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Maximiliano Silvera, un goleador en pleno ascenso

Maximiliano Silvera, figura de Cerrito. @SportivoCerrito

Maximiliano Silvera, capitán y delantero de Cerrito, conversó con ESPN Uruguay y repasó detalladamente su carrera, donde con sus goles fue acompañando el regreso de su equipo a Primera, partiendo desde la vieja divisional ‘C’ y pasando por la Segunda categoría del fútbol uruguayo.

De niños, cualquiera podría soñar debutar en el Maracaná y convertir sus primeros goles en La Bombonera; podría ser una ilusión exagerada, pero en la infancia quién era alguien para decir que no es posible. Silvera cumplió, pero la trampa que fácilmente se percibe es real, existe y está en el fútbol de ascenso de Uruguay.

Es sábado 21 de marzo del 2015, fecha 18 del Campeonato de Segunda División, y Cerrito enfrenta a Villa Española en su Maracaná, el Parque Maracaná, a la hora 16:00. El local no realizaba un buen torneo, y salía a la cancha con Claudio Flores en el arco, Pablo Melo en la zaga y Mauro Aldave en ataque, entre otros. Cuando el partido estaba 2-3, el entrenador albiverde Ernesto Vignole, luego de darle ingreso al Chino Horacio Peralta, decidió hacer debutar a uno de los pibes con los que salió campeón juvenil dirigiendo a la Quinta División. El cambio ofensivo (atacante por volante Ferrale) no resultó, y Fernando Cañarte puso el 4 a 2 definitivo para la visita.

“Yo hice todo el baby fútbol en Estrella de Oro de Piedras Blancas, siempre de delantero, tuve un pasaje por el fútbol infantil de Peñarol, donde entrenábamos en Las Acacias; luego fui a Danubio, estuve un tiempo sin jugar y me sumé a la sub 16 de Cerrito, donde al año siguiente salimos campeones en Quinta con el mismo técnico que me hizo debutar en Primera”, narró y le confirmó Silvera a ESPN.

De Danubio se tuvo que ir porque no le pagaban los boletos del ómnibus; en Cerrito sí podían ayudarlo para que pudiera estar presente en los entrenamientos, pero el presente del club no era el mejor a nivel deportivo. Apenas semanas después de aquella derrota con el Villa, el equipo auriverde descendía a la Segunda B Amateur, hoy llamada ‘Primera División Amateur’, la vieja ‘C’ para ser más claros.

El presidente de la institución Auro Acosta entendió que lo mejor para el equipo era apostar por sus juveniles, teniendo al Maxi Silvera, nacido el 5 de setiembre de 1997, como uno de los delanteros del plantel principal junto a Brandon Barrera y Kevin Lado. El 7 de noviembre del 2015, Silvera pudo anotar su primer gol oficial jugando por el campeonato de la C.

El atacante recordó: “Fue el 2-1 en el partido que le ganamos a Basáñez por 3 a 2 en su cancha, La Bombonera. Hay un desborde por derecha, yo entré por el segundo palo, la empujé y sentí una gran alegría, era un gol que estaba buscando desde hacía varios partidos. La C no era lo que es ahora, hoy está más profesionalizada; antes era un poco más dura”.

“Yo tenía 16 ó 17 años, así que era un gurí, y los rivales trataban de intimidarme con puteadas o juego brusco. Pero por lo general, ya sabíamos lo que nos íbamos a enfrentar, uno debía ir preparado para soportar esas cosas, no había que darle importancia, solo estábamos convencidos que debíamos ascender de punta a punta y así fue, ascendimos invictos, salíamos a ganar sin importar nada”, destacó Silvera que siendo muy joven debía ingresar sin miedo al área de Platense, Basáñez o de Uruguay Montevideo en el Parque Ancap.

En mayo del 2016, Cerrito ascendió volviendo a la Segunda División, donde a partir del 2019 el equipo tuvo como capitán a Silvera por disposición del presidente Acosta que quería que los juveniles del club pudieran tener esa responsabilidad de llevar el brazalete.

“Cuando me designaron como capitán sentí nervios, pero el grupo te va ayudando y vas agarrando de esa experiencia de estar en charlas, en arengas. Los jugadores más grandes también me ayudaron. Yo vengo ganando experiencia, se van asimilando cosas nuevas cada año, pero igual uno ya viene con una personalidad de dentro del vestuario y dentro de la cancha”, comentó el futbolista.

Y agregó: “Hoy no es algo que me pese, sino que, al contrario, me viene bien y me suma. Me gané un respeto dentro del vestuario y dentro de la cancha por trabajar seriamente y tener mucha entrega dentro de la cancha. Si el capitán mete como un caballo, no hay otra que contagiarte; yo le pido a mis compañeros, pero desde mi lado lo dejo todo. Ser el goleador también te da respeto dentro del grupo”.

Los goles de Silvera comenzaron a ser más constantes, y en agosto del 2019 llegó el entrenador Roland Marcenaro para darle un salto de calidad al equipo y al delantero, que destacó: “He crecido mucho con él; cuando él llegó, yo estaba lesionado y miraba los entrenamientos desde afuera recuperándome y aprendía todos los días”.

“Aprendí a vivir los partidos con una intensidad como si fuera el último, como si fueran todos los partidos una final, te saca lo mejor de vos, busca que el equipo deje todo. Y también está su idea de juego, saliendo desde abajo y tratando de imponer esa idea sea cual sea el rival. Todos los días está diciéndome qué movimientos hacer para engañar a los defensas, me aconseja en los penales, y yo trato de aplicar todo lo que me dice”, comentó Silvera sobre Marcenaro.

“Él está convencido de lo que hace y nos convence a nosotros de que ese es el camino; hoy Cerrito es lo que es por la gestión del presidente y por el trabajo del cuerpo técnico de Roland”, afirma el delantero.

En noviembre del 2020, el equipo obtuvo el ascenso a la Primera División al consagrarse campeón de Segunda, torneo del cual se despidió con el triunfo 2-0 sobre Atenas y con su capitán marcando el segundo gol, llegando a once en el certamen del cual fue el goleador.

El 16 de mayo del 2021, Cerrito se estrenaba en el octavo Campeonato de Primera que disputaba en toda su historia (el primero había sido en el 2004 y el último en la temporada 2011-2012) y recibía a River por la fecha 1 del Apertura.

“Fue una alegría tremenda que se me haya dado el primer gol de Cerrito en esta temporada. En el momento, se me vino todo a la cabeza cuando entró la pelota: el haber hecho los dos goles en el 2016 ante Colón para volver a Segunda, el último gol en la B, y el tanto de la vuelta en Primera. Son partidos que te quedan marcados”, destacó el futbolista que cinco fechas más tarde le convirtió tres goles a Fénix en el Capurro, consiguiendo el primer hat-trick de su carrera.

VIRTUDES, REFERENTES Y SUEÑOS PENDIENTES
Consultado por sus virtudes, Silvera señaló: “El olfato goleador para estar en el lugar correcto y ser definidor. También tengo mucha entrega y actitud, trato de dejarlo todo, sin parar de correr para ayudar al equipo con la marca y también llegar arriba”.

En cuanto a sus aspectos a mejorar, el diestro delantero consideró que siempre trabaja la definición con la pierna inhábil y el cabezazo: “Eso y seguir afinando la definición, uno siempre tiene cosas para mejorar y también puede seguir sumando movimientos. En la definición lo primero es que la pelota vaya al arco, y si hay un segundo más, trato de ubicar el remate lo más al palo posible; fuerte y a los palos”.

El atacante dijo que su gran referente es Luis Suárez, de quien intenta copiar sus movimientos para ubicarse en el área y hacer perder la referencia de los zagueros rivales, y comentó que se identifica mucho con el colombiano Rafael Santos Borré porque ‘tampoco es un nueve-nueve, sino un mediapunta que se mueve por todo el frente de ataque, metiendo diagonales y trabajando mucho para el equipo’.

Luego de haber debutado en Primera con 23 años por hacer el largo recorrido del ascenso junto a Cerrito, hoy Silvera cuenta que sus primeros sueños son colectivos: la permanencia y la clasificación a la Copa Sudamericana con Cerrito.

En lo individual, es esperar con tranquilidad el salto de calidad: “Estoy muy cómodo en el club, hay que seguir trabajando, lograr la permanencia, y luego pasar raya viendo qué ofertas vienen y ver si lo mejor es irnos del club”.

“Y la Selección es el sueño que tenemos todos los jugadores, poder vestir en algún momento la Celeste sería lo máximo”, dice el goleador que nunca fue convocado a alguna selección juvenil, pero nadie puede tratarlo de cándido o asegurar dónde podrá estar festejando en algunas temporadas, si hace apenas algunos años Silvera convertía sus primeros goles jugando en la ‘C’ del Uruguay y soñando con el ascenso.