Con una pandemia de por medio y varias experiencias en España, el Club Taburiente de Gran Canaria y luego el Real Polo de Barcelona fueron los lugares que albergaron los lujos, asistencias y goles de Paula Ortíz. Tras su gran presente en territorio ibérico, llegó el tan ansiado llamado por- el ahora entrenador de Las Leonas- Fernando Ferrara. Pali dijo que sí, dejó todo y en un santiamén volvió a los entrenamientos en el CeNARD.
Pero la campeona mundial junior con Las Leoncitas en 2016 se encontró en una disyuntiva entre dos cosas preciadas para su persona cuando le notificaron que su ciudadanía europea -tan cotizada para la vida de un deportista y por las puertas que abre a nivel laboral - está próxima a realizarse y que debe estar en el Viejo Continente entre septiembre y noviembre; un hecho que no le permite entrenarse junto con sus compañeras en Argentina, por el compromiso que tienen entre jugadoras y cuerpo técnico en el camino hacia el París 2024.
“Tengo una angustia muy grande porque luché mucho por otra oportunidad, pero la ciudadanía está en el momento clave de terminarla. No puedo salir ni entrar del país”, le contó a ESPN.com.
Con este panorama, la oriunda del Club San Martín tuvo que optar por quedarse en la institución que defiende actualmente (Real Polo de Barcelona), renovar por otra temporada y esperar al desenlace de su doble nacionalidad. Paula, quién volvió a vestir la camiseta albiceleste en una serie de amistosos en Mar del Plata, frente a Irlanda, en febrero de corriente año, se refirió a su futuro inmediato: “Ahora estoy entrenando con Las Leonas, porque siempre que esté voy a estar a disposición, para mí es muy duro perder esta oportunidad. Si lo de los papeles no estuviera en juego… no lo dudo ni un segundo”.
Respecto a la relación con el entrenador, Fernando Ferrara, Pali se pronunció: “Yo le debo mucho a Fer, me abrió las puertas de vuelta y estoy agradecida con él por dejarme ser parte, pero sabía las condiciones que había de antemano”.