El hermano de Randy, portero en México, contó a ESPN cómo el destino los separo en su carrera deportiva
Hoy suena fuerte el nombre de Randy Arozarena, con batazos que se vuelan la barda y barridas que llegan a tiempo a la almohadilla. Es la nueva estrella de Tampa Bay Rays, el equipo que con poco presupuesto ha puesto de cabeza a la MLB.
Antes de empezar a disputar la Serie Mundial contra LA Dodgers, Randy ya había roto el récord de cuadrangulares para un novato en postemporada. Poco tiempo después, apenas en el juego 2 de la Serie, empató el número de imparables que dio Derek Jeter en sus primeros playoffs.
Nada mal para un joven cubano que lleva poco más de un año en el béisbol profesional.
Mientras sus habilidades resuenan en los diamantes de Estados Unidos, en México su hermano Raiko es portero de los Cafetaleros de Chiapas, un equipo de la Liga de Expansión. Su historia tampoco es muy común. Al igual que sucedió con su hermano, sus sueños comenzaron en el diamante.
“Pasé la primaria jugando beisbol. Participé en eventos nacionales, que es en todo el país, compitiendo contra otros equipos de otros estados. Llegué al beisbol hasta el séptimo grado. En séptimo grado llegó una ley a la escuela diciendo que había que hacer reducción de matrícula para llegar al noveno grado. Yo estaba en séptimo. No me quise salir de la escuela y ahí tomé la decisión de cambiarme de deporte para cambiarme al futbol", explicó en entrevista para ESPN.
Eso es lo que lo convierte su historia en algo diferente: Cuba es un país con pocos futbolistas de prestigio.
El destino lo había hecho tomar la determinación de cambiar de deporte, pero todavía le tenía reservadas sorpresas dentro del campo.
“Pasé en octavo grado al futbol. No tenía idea de lo que era ser portero. En noveno grado me cambié a la portería, me fue muy bien. Tuve eventos nacionales. Luego de ahí pasé un año de servicio militar obligatorio y saliendo de ahí me llamó la selección nacional Sub-20. Participé una eliminatoria mundial Sub-20”, agregó.
El talento atlético de la familia era innegable, pero la muerte de su padre fue el detonante para que salieran de casa.
“Mi hermano se vino primero acá a México, luego me vine después atrás con mi mamá y con otro hermano más chico, pero ya él estaba acá primero", apuntó.
Randy se ganaba espacios en Tijuana y Navojoa, donde pronto empezó a mostrar que sus habilidades estaban para cruzar la frontera norte. Así lo consideraron también los scouts de los St Luis Cardinals. Randy hizo si debut en Grandes Ligas en agosto de 2019, pero pronto los Rays se interesaron por él. Hizo su primera aparición con el equipo de Florida en agosto de 2020 y hoy está en la Serie Mundial.
“No sé si él mismo pensó que iba a llegar tan rápido. Fue un proceso bien rápido. En dos años llegó a Grandes Ligas”, dijo Raiko desde Chiapas.
Todos los días habla con su hermano ligamayorista y recuerda que sus sueños empezaron del mismo modo.
“El beisbol me gusta más. Nunca pensé jugar futbol para nada. El beisbol me gusta más de toda la vida. Yo todavía juego beisbol, pero siento más ánimo, más pasión”, mencionó.
Sin embargo, hoy está debajo de la portería, pero también sueña con los grandes reflectores: “Quiero llegar a América, Cruz Azul o Tigres. Me gustan los equipos grandes. Algún día estaré en uno en México o en el extranjero”.
Mientras eso sucede, hoy encenderá el televisor para ver las hazañas de su hermano, el nuevo joven sensación de las Mayores.