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Toño Rodríguez: Michael Jordan y la igualdad social definitiva

MÉXICO -- Michael Jordan nunca ha sido visto como un luchador social por los derechos de la población afroamericana al nivel de otros atletas como Mohamed Ali o Colin Kaepernick, pero tengan por seguro que su aportación a la causa es igual o más importante que la de ellos.

La de Jordan es definitiva y de facto, puesta en la nariz de las personas más poderosas de Estados Unidos y, aunque no tiene el simbolismo de una rodilla en el suelo, significa la mayor de las victorias porque llegó al núcleo, al capital, y no lo hizo como un empleado que exige igualdad, sino como un patrón que tiene la capacidad de generarla.

Esto no pasó cuando compró a los Hornets para ser socio de sus exempleadores en la NBA, sino hace más de 30 años cuando firmó un acuerdo con Nike para quedarse con el 25 por ciento de las regalías de los famosos tenis Air Jordan 1. Ese día, MJ se convirtió en el dueño de su propio nombre y se emancipó comercialmente, es decir, rompió la atadura final del sistema que separa las oportunidades por colores en el país más rico del mundo.

Un parteaguas, quizá, sólo al nivel de Jackie Robinson porque cambió las reglas del juego para siempre y, así como aquel primer beisbolista demostró que podía firmar un contrato pese a las absurdas opiniones de la época, Jordan fue pionero en reclamar el negocio para sí mismo, algo impensado a mediados de los ochentas, que hoy es la norma en los contratos de los mejores atletas del mundo sin importar su origen.

Para decirlo más claro, democratizó la propiedad para su gremio y aquí vale la pena detenerse para explicar que, por si fuera poco, lo hizo gracias a la visión de una mujer afroamericana, su madre, quien llevó las negociaciones en las oficinas de Nike en Oregon cuando él sólo tenía 21 años y planeaba firmar con Adidas.

Deloris Jordan es hija de un empresario de Carolina del Norte, dueño de sus propias tierras y parte de la primera generación que consiguió auténtica soberanía económica en una de las regiones con pasado esclavista más conocidas de Estados Unidos. De ahí, la formación para impulsar las decisiones del exjugador de Chicago, cuyo valor comercial hoy es superior a los 2 mil millones de dólares.

En una lucha de siglos que aún está llena de brutalidad, todas las aportaciones son valiosas y así como hay quienes inspiran a los demás a través de una contundente imagen como hicieran Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México 68, hay un personaje que ha logrado meterse en el sistema para hablar no frente a las cámaras, si no en las juntas de consejo donde se toman las decisiones que generan cambios día a día.

Ahí está Michael Jordan, el dueño de color en las asambleas más elevadas de la NBA, el único cuyo voto vale a todos niveles y que, con la mano en la cintura, anunció un donativo de 100 millones de dólares para organizaciones que promuevan la igualdad social durante la próxima década.