Y la siguiente pregunta es; ¿qué tan representados nos sentimos con un equipo lleno de naturalizados? Esa nación, con sus defectos, virtudes, vicios, desventajas y carencias.
En la discusión de, si está bien o no utilizar naturalizados en las secciones nacionales, difícilmente hay una respuesta correcta.
En un mundo globalizado y con migración por todas partes, cada vez es y será mas difícil establecer estos límites de quién si y quién no. ¿Hasta que edad de registro se considera mexicano o de cualquier otro país a un jugador? ¿A partir de que edad lo formé yo o lo formaste tú?
Creo que al final lo que hay que preguntarse es: ¿cuál es el objetivo primario de una competencia internacional? ¿No es acaso que la gente de un país se sienta representada por sus selecciones? ¿No es algo así como mandar a lo que nosotros somos capaces de producir contra los de los demás? ¿Nuestros soldados contra los suyos?
Y la siguiente pregunta es; ¿qué tan representados nos sentimos con un equipo lleno de naturalizados jugando por la nación en la que nosotros nacimos y crecimos? Esa nación, con sus defectos, virtudes, vicios, desventajas y carencias.
¿No lo que al final anhelamos en países no tan favorecidos como el nuestros es que alguien que haya nacido, crecido comido, aprendido, que conozca nuestro argot, nuestro caló, nuestros vicios ,nuestra corrupción , todo lo que conforma nuestra cultura, sea quien vaya y compita y alguna día pudiera derrotar a los poderosos? ¿No es que queremos sentir que los nuestros, los que entienden como nosotros y sienten como nosotros, sean los que ganen o pierdan pero representando lo que en realidad somos y para lo que nos alcanza?
Es por demás decir que en casi todos los casos hay una buena parte de oportunismo. Explotan la grieta del sistema, entre quienes reclutan y quienes aprovechan la oportunidad de jugar para otro país que no sea el de su nacimiento porque ahí no tuvieron la calidad para hacerlo.
Porque no hay mexicanos que se naturalicen argentinos para buscar jugar en la selección de fútbol, ni brasileños que lo hagan para querer jugar basketball por EU. El flujo de la naturalización en el deporte siempre corre a conveniencia .
Bajo el lema de yo me siento mexicano o la envalentonada frase de los mexicanos nacen donde nos da la gana, torpemente mucho se justifica.
¿De qué sirven los naturalizados si no reflejan la capacidad de un país de generar talento? No es otra coas que maquillar las carencias de formar a nuestros soldados. Porque las competencias deportivas son batallas civilizadas y al final los percibimos como nuestros ejércitos . Soldados que estuvieron a nuestro lado y hoy salen a dar la cara por los que aquí vivimos.
¿Y si un día fuéramos campeones del mundo con un equipo lleno de naturalizados?¿Se celebraría igual? En la falsedad y pose de la agenda moderna, lo políticamente correcto es decir que sí pero sabemos que en el fondo de nuestro corazón, con ese con el que no tenemos que quedar bien, la realidad es que no.
