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Australia se quedó con una serie para el recuerdo ante Francia

Australia y Francia protagonizaron una de las series más emotivas y parejas de los últimos tiempos en el rugby internacional. Los Wallabies tuvieron la última palabra y con el triunfo en Brisbane por 33 a 30 se quedaron con el último de tres partidos que se definieron siempre en los últimos instantes.

Todo comenzó el 7 de julio, con un partido entre semana, en el cual Francia arrancó mejor, dominó durante gran parte del juego, pero cometió un error garrafal en la última jugada, el cual le permitió a los locales, tener una chance más. La perdida de pelota en un line propio, con tiempo cumplido, terminó con penal en contra que Lolesio cambio por puntos para darle el triunfo agónico a los locales por 23 a 21.

Seis días más tarde, en el AAMI Park, Le Bleus en una gira sin varios de sus titulares, se tomarían revancha con otro resultado ajustado (28 a 26). Con siete penales de Jaminet, el último a falta de tres minutos, Francia si pudo cerrar un partido que pese a haber estado durante gran parte en la delantera, se le complicó sobre el final, al punto tal que estuvo muy cerca de perderlo. Aquel triunfo representó volver a ganar en suelo australiano tras 31 años para los de camiseta azul y dejó la serie abierta para el último duelo.

El cierre de la serie fue sin dudas el encuentro más dramático. Con la expulsión de Marika Koroibete a los cuatro minutos de partido por un tackle alto, el partido se puso cuesta arriba para los de camiseta amarilla. En un duelo golpe por golpe, los de Davie Rennie llegaron hasta las últimas instancias del encuentro con el tanteador a su favor. Francia pudo empatarlo con un penal complicado en la última jugada, pero eligió ir al line out y lo pagó caro con la derrota.

El triunfo de Australia, por 33 a 30 marcó el cierre de una serie que sin dudas quedará en el recuerdo por lo pareja y atractiva que resultaron todos sus actos.