El chiquilín cargaba con la frustración de la eliminación de su equipo del campeonato departamental de selecciones. En la última fecha, el técnico movió piezas en el equipo para que jugaran los que habían tenido menos oportunidades. Andrés fue al banco.
Quiso el destino que aquel día fueran captadores de varios equipos a ver el partido. Al finalizar el juego, los ojeadores de Peñarol se arrimaron a algunos de los chicos de la Selección fernandina. Y al margen de que Andrés no jugó, el chiquilín habló con su padre y le pidió que lo llevara junto a sus compañeros a probarse en Peñarol.
Fue el inicio de la historia de Andrés Madruga con el club de sus amores. El zaguero, que recientemente debutó en Primera división, nació en Maldonado y como la mayoría de los niños jugó al baby fútbol en Defensor y Atlético Fernandino de su ciudad.
A los 14 años fue fichado en las formativas de Peñarol y se fue a vivir a la residencia del club en la Costa de Oro donde compartía la habitación con Nahuel Herrera.
Como todo chico del interior extrañaba a su gente. Pero resistió. Sus condiciones llamaron rápidamente la atención al punto de que recibió propuestas para emigrar a España y Estados Unidos, pero las rechazó.
“Cuando tuve la posibilidad de salir decidí quedarme en Peñarol con un propósito que era este, esto era lo que quería, jugar en el primer equipo. Sabía que si tenía una chance iba a intentar dar todo para no desaprovechar la oportunidad”, expresó en el programa Quiero Fútbol de Sport 890.
Y el día llegó. De la mano del técnico Diego Aguirre, Madruga debutó en Primera.
“El técnico no me había dicho nada de que podía jugar y el día antes del partido con Plaza, lo comunicó en una charla y debo admitir que me sentí un poco nervioso, la verdad. Era algo nuevo jugar con la gente y jugar donde siempre quise jugar. Son muchas emociones fuertes. Me acuerdo de mi abuelo el Vasco que me acompañaba a las canchas de baby y es un orgullo que me vea jugar en la primera de Peñarol”, expresó Madruga.
El chico de 19 años, tiene los pies sobre la tierra: “Yo entré por las lesiones de mis compañeros porque había buenos zagueros antes que yo y la verdad no me lo esperaba porque se tenían que alinear varias cosas para que pudiera jugar”, reconoció.
Madruga dijo que el técnico Diego Aguirre lo incentiva emocionalmente y le pide que deje todo dentro del campo de juego. El joven destacó la confianza que le genera jugar al lado del brasileño Leo Coelho y alabó la actitud de sus compañeros lesionados, Maxi Olivera y Yonatthan Rak, que le brindaron consejos antes de cumplir su sueño de debutar en Peñarol.