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Cómo elegir un calzado para correr

Si buscas la zapatilla perfecta para cualquier corredor, tenemos una mala noticia para darte: no existe. Pero a no desesperar, que lo que sí existe es una zapatilla perfecta para cada corredor en particular. Por lo tanto, la elección del calzado es un punto clave para poder disfrutar del running, evitar lesiones y a su vez, obtener un buen rendimiento deportivo.

Ahora, la pregunta es, ¿cómo elegir tus próximas zapatillas para correr? A continuación, listaremos una serie de items que deberás tener en cuenta a la hora de visitar tu tienda deportiva:

1. Tipo de pisada:

Si aún no lo tienes muy en claro, es muy probable que ya hayas escuchado las palabras "supinador", "pronador" y "neutro". Estos son los tres grandes grupos en los que se dividen los runners de acuerdo a cómo se mueve el pie en cada pisada. Quienes pisan hacia adentro, como si tuviesen el arco del pie bajo, juntando más las rodillas entre sí, son pronadores. Supinadores son quienes pisan más con la parte del lateral externo de los pies, y neutros quienes lo hacen de forma intermedia. Hoy por hoy todas las marcas de calzado deportivo tienen modelos para cada tipo de corredor, que ayudan a corregir cualquier tipo de "vicios" del pie.

2. Tu peso:

Es evidente que no es lo mismo un corredor de 55 kilos, que uno de 75 y otro de 95. Entonces, también para cada uno hay calzados en particular. Las principales diferencias estarán en la amortiguación de la zapatilla, que se ubica en la entresuela. Hay tecnologías que están hechas para funcionar con un peso determinado, entonces si el peso del corredor es menor, no llegarás a mover la amortiguación y las sentirás muy duras. En cambio, si el peso del corredor está por encima del peso ideal para esa zapatilla, terminará venciendo a la amortiguación, y no servirá de nada. En ambos casos el peso del cuerpo, multiplicado al pisar, será absorbido por nuestras articulaciones, y muy posiblemente con el tiempo esto derive en lesiones. Pasa lo mismo que con los amortiguadores de un auto pequeño y los de un gran camión: cada uno con el suyo, de lo contrario no serviría. Una clave en este sentido, aunque no la única, es ver el alto de las entresuelas: las muy delgadas son sólo para corredores livianos, y las más altas suelen ser para corredores más pesados.

3. Tipo de superficies: Este es otro gran diferencial en el calzado. No es lo mismo correr sobre calle o superficies compactas pero llanas, que hacerlo en montaña. Para calle necesitarás una tracción especial, con dibujos pequeños en las suelas. Para montaña, en cambio, necesitarás suelas con "tacos". También en los casos de montaña son necesarios refuerzos especiales, ya que la zapatilla sufrirá impactos de piedras, ramas y raíces. Por último, si vas a usarla en terrenos off road, evita que tenga agujeros grandes o formas de herradura en el talón, pues allí se acumulará barro y otros objetos que te molestarán mucho al correr.

4. Kilometraje:

Hay zapatillas diseñadas para durar más, y otras para menos. La diferencia principal radica en los materiales y tecnologías utilizados en su confección. Los corredores buscamos calzados livianos en las carreras. Para esto hay que usar menos materiales, y en la mayoría de los casos suelen tener menos vida útil. En cambio, para los entrenamientos usamos zapatillas más robustas, con más refuerzos, amortiguación y elementos, que si bien van a durar mucho más, también aportarán unos gramos extra. Claro que en este caso, el peso no importará tanto. Por esto lo ideal, si el bolsillo lo permite, es tener siempre dos pares de calzados: uno para entrenar con más amortiguación, y otro más liviano, guardado sólo para las competencias.

5. La comodidad:

Para este punto final reservamos algo muy personal, ya no hay ninguna teoría al respecto. La comodidad que puedas sentir, o no, con cada calzado va a depender exclusivamente de cada runner. En este item, no sólo incluimos los aspectos anatómicos, sino también la estética, que para muchos y muchas corredoras es algo muy importante. Debes probarte el calzado, ajustarlo bien, caminarlo y hasta dar algunos pasos de trote. No de ser ni muy ajustado (te provocará dolores al correr), ni muy flojo (el pié se deslizará adentro en cada paso, y te provocará ampollas y lastimaduras).

Y además, tus zapatillas deben gustarte. Tienes que sentir placer cada vez que te las pones, y eso será una motivación extra para salir a correr.

¿Has encontrado ya tu calzado ideal?

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