PARÍS (Enviado especial) -- Los Juegos Olímpicos de París 2024 prometen ser un evento que quedará en el recuerdo: con una inauguración histórica, venta récord de entradas y máxima seguridad, que rige desde los días previos al inicio.
Se transmite un aire raro en la capital parisina: las calles a orillas del Río Sena, lugar por el cual se realizará la gran parte de la ceremonia de apertura del 26 de julio, están despobladas, ya que la seguridad requirió a los residentes y todos los visitantes la obligación de tener un código QR para acceder a la zona, el cual debía solicitarse con antelación.
¿Qué sucede ante esto?
Debido a la situación, bares, negocios y hasta los propios buquinistas debieron cerrar sus puertas o sectores por la falta de público. En cada acceso controlado por la policía, se observa a varios turistas con quejas por no poder acceder a ciertos lugares turísticos.
Justamente, en estas calles, que están divididas por dos zonas (roja y gris), se puede visualizar más presencia de efectivos de seguridad que del propio público, algo inusual en la ciudad.
Por su parte, el Sena y sus alrededores continúan siendo puestos a punto para la gran ceremonia de inauguración. En la misma, las embarcaciones con las diferentes delegaciones navegarán por el lugar, atravesando el centro de París, terminando el final de su recorrido de 6 km frente al Trocadéro, donde tendrán lugar los restantes aspectos del protocolo olímpico y los espectáculos finales.
En los diferentes puentes característicos de París, tanto en los superiores como en el sector inferior, fueron colocadas diferentes tribunas para que los observadores puedan observar lo que será un momento histórico.
Estas medidas de seguridad en las cercanías del Sena se extenderán hasta luego del final de la ceremonia, aunque, cabe recordar, que diferentes sitios turísticos como la Torre Eiffel, la Plaza de la Concordia y los Jardines de Versalles serán utilizados para las diferentes competencias olímpicas.