí mismo, de tal forma que si Chile no gana en Brasil y la celeste derrota a Perú, sellará el 24 de marzo su pasaporte rumbo a Qatar.
¿Qué fue lo que cambió para pasar de la noche a la mañana? Indudablemente ha existido un revulsivo de Diego Alonso en el Complejo Celeste.
Nobleza obliga, soy de los que opinaba que no se cambiara al maestro hasta el final de las Eliminatorias y eventualmente, del mundial. Soy de los que creía y creo que eran y son los jugadores lo que debían cambiar esto con una actitud diferente más allá de lo futbolístico. Y vaya que cambiaron.
Los únicos nombres nuevos en el equipo titular respecto del que utilizaba Tabárez, fueron Facundo Pellistri y Mathías Olivera, enormes aciertos del entrenador, y Sergio Rochet ante la lesión de Muslera.
No se le puede quitar mérito al "Tornado" que junto con Darío Rodríguez y el profe Ortega son, claramente, enormes motivadores. Pero los jugadores sabían que estaban en deuda con la gente y hasta con el cuerpo técnico que tuvieron durante 15 años.
Es muy fácil ahora pegarle a todo lo anterior. No reconocer lo que se consiguió y no hablo solamente de la Copa América. Saben que prácticamente todos fueron parte del proceso de selecciones juveniles. Pero eso es otra cosa.
Lo importante es que reaccionaron. Que supieron revertir las cosas.
Todos dijeron que Alonso modificó indudablemente la estrategia. Se vio un Uruguay ejerciendo presión alta desde el primer minuto, sabedor que lo único que servía era ganar. Habló mucho con cada uno de ellos, reconocido por los propios futbolistas y les hizo entender, aunque los futbolistas lo sabían, que ir al mundial, dependía y depende, pura y expresamente de ellos.
Se vio un Uruguay con hambre de cambiar la pisada. Desde el comienzo se notó un equipo celeste que salió a buscar los partidos y lo hizo en gran forma y con rendimientos notables.
Uruguay quedó cuarto y en posición de clasificación directa. Se ha mejorado en la cancha y también en espíritu. Siento que volvió aquel grupo que nos dio tantas alegrías.
Sin dudas Alonso y su cuerpo técnico cayeron muy bien y le entraron con el pie derecho al grupo y se notó en la cancha. Hubo un sacudón y rendimientos individuales y colectivos mayúsculos, incluso en aquellos jugadores que llamó la atención su convocatoria y su titularidad.
La tenía muy clara el entrenador y Uruguay fue, sobre todo contra Venezuela un "tornado" que bien pudo obtener un resultado aún mayor y los jugadores recobraron la memoria.