La deportista comparte su relato con ESPN de cómo logró salir del abuso físico, mental y emocional de su entrenador.
Alejandra Zavala escribía una carta de despedida, sola, en su casa, antes de intentar cometer suicidio. El zumbido de su celular le salvó la vida. De repente, empezaron a llegar un sin fin de mensajes de texto de la nada, lo que paró la caída libre en la que venía desde el ciclo Olímpico anterior (Tokio 2020), después de sufrir violencia física y mental, de su ex entrenador.
-“¿Era una carta de despedida?”, se le pregunta a Alejandra Zavala, ahora con boleto para París 2024 en mano y la puntería fina.
-“Sí”, responde la atleta tapatía.
“Estaba yo en un momento de ya no quiero vivir, de pensar en quitarme la vida y me acuerdo que estaba escribiendo una carta, por ese tema, estaba sola en mi casa, porque vivía sola en ese tiempo y de repente me empezaron a llegar muchos mensajes de una persona que nunca me había hablado. Era un: ‘Hola, campeona, ¿cómo estás?’, ‘Me gustaría saber de ti’, me intrigó mucho escuchar mi celular, que estaba muy lejos de mí, el por qué recibía muchos mensajes”, revela la atleta olímpica, en una plática que tuvo con ESPN.
La “novela” de Alejandra Zavala, como ella misma lo describe, ahora entre risas, comenzó en una noche, en la que salió y bebió vino. Al otro día, despertó junto a la persona que fue su entrenador por ocho años: “no me acuerdo qué pasó”.
“Él empezaba a pretenderme, a decirme qué onda, me sentía muy cómoda con él, viajamos juntos seguido y no convivía con nadie más, no iba a fiestas, no hacía nada, toda mi vida era tiro, tiro y nada más. En realidad pasó una cosa muy difícil, en una concentración, salimos a un bar y me acuerdo que empecé a beber un poco, porque estábamos relajándonos, me dijo 'baila y diviértete', estábamos con unos españoles. Pues yo bailando, y él me servía un vino y luego otro, yo ya estaba muy mal, de que había bebido, y regresamos al hotel, no me acuerdo cómo. De verdad para mí fue muy difícil ese momento, porque cuando me levanté de la cama, él estaba conmigo y yo me quedé desconcertada. No me acuerdo qué pasó en toda esa parte y de ahí él como si no pasara nada, platicamos y comenzamos a llevarnos mejor. Fue un envolver, un tema de mucha manipulación”, narra la atleta mexicana que ganó dos medallas de oro en Juegos Panamericanos de Santiago 2023, en la disciplina de tiro.
La falta de protocolos o guías para los atletas, provocan que haya un sinfin de abusos y relaciones de poder entre entrenadores y pupilos, en las que las y los deportistas son quienes acaban más perjudicados.
“No sólo el tema de la violencia física, sino el tema de cómo controlan la cabeza de sus atletas y es algo que en realidad no debería de ser así, somos seres independientes, y está bien que seas parte de la vida de tu atleta, pero no eres parte de sus sentimientos y sus pensamientos, es ahí cuando siento que algunos entrenadores cruzan esa barrera y se creen dueños de la vida, de quienes guían”.
Durante los 16 días entre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) y el Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre), ONU Mujeres lleva a cabo su campaña global contra la violencia de género. En ESPN, les presentamos una serie de reportajes sobre cómo la violencia contra la mujer sigue afectando el deporte en la actualidad.
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La violencia física y el despertar de Zavala
Alejandra Zavala destruyó la carta con la que pretendía despedirse de la vida. ‘Ale Pistolas’, el nickname con el que se identifica en las redes sociales, superó un ciclo de violencia física y mental que había sufrido, gracias a que habló con su familia de lo que había vivido con su ex entrenador.
“Me enfrasqué en la plática con la persona que estaba mandando mensajes y le confieso todo lo que estaba pasando, cómo me sentía y me dijo que no puede ser así, que el único que da o quita la vida es Dios, me comentó que me enfocara, que sólo era un mal momento. De ahí fue hablar y hablar, no hemos dejado de hablar, me acuerdo que rompí esa carta, pensé que tenían que ser fuerte y no podía hacer eso. Fui con mi familia, les reconocí que necesitaba ayuda. Les dije: 'no me siento bien', le dije que pensaba en quitarme la vida a mi hermana, ella lloró y me comentó que no me veían así”, recuerda Zavala.
Ese día, el cuarto lugar lugar en la disciplina de tiro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, les contó cómo fue el pasado ciclo y señaló los Juegos Centroamericanos de Barranquilla 2018 como su punto de inflexión.
“En Barranquilla sucedió algo que marcó el fin de una etapa de la vida de Alejandra Zavala, fue que mi entrenador se puso celoso de que estaba platicando con chicos de Venezuela, Cuba, mi misma fisio, Erika y amigos. Llegó él y me sacó del comedor, en donde estábamos todos. Eran las nueve de la noche y el comedor estaba lleno. Todos estábamos sentados esperando, para ir por comida, porque estaba tan lleno que primero fue el cotorreo. Me sacó fuera del comedor, me golpeó, fue violento verbal y físicamente. Ahí fue que le dije que me da miedo, que qué le pasa y ahí se acabó, fue mi pareja por cuatro años. No quiero saber más de ti, él me dijo que ya se iba, que me iba a dejar ahí botada, le dije que por mí perfecto, vete y me quería dejar encargada de su hija”, recuerda Zavala.
Alejandra Zavala fue la abanderada de la comitiva mexicana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, por eso intentó esconder el 'escándalo' que podría causar el recibir violencia física de su entrenador, en la villa donde se concentraban los deportistas.
“Estaban ahí los de Venezuela, los de Cuba, se pararon y yo les dije que tranquilos, porque era la abanderada, no hagan un show, el show fue afuera, de todos modos. Me acuerdo de una jamaiquina que se quedó viendo todo… Sí, claro, fue afuera de la puerta del comedor, no creas que me agarró a super golpes, pero sí me hizo fuerte, me zangoloteo, no fue un golpe, pero me agarró y me aventó al piso, ahí fue cuando dije, ‘no’. Él se va, estoy platicando con otros deportistas y había una persona que estaba mal en el área médica de México. Alguien me dijo que mi entrenador estaba super mal, le dije, ahorita se mejora, pero la gente no sabía lo que había pasado. Voy y le digo que deje de hacer el ridículo, me dijo que estaba mal y él padece del corazón”, cuenta.
“Me manda un mensaje, me dice que 'tengo un tapón coronario, me llevan al hospital, me llevan a operar, te encargo que si me muero, te hagas cargo de mis hijos'; yo le digo a Erika, no inventes, lo maté. Me sentí muy mal. Erika se comunica con el doctor y le responden que no se preocupe, que trae gastritis nerviosa, pero está muy bien, estará muy bien en un ratito y se regresa a su cuarto. No le va a pasar nada. Era mentira lo de operación”.
La tiradora mexicana relata el momento en el que escribía una carta de despedida cuando le llegaron mensajes de una persona que le hizo valorar lo que significa vivir.
De la manipulación y el acoso a París 2024
Alejandra Zavala quedó fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a pesar de haber quedado en el cuarto lugar de la justa cuatro años antes: “la gente empezó a creer que ya no tenía el deseo por el tiro, pero no era así, pasaba por una etapa difícil, porque perdí a mi pareja y a mi entrenador. Me pasé noches enteras pensando por qué eso pasó conmigo”. En la actualidad, está clasificada a París 2024.
Zavala puso fin a una relación sentimental con su entrenador, pero continuó trabajando con él: “hoy me doy cuenta que no hay medalla que lo valga”, dice.
“Continúe con él como atleta, me sentía mal de decirle que ya no, porque éramos una pareja buena, que como entrenador - atleta funcionamos bien, esa fue mi creencia. Después me di cuenta que no era así. Yo lo considero una persona manipuladora y yo una persona muy manipulable en ese momento. Fue el binomio perfecto para que me hiciera creer, que a pesar de cómo estaba físicamente, yo podía ganar. Me la creía todas, pensaba que tenía talento y funcionaba, pero eso iba a explotar”, recuerda la atleta mexicana.
La deportista tapatía quedó fuera de Tokio 2020 y se alejó de su entrenador: “Ahí fue cuando me fui para abajo, me quedo sin entrenador, sin pareja, me voy a la depresión, por más que quería tirar bien no podía, él se va a trabajar a Ecuador. Íbamos a las competencias y siempre me tocaba que Ecuador tiraba detrás de mí. Incluso en los juegos Panamericanos esa chica tiró detrás de mí, en las dos finales. Todo el tiempo estaba molestando, entraba al puesto y me movía. Una vez tuve un pleito con él en Lima, le dije que dejara que sus atletas ganaran solas, ‘déjame de molestarme’, porque para mí Lima fue un tema difícil, no ganar ahí y quedarme sin mi pase para Tokio 2020”.
Ale Pistolas recibió acoso, porque a pesar de ya no tener relación, su la persona que abusó de ella la seguía rondando: “De repente era rondar su carro por mi casa, yo decía qué hace aquí, empezó a hablar mal de mí, con la gente, decía que ya no me importaba el deporte, que me había operado para bajar de peso, sería una 'mami' si hubiera hecho eso. Sí bajé de peso, bajé 35 kilos, el cambio fue mucho”.
El ex entrenador de Alejandra Zavala se fue a trabajar a otro país, debiendole 300 mil pesos a la atleta mexicana y dejándola a punto del suicidio. En el camino rumbo a París 2024, todo cambió.
“Yo tampoco hice nada, no fui y conté. Esta es la segunda vez que lo hago. De eso se trata, porque ya sané, no me interesa hacer nada, de esto no obtengo un beneficio personal, la verdad qué se va a perseguir, era una mujer de treinta y tantos años, que permitió todo, pero si esto va a servir para abrirle los ojos a otras personas, hay que hacerlo, creo que es lo más importante”, sentenció Alejandra Zavala.