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La historia de vida de Solonei da Silva

De fondo todos los competidores, al frente él. Getty Images

Solonei da Silva nació el 18 de abril 1982 en Penápolis, Brasil, una pequeña población a unos 450 kilómetros de San Pablo. Tiene una marca personal de 2:11:32 para los 42 km, y en 2011 ganó la medalla de oro en la Maratón de los Juegos Panamericanos disputados en Guadalajara, México. Hasta allí, podríamos decir que es una historia normal de un corredor de elite internacional, pero aquí viene lo más interesante: Solonei comenzó a correr en 2009, sólo 2 años antes de ganar la medalla dorada, y cuando ya tenía 27 años de edad. ¿Qué hacía antes de ello?: fue recolector de residuos, recorriendo a diario decenas de kilómetros en las calles de su ciudad, como parte de su trabajo.

Su primer acercamiento con las competencias fue cuando en 2009 su esposa le sugirió que participara en una carrera de calle local. A pesar de que era su primer intento, se sorprendió a si mismo al llegar al tercer lugar del podio de la competencia. Al año siguiente, participó en una carrera de atletismo de pista, de 10.000 metros en Río de Janeiro, y ganó en un tiempo de 29: 39,72 minutos. Inmediatamente después de eso, en abril fue tercero en la Media Maratón de São Paulo, para luego dar el salto a los 42k, sólo un mes después. Solonei, un recolector de residuos de los suburbios, con 27 años y menos de una temporada de experiencia, era de la partida en la Maratón de Porto Alegre. El resultado de su debut maratoniano fue increíble: ganó la prueba con un tiempo de 2:15:45 horas.

Pese a su muy corta carrera, ya era un corredor conocido en Brasil, y comenzó su temporada 2011 ganando su primer título sudamericano, tras vencer al también brasileño Gladson Barbosa en el campeonato de Cross Country disputado en Asunción, Paraguay. Luego, en marzo de ese año corrió en su primera carrera en Europa, y fue el primer no africano en la Media Maratón de Lisboa, donde llegó décimo en un tiempo de 1:04:10 horas. Luego viajó a Italia para competir en la maratón de Padua y realizó su marca personal con 2:11:32 horas para terminar cuarto detrás de corredores keniatas. Ya de regreso en Brasil, fue cuarto a nivel nacional, tanto en los 5000 metros como en 10.000 metros llanos.

Sus destacadas actuaciones le dieron un lugar sen la selección brasileña en los Juegos Panamericanos de 2011, algo totalmente inesperado sólo dos años atrás, cuando ni siquiera había competido en una carrera de calle. Solonei llegó a Guadalajara con el mejor tiempo de todos los competidores presentes en la línea de largada, por lo que la expectativa era enorme. Allí fue cuando terminó de entender que valió la pena haber abandonado su trabajo como recolector de basura en agosto de este año, después de obtener el permiso para apostarlo todo por su carrera atlética. Luego de recorrer 42 kilómetros con 195 metros, Solonei llegaba a la meta con la bandera brasileña en el puño, adjudicándose con claridad la medalla dorada en un crono de 2:16:37. Luego de festejar con un breve paso de samba, pesó en sus ya ex compañeros de trabajo, y dedicó el oro a ellos. “Hoy en día si estoy corriendo la maratón, un poco es por eso. Ahí es donde me dieron la fuerza que tengo hoy. Hoy soy profesional y ya llegó mi gloria”.

Sus logros no se detuvieron. Entre sus victorias más resonantes podemos citar la Maratón de São Paulo 2012, con un tiempo de 2:12:25, y la medalla de oro en los 10.000 metros de los Sudamericanos de Atletismo 2013, en Cartagena. En 2015 fue 18° en la Maratón del Campeonato Mundial, disputado en Beijing, China, y eso le dio la clasificación automática para los próximos Juegos Olímpicos. Allí, da Silva cumplirá otra parte de este sueño del que no quiere despertar: representar a su país en una cita olímpica, y nada menos que de local. Salomei es feliz. Ya no corre para escapar de los perros y alcanzar al camión de residuos. Ahora lo hace para recolectar medallas de oro.