El colombiano se quedó un memorable triunfo en Sachsenring, novena fecha del Mundial, y aumentó su ventaja al frente del torneo.

David Alonso se irá feliz de vacaciones. El Mundial de motociclismo entra en el receso del verano boreal y el colombiano llegará con el gran triunfo que logró en el GP de Alemania, novena cita de Moto3, con una tarea brillante.

De menos a más es, tal vez, de las frases más trilladas del mundo del deporte. Pero, esta vez, la licencia literaria está permitida porque describe absolutamente el fin de semana del piloto del Aspar Team en Sachsenring. El viernes arrancó muy complicado, hasta con una caída dura en la primera práctica libre. Las malas sensaciones que se había llevado cinco días antes de Assen (no se sintió cómodo en ninguna salida a pista) parecían extenderse a la pista alemana.

El colombiano agachó la cabeza y se puso a trabajar con el equipo para encontrar el rumbo. Ya el sábado estaba en sintonía y fue segundo en la clasificación, aunque parecía que Collin Veijer, el dueño de la pole, sería inalcanzable. Pero el neerlandés se fue al piso y el camino comenzó a allanarse. Y una vez que llegó a la punta, no la dejó más.

No fue amplia la diferencia. De hecho, mucho debió batallar para contener los embates de los perseguidores que se alternaban. Finalmente, el podio lo completaron Taiyo Furusato e Iván Ortolá.

“Estoy muy feliz porque la última carrera fue muy difícil, no tenía buenas sensaciones”, dijo Alonso antes de subir al podio. “Acá arranque penando el fin de semana, pero después lo recuperamos ya desde el sábado. Esta victoria es para el equipo porque nosotros trabajamos como equipo. Al principio del fin de semana me caí, ellos me repararon la moto muy bien y muy rápido, trabajos en grupo en la clasificación también”, agregó.

Alonso lidera del Mundial con 179 puntos y le sacó 58 a Ortolá, más de dos carreras de diferencia. El colombiano sumó en Alemania su sexto éxito en nueve carreras disputadas en el año y el décimo en la categoría.