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Franco Romero, libre desde el fútbol griego, busca equipo y no cierra ninguna puerta

El defensa Franco Romero se encuentra en Uruguay tras rescindir su contrato con el Volos de Grecia y busca definir dónde continuará su carrera. En entrevista con el programa “Peloteando Deportivo” (Radio Universal), el futbolista dijo que su representante ha tenido algunos sondeos y que no cierra puertas a quedarse en el país, aunque su deseo es seguir en el exterior.

Romero, de 27 años, fue parte del plantel de Liverpool campeón de la Supercopa Uruguaya de 2020. En la última temporada, jugó 28 partidos con el Volos de Grecia entre todas las competencias y su equipo terminó en la décima posición de 14 equipos.

“Estoy en Uruguay, estoy libre, hace un mes y unos días que llegué a un acuerdo para rescindir en Volos. Estoy a la espera de escuchar ofertas que haya. A mi empresario le ha llegado alguna posibilidad y sé que mi nombre está en la mesa de algunos clubes. Estoy tratando de no pensar tanto en esto, le pedí a mi representante que cuando haya algo concreto me avise y mientras sigo entrenando”, planteó el jugador.

Romero dijo que su salida del club griego se debió a que el presidente quiso reducir el presupuesto, y entiende que también estaba buscando vender el equipo. “Llegamos a un acuerdo sin problemas, me fui bien del club”, agregó.

Su representante es Pablo Bentancur, y el jugador dijo que una de las chances para seguir en el exterior es en el fútbol suizo, pero aclaró que no se cierra a ninguna propuesta.

También recordó que algunos años atrás estuvo en carpeta para Nacional y Peñarol: “Estoy abierto a cualquier club, no tengo problema”, indicó.

Sobre su experiencia en Grecia, Romero contó que le tocó “un país soñado” para ser su primera salida al exterior. “Volos era un equipo bastante nuevo, en una ciudad muy tranquila, al estilo de Punta del Este con muchos edificios, playas y también montañas”, contó.

Si bien reconoció que “el griego es imposible de aprender”, estuvo bastante rodeado de hispanohablantes ya que tuvo de compañeros al uruguayo Jean Pierre Barrientos, a cinco argentinos, un colombiano y un cuerpo técnico español. “Del griego aprendí lo básico, para comunicarme en el día a día. Ellos se manejan mucho con el inglés. Llegó un momento en que me puse a estudiar inglés por un par de meses, al menos lo básico para usar dentro de la cancha”, explicó.

La fama de los uruguayos lo persiguió a Romero hasta Grecia, donde una de las primeras charlas con el entrenador, reveló la reputación de la garra charrúa. “Cuando llegué, el DT me dijo: ‘sos uruguayo, zaguero, alto, no quiero que te expulsen partido de por medio’. Le dije que no, que lo mío era más de salir jugando y que tenía alguna cosita”, contó entre risas.

Los que sí eran bien picante eran los hinchas griegos. “Cuando jugás contra los cinco clubes más grandes, te explotan el estadio a bengalas. Te da un poco de temor porque son bravos. Son diferentes a Uruguay, se cierran y no les importa nada”, explicó. Una anécdota narró cómo se vive el fútbol en tierras helenísticas: “Jugamos contra Aris de local. Nuestro estadio era para 35.000 personas y el presidente les dio 1.500 entradas nomas. Estábamos haciendo un partidazo y a los 15 minutos hubo invasión, se metieron unos 2.000 hinchas más de pesados. Vinieron de Salónica que es a dos horas de Volos. De los pocos hinchas que tiene Volos, alguno se llevó algún golpe. En la cancha suspendieron el partido, nos fuimos al vestuario por 45 minutos, acomodaron a estos hinchas que entraron y se siguió el partido”, narró Romero.